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Medicina Humana de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú

30 días de Huelga General Indefinida

Fuentes: Rebelión

A inicios del siglo XX los estudiantes de medicina -junto con otros más- fueron protagonistas de las luchas por la Reforma Universitaria. A lo largo de todo ese convulsionado siglo, los futuros médicos se constituyeron en parte de la vanguardia de toda lucha social y estudiantil. Sin embargo, los que llegamos a la facultad de […]

A inicios del siglo XX los estudiantes de medicina -junto con otros más- fueron protagonistas de las luchas por la Reforma Universitaria. A lo largo de todo ese convulsionado siglo, los futuros médicos se constituyeron en parte de la vanguardia de toda lucha social y estudiantil. Sin embargo, los que llegamos a la facultad de medicina de la UNMSM durante la década pasada o inicios de la presente, constatábamos con tristeza que el estudiante de medicina actual no se encontraba a la altura de la historia de nuestra gloriosa facultad. La apatía y el individualismo campeaban; y un nefasto chauvinismo barato se constituyó en la manera de asumir toda la historia de nuestro querido San Fernando, deformándola a la vez que la aprendía.

Al día de hoy, con 30 días de huelga indefinida en los hombros, podemos decir que el estudiante de medicina por fin se ha puesto a la altura de la tradición; y enarbola como soportes de su plataforma -conciente del sacrificio que representa- la bandera de la Universidad Pública y la defensa de la población contra el lucro irrestricto del poder económico.

Tres puntos constituyen la plataforma que plasma los objetivos de esta primera batalla. El primero busca abiertamente que el Estado deje de subvencionar a las Universidades Privadas (Empresas muy lucrativas) a la vez que abandona a su suerte a la Universidad Pública. En el caso específico de nuestra carrera podríamos resumir diciendo que debido a la altísima demanda existente para estudiar medicina, las universidades privadas cobran grandes pensiones mensuales a los estudiantes pero brindan la enseñanza utilizando los pacientes provenientes de las clases más pobres que son subvencionados en su atención médica por el Estado. Estas Universidades privadas -que debido a sus lobbys logran un marco legal que las exonera de impuestos- estafan a sus estudiantes, pues el dinero que pagan es suficiente para la construcción de hospitales docentes donde pudieran estudiar mejor; y estafan a la población en general, pues «lucran» de la subvención que con el dinero «público» se hace a los pacientes en los hospitales del Ministerio de Salud. Nuestra lucha en éste sentido reclama el derecho que como Universidad Pública tenemos para acceder prioritariamente a los hospitales públicos, y eso implica que éstas lucrativas empresas privadas asuman sus responsabilidades con la colectividad en su calidad de entidades educativas y que utilicen los millones de soles de recaudan mensualmente en contribuir con la deficiente atención médica de los pacientes en los hospitales públicos -si es que deciden seguir lucrando con ellos-, o en su defecto construyan hospitales docentes que servirán a la población en general.     

El segundo punto de nuestra plataforma exige la renuncia de los responsables políticos de la crisis académica que vivimos y de la complicidad ante el abandono de la universidad pública en beneficio de las empresas.

El tercer punto incluye elementos programáticos que se reclamarán históricamente como las banderas de la nueva Reforma Universitaria. La reforma curricular, la acreditación, la reconstitución de la docencia universitaria como profesión, y la utilización de nuevos paradigmas educativos, son desarrollados por nosotros y planteamos medidas específicas que en nuestra facultad nos permitan abordarlos radicalmente.

La lucha que el día de hoy llevamos cabo casi mil estudiantes de medicina humana, nos hace sentir un orgullo que no nos cabe en el pecho. Orgullo porque superamos el estrecho corporativismo economicista que enmohece el movimiento estudiantil, y porque nos reconocemos simplemente como un actor más en la lucha por la reforma universitaria -no en los términos como los tecnócratas funcionales al poder económico la platean- sino en el sentido histórico de disputar la universidad para un proyecto de emancipación social y beneficio colectivo.