Nadie hizo mucho caso cuando en abril la OTAN publicó un informe que parecía rutinario bajo el título: «2019: ¿Una nueva era para la disuasión nuclear?». Sin embargo, una frase escondida entre la paja fue la clave que utilizó un periódico belga para desvelar uno de los secretos peor guardados de Estados Unidos: la presencia […]
Nadie hizo mucho caso cuando en abril la OTAN publicó un informe que parecía rutinario bajo el título: «2019: ¿Una nueva era para la disuasión nuclear?». Sin embargo, una frase escondida entre la paja fue la clave que utilizó un periódico belga para desvelar uno de los secretos peor guardados de Estados Unidos: la presencia de armas nucleares en territorio europeo.
El documento, un informe pensado para discusión en la Asamblea de la Alianza Atlántica del 1 de junio, incluyó una referencia a las cerca de 150 ojivas nucleares estadounidenses en suelo europeo: «En el contexto de la OTAN, Estados Unidos están desplegando alrededor de 150 armas nucleares en Europa, en particular las bombas B61, que pueden ser desplegadas tanto por aviones estadounidenses como aliados. Estas bombas están almacenadas en seis bases estadounidenses y europeas -Kleine Brogel en Bélgica, Büchel en Alemania, Aviano y Ghedi-Torre en Italia, Volkel en Países Bajos y en Incirlik, Turquía«.
Ha sido precisamente el diario belga DeMorgen el que ha destapado la liebre. En su artículo, detalla que el documento original se publicó el 16 de abril pasado incluyendo en el texto la referencia a las bombas nucleares en Europa. Desde entonces, una nueva versión ha sido publicada en la página web de la OTAN con fecha del 11 de julio en la que desaparece el desliz, sustituido por el texto «Los aliados europeos más frecuentemente mencionados con aviones adecuados (para bombas nucleares B61, ADB) son Bélgica, Alemania, Italia, los Países Bajos y Turquía».
El documento original, del que se conserva una presunta copia publicada por DeMorgen, justifica la decisión de mantener las bombas atómicas no estratégicas en Europa en «principalmente, el mantenimiento por parte de Rusia de un gran número de armas nucleares tácticas en su arsenal».
La presencia de estas ojivas nucleares en Europa no es una sorpresa para la opinión pública, pese a que la la línea oficial de los Gobiernos Europeos es la de «no comentar» la posición de la OTAN en estos temas. Fuentes de la OTAN han salido al paso afirmando que el documento «no es oficial» y que la alianza «no comenta detalles de su potencial nuclear» en declaraciones al Washington Post.
Todos los implicados son firmantes del Tratado de No Proliferación Nuclear de 1968, lo que no ha impedido que todavía se calculen en cerca de 14.500 las armas nucleares en todo el mundo, según datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), que se estarían reduciendo «lentamente».
Precisamente Estados Unidos, junto con Rusia, concentran cerca del 92% del armamento nuclear. Ambos países son firmantes del STAR III, Tratado de Reducción de Armas Estratégicas de 2010, en el que se comprometieron a reducir en dos tercios su arsenal atómico. En la actualidad, según las cifras estimadas por SIPRI, Estados Unidos contaba en 2018 con 1.750 ojivas nucleares desplegadas y 4.700 almacenadas o pendientes de desmantelamiento, mientras que Rusia contaría con 1.600 desplegadas y 5.250 almacenadas.