Alrededor de 50 mil estudiantes se manifestaron el martes en Francia nuevamente contra la reforma educativa, mientras unos 800 trabajadores de la empresa Arkema, perteneciente al grupo Total, ocuparon la torre de las oficinas de esa petrolera en esta capital en rechazo a planes de recorte de personal. Las movilizaciones de hoy fueron menos numerosas […]
Alrededor de 50 mil estudiantes se manifestaron el martes en Francia nuevamente contra la reforma educativa, mientras unos 800 trabajadores de la empresa Arkema, perteneciente al grupo Total, ocuparon la torre de las oficinas de esa petrolera en esta capital en rechazo a planes de recorte de personal.
Las movilizaciones de hoy fueron menos numerosas que las registradas el pasado día 8, cuando las protestas concitaron la participación de 165 mil bachilleres, o la del 10 de marzo «por el empleo y contra la pérdida del poder adquisitivo», cuando contingentes unidos alcanzaron en toda Francia casi el millón de personas, ocasión en que por la violencia policial desatada en el contexto de esa protesta fueron detenidas más de 80 personas.
Los organizadores de la movilización de este día atribuyeron a los incidentes represivos la merma en la participación, pero subrayaron que las demandas se mantienen.
Ochenta y seis por ciento de los maestros de educación básica y media están de acuerdo con una reforma educativa, pero no como propone el gobierno, que es «reductora y amenaza con ahondar las brechas existentes para llevar a un elitismo más acentuado (…) reforma segregacionista, de regresión social, constitutiva de una escuela en dos velocidades y evacuando hacia el aprendizaje técnico a los mas frágiles», señaló la principal organización de maestros.
Destacó además los insuficientes presupuestos, el abandono de opciones de estudio, el recargo de trabajo, las condiciones pedagógicas y de seguridad degradadas, sobre todo en los llamados «establecimientos difíciles», es decir, donde se reciben mayoritariamente los jóvenes salidos de la migración, cuyos padres tienen el mayor nivel de desempleo.
Por su parte, el ministro de Educación, Francois Fillon, advirtió que no abundará en su propuesta, pues, argumentó, «echarse para atrás sobre una ley ya votada por la Cámara baja sería tanto como descalificar a los legisladores».
Debido a que en la marcha anterior unos mil jóvenes «halcones» [fascistas] aparecieron entre los bachilleres y arremetieron contra éstos a golpes de palos, este martes miembros de los sindicatos de maestros formaron una valla que rodeó al contingente de París, así como a los de otras ciudades, para evitar nuevos enfrentamientos, aunque se reportaron algunos incidentes menores.
En este contexto, unos 800 trabajadores de Arkema que rechazan la supresión de 548 puestos de trabajo se instalaron en la planta baja de la Torre de Total, a la espera de ser recibidos por directivos de la empresa.