«Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza» es una de las consignas que ha resonado con particular fuerza en la multiplicidad de eventos y movilizaciones contra el neoliberalismo que se han registrado a través del planeta en los últimos años. Tras esta consigna se encuentra el movimiento internacional Vía Campesina, cuyo dinamismo le ha convertido en […]
«Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza» es una de las consignas que ha resonado con particular fuerza en la multiplicidad de eventos y movilizaciones contra el neoliberalismo que se han registrado a través del planeta en los últimos años. Tras esta consigna se encuentra el movimiento internacional Vía Campesina, cuyo dinamismo le ha convertido en uno de los actores más destacados de la constelación «alterglobalización».
En estos momentos, la Vía Campesina se apresta para celebrar su IV Conferencia Internacional en Sao Paulo, Brasil, del 14 al 20 de junio, la cual será precedida por la segunda Asamblea de Mujeres y la primera Asamblea de los Jóvenes (12-13 de junio). Para llegar a este momento, la Vía Campesina ha implementado un amplio proceso preparatorio con una serie de consultas y reuniones nacionales y regionales, con miras a impulsar una reflexión colectiva sobre los problemas del campo para sobre esa base reforzar la unidad básica del movimiento.
La historia de Vía Campesina es reciente: arrancó hace diez años, en Mons (Bélgica), con un encuentro de organizaciones del campo que se habían interconectado compartiendo la necesidad de contar con un movimiento autónomo que exprese la voz de los hombres y mujeres del agro y que articule la lucha de éstos contra el neoliberalismo. En abril de 1996, en Tlaxcala (México), Vía Campesina realizó su segunda Conferencia Internacional donde logró avanzar definiciones para su articulación interna y para su accionar colectivo, entre las que destacan los planteamientos sobre la seguridad alimentaria y políticas de género.
Cuatro años después, en la perspectiva de afianzarse como un movimiento mundial, realiza su tercera Conferencia en Bangalore (India), que se caracterizó por la importancia asignada al debate sobre la construcción de alianzas y su articulación con los movimientos antineoliberales que para entonces habían irrumpido con fuerza en el escenario internacional, teniendo como referencia las acciones registradas en Seattle (1999) en rechazo a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Es ese amplio movimiento que, posteriormente, en un sentido de formulación de alternativas, apuntala el Foro Social Mundial –cuya primera edición se realizó en Porto Alegre, Brasil, en enero de 2001. Tanto en uno como en otro espacio, Vía Campesina logra que su voz sea reconocida plenamente. Y es así como esta voz se ha venido afirmando en los diversos eventos y movilizaciones que tienen que ver con la confrontación al modelo imperante. Entre sus planteamientos sobre todo destacan los referidos a la soberanía alimentaria, la defensa de las semillas y su frontal oposición a los transgénicos, la defensa del rol social de la tierra y el agua, el rechazo a que la agricultura sea parte de las negociaciones que se desarrollan en la OMC, el respeto y defensa de la biodiversidad, entre otros.
Tierra, alimento, dignidad y vida
La IV Conferencia se desarrollará bajo el lema: ¡Organicemos la lucha: tierra, alimento, dignidad y vida! En ella, Vía Campesina no sólo aspira realizar un balance de su trayectoria sino –y sobre todo– definir estrategias y perspectivas de futuro. En tal sentido, las deliberaciones estarán orientadas a:
* analizar y fortalecer el papel y la estrategia de la Vía Campesina;
* fortalecer y redefinir las políticas de alianzas proyectando su acción en el conjunto de los movimientos sociales;
* integrar las estrategias y acciones internacionales futuras en el trabajo de las organizaciones nacionales;
* fortalecer el funcionamiento interno de Vía Campesina adecuando los criterios de membresía, definiendo las responsabilidades regionales, mejorando las estructuras regionales, como también, priorizar la integración de nuevas organizaciones de Asia, África y de la región Árabe;
* desarrollar mecanismos para la capacitación y formación de líderes internacionales;
* promover y fortalecer la participación general de las mujeres y los jóvenes en la Vía Campesina;
* elaborar una plataforma política internacional resumiendo la posición de Vía Campesina sobre asuntos clave y una Carta Internacional de los Derechos de los Campesinos a ser presentada ante la comisión de los Derechos Humanos de la ONU;
* clarificar la posición de la Vía Campesina frente al sistema de Naciones Unidas, como la FAO, y con instituciones multilaterales tales como la Organización Mundial del Comercio, Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.»
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