En los próximos días se reunirán en Madrid el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para festejar su 60 aniversario. Dos de las instituciones más representativas del sistema capitalista, responsables del subdesarrollo y empobrecimiento de tantos pueblos del Sur, y arietes de las antisociales políticas ultraliberales en todo el mundo, van a […]
En los próximos días se reunirán en Madrid el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para festejar su 60 aniversario. Dos de las instituciones más representativas del sistema capitalista, responsables del subdesarrollo y empobrecimiento de tantos pueblos del Sur, y arietes de las antisociales políticas ultraliberales en todo el mundo, van a celebrar en nuestra ciudad, con el Sr. Rato a la cabeza, el éxito de sus largas trayectorias de expolio, devastación, violencia y miseria.
El papel del FMI y el BM en el mundo
El FMI y el BM son dos instituciones financieras internacionales nacidas en 1944 (al final de la II Guerra mundial), por acuerdo de 45 países, con el fin formal de corregir los «errores del mercado» y garantizar la estabilidad financiera internacional, frente a las crisis. Sin embargo, durante sus 60 años de existencia han ejercido de hecho el papel de agentes impulsores de un modo de organización económica y social profundamente injusto como es el Capitalismo, basado en la explotación de los seres humanos y la depredación de la naturaleza, un modo de organización social y económica que antepone el progreso de algunos a costa de la desventura de la mayoría, que asocia el éxito con la desesperación, la abundancia con el empobrecimiento, y la codicia con la violencia. El FMI y el BM han sido, especialmente desde los años 70, los propagadores definitivos del Neoliberalismo, como bandera de enganche de las clases dominantes.
El FMI y el BM, junto con la Organización Mundial de Comercio (OMC), representan unos de los instrumentos más importantes, financiados por los Estados (que es el instrumento principal) de las superpotencias del capitalismo global como estructura que privilegia a una minoría. Ejecutores de las líneas políticas dictadas por los gobiernos imperialistas, promueven las condiciones económicas que convierten todo en mercancía para beneficio de las grandes multinacionales. Multinacionales y Estados imperialistas van de la mano en múltiples alianzas (organismos, bloques de mercado, lobbyes?), de cara a la imposición de una estructura socioeconómica internacional que explota y castiga tanto a las clases subordinadas como a la misma Naturaleza.
Esta línea de actuación ha sido especialmente clara, desde la ruptura por parte de EE.UU (Nixon) en 1971 del Sistema Monetario surgido en Breton-Woods (1944), suprimiendo unilateralmente la convertibilidad del dólar en oro. Desde entonces el FMI y el BM se han convertido en el brazo armado del imperio de las finanzas, de un capitalismo especulativo y de sus agentes más depredadores, las Multinacionales, en detrimento de un capitalismo productivo o comercial. La sustitución del patrón-oro por el patrón-dólar fue un hecho político central que colocó la dirección de la política monetaria mundial en manos de un solo país, obteniendo así un poderoso instrumento al servicio de una política de dominación imperialista capaz de condicionar la realidad económica internacional.
Con el decidido apoyo de organismos multilaterales, como FMI, BM, OMC, se consiguió un sometimiento de las economías nacionales a los designios del capitalismo transnacional, a través de las llamadas «políticas de ajuste» cuyos ejes centrales son:
1. Las privatizaciones («sobornizaciones» según reconocía el exvicepresidente del BM, Sr. Stiglitz,), de empresas y servicios esenciales para las poblaciones, con la complicidad de gobiernos corruptos, con frecuencia impuestos/apoyados por los propios EE.UU. Recordemos el reciente caso del presidente de Bolivia, Sánchez de Lozada, huido del país ante la rebelión de una población sumida en la miseria y la exclusión, y donde un ejecutivo de Repsol aseguraba obscenamente que podían obtenerse 10 dólares por cada dólar invertido en la industria del gas boliviano (¡1000%!)
Las privatizaciones-sobornizaciones además pretenden reducir o eliminar el papel del Estado, de sindicatos y movimientos sociales como redistribuidores del ingreso nacional, generando así mayor desigualdad. Sólo les interesa el Estado como controlador social: de la conciencia de la gente mediante los medios de comunicación, en poder de las oligarquías nacionales; de la rebeldía mediante la policía y los militares; y del propio gobierno si no se somete, mediante la guerra, la devastación y la muerte. Porque, ya es sabido, que la democracia sirve y se utiliza sólo mientras los trabajadores y los sectores populares se avengan a razones.. naturalmente las suyas.
2. La desregulación del mercado de trabajo, que tiene como principal objetivo disminuir el precio del trabajo (salarios y condiciones de trabajo) para así desequilibrar el reparto del excedente a favor del capital. Para ello se atacan las conquistas obreras conseguidas a través de años de lucha y sacrificios de los trabajadores; se imponen empleos sin derechos ni garantías, generalizando el empleo precario; disminuyen los salarios y aumentan las jornadas laborales; y, cómo no, se explota despiadadamente a una población inmigrante a la que primero se ilegaliza, para poder así esclavizarla mejor.
La etapa actual de la globalización capitalista ha convertido el nuevo orden mundial en una pesadilla para millones de seres humanos, capaz de conjugar tecnologías informáticas de punta con frecuentes condiciones laborales de brutal explotación, y todo ello rodeado por un segmento minoritario y privilegiado de la población con niveles de ingresos insultantes, siendo estos grupos privilegiados los que influyen de manera preferencial en los medios de comunicación y en las instituciones de educación y de cultura, desde donde se difunde la retórica de las bondades del sistema y de su inevitabilidad.
3. La liberalización de la cuenta de capitales. Significa simplemente la total libertad de movimientos de los capitales, lo que supone someter a un chantaje criminal a las economías de los países, pues mediante movimientos masivos de capitales especulativos se ejercen presiones sobre los tipos de cambio capaces de arruinar en pocos días la base económica de un país. Así ocurrió, por ejemplo, con la crisis del sudeste asiático de 1997, donde el FMI en connivencia con el Departamento del Tesoro de EE.UU destruyó el tejido industrial de Indonesia, Thailandia, Corea, etc, por considerar que eran una amenaza para la supremacía de las corporaciones de EE.UU. Las consecuencias para los trabajadores de estos países son el hambre y la desesperación. Un ingente sufrimiento humano.
El Movimiento antiglobalización les hace frente
El movimiento contra el capitalismo global lucha por que otro mundo sea posible, en el que otras políticas y relaciones sociales son necesarias. Políticas que respondan a una imprescindible solidaridad internacional, desde la reciprocidad, la diversidad y la igualdad de los pueblos; a la abolición de la deuda externa de los países periféricos; a la apertura de un comercio auténticamente no desigual, y desde la concepción de una economía al servicio de las necesidades sociales, gobernada por el pueblo y los trabajadores, y no para la apropiación de la riqueza por una minoría; a la extinción de la relación salarial como forma de subordinación ante el trabajo; al fin de la destrucción de la naturaleza por un sistema de producción sucio y depredador; y a la generalización de la convivencia internacional que renuncie a la guerra como forma de solución de los conflictos.
Este movimiento altermundista, que cada día está más vivo en todos los rincones del mundo, está gritando su apuesta por la superación del capitalismo. Por ello, del mismo modo que lo han hecho otros compañeros hace poco más de un mes en Washington, cuando empezaron los fastos de estas instituciones financiera; como lo vienen haciendo en muchos países de América Latina y de Asia, como lo hicimos hace diez años con las campañas «50 años bastan», por la abolición de la deuda, contra el ALCA…o en Barcelona-2001, impidiendo la cumbre del BM, o como lo hemos propagado con el Movimiento anti-guerra, también estos días denunciamos la reunión que va a celebrarse los próximos días 14 y 15 de junio en Madrid y reclamamos la disolución de este tipo de instituciones que tanto dolor y miseria están generando en el mundo.
Por eso os convocamos:
– Dia 11, viernes, 19.30 h. Acto de calle: Análisis de las políticas del FMI y BM. Explanada del Museo Reina Sofía (Atocha).
– Dia 14, lunes, 20 h.: Manifestación reivindicativa. Cibeles-Sol.
Contra el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial
Porque EL CAPITALISMO ES POBREZA Y GUERRA GLOBAL
¡OTRO MUNDO ES POSIBLE!