Mientras que los medios de comunicación, absortos, enfocan toda la atención en el resultado de la elección presidencial de los Estados Unidos, Vladimir Putin hace algo sorprendente, detiene a Alexei Uliukaev, Ministro de Economía del gobierno de Medvedev, por cargos de extorsión y corrupción. Uliukaev, cuyo teléfono estaba intervenido por los servicios de seguridad rusos […]
Mientras que los medios de comunicación, absortos, enfocan toda la atención en el resultado de la elección presidencial de los Estados Unidos, Vladimir Putin hace algo sorprendente, detiene a Alexei Uliukaev, Ministro de Economía del gobierno de Medvedev, por cargos de extorsión y corrupción. Uliukaev, cuyo teléfono estaba intervenido por los servicios de seguridad rusos (desde este verano) fue detenido en la noche, en posesión de dos millones de dólares estadounidenses. Putin lo despidió oficialmente a la mañana siguiente.
Fuentes oficiales rusas informan que Uliukaev recibió un soborno de 2 millones dólares por una evaluación que facilitó la adquisición por parte de Rosneft (el gigante petrolero ruso de gestión estatal) del 50% de Bashneft (otro gigante del petróleo). Al parecer, Uliukaev extorsionó a Igor Sechin -presidente de Rosneft- persona considera cercana a Putin y a los servicios de seguridad y de inteligencia rusos.
Sí, ha leído bien: según la versión oficial, una empresa de propiedad estatal ofreció un soborno a un miembro del gobierno. ¿Tiene sentido que un miembro de alto rango del gobierno tenga su teléfono intervenido y, que haya estado bajo estrecha vigilancia por el Servicio de Seguridad Federal durante más de un año?
Al parecer esto no tiene ningún sentido y, las autoridades rusas se da cuenta plenamente de ello. Pero ahí está la versión oficial. Entonces, ¿qué está pasando? ¿Putin está enviando un mensaje?
Por supuesto que hay un mensaje.
¿Recuerda al corrupto ministro de Defensa Anatoli Serdiukov? Primero fue destituido y sólo después se le detuvo. En esta ocasión, se trata de un miembro del gobierno que es detenido en el medio de la noche y durante horas, sus subordinados no tienen idea de que había sucedido. ¿Fue un error? Apenas.
La forma en que Uliukaev fue detenido fue cuidadosamente coreografiada para producir el mayor miedo posible a todos los «quinta columnistas» que todavía tienen poder. Uliukaev ha sido un emblema para todos los «Atlantistas» (aquellos que están en el Kremlin y que quieren integrar a Rusia en un sistema de seguridad internacional controlado de EE.UU.).
Uliukaev es un conocido liberal, al igual que Nikita Belyj, gobernador de la región de Kirov, que fue detenido con gran publicidad en junio, por aceptar un soborno de 400.000 euros. Incluso me atrevería a decir que Uliukaev puede ser considerado como el último símbolo de los «Atlantistas». Ha sido un fiel miembro de la secta «neoliberal» rusa (es decir, los partidarios del «consenso de Washington») que, en el pasado trabajaban con Egor Gaidar y Alexei Kudrin y que ahora están siendo sido removidos de sus altos puestos en los llamados «ministerios de la energía» (defensa, la seguridad del estado, inteligencia).
Todo el mundo en Moscú ha entendido el mensaje. No podía ser más claro el principal titular de la popular web Gazeta.ru: «Un siloviki* derribó a Uliukaev» . Además el diario muestra una foto con los actores principales de este drama, incluyendo a Sergei Korolev, jefe del servicio de Seguridad Económica del FSB, el hombre de aspecto duro que posiblemente hundió a Uliukaev.
En abril predije que una purga en el gobierno estaba en proceso. Tengo que admitir que pensé que iba a ocurrir antes. Al parecer, Putin decidió tomar estas medidas mientras el tío Sam estaba ocupado con sus propios problemas internos. Si explica el el retraso, dice mucho sobre la influencia que todavía puede ejercer los Estados Unidos en Rusia.
Algunos observadores destacan que la detención de Uliukaev se llevó a cabo después de la conversación telefónica entre Trump y Putin, dando a entender que Trump podría haber dado el visto bueno a Putin para la detención. Por supuesto, este completo disparate pretende «hacer quedar mal» a Putin. Es precisamente lo que buscan los quinta columnistas.
Todavía, la lista de posibles «candidatos» a ser purgados es larga e incluye nombres como el Viceprimer Ministro Arkadii Dvorkovich, el primer viceprimer ministro, Igor Shuvalov, la gobernadora del Banco Central de Rusia Elvira Nabiullina, el Ministro de Finanzas Anton Siluanov y por supuesto, el primer ministro Dmitri Medvedev.
Uliukaev es sólo uno entre muchos otros. Aún así, ha sido un objetivo de nivel superior. La manera en que fue detenido debe haber producido un frío escalofrío en todos los otros quintacolumnistas del Kremlin. Sólo el hecho que su teléfono estuviera intervenido – por tanto tiempo – es bastante revelador y claramente apunta a que nadie deshonesto está a salvo de las purgas de Putin.
Es un cambio que debe ser bienvenido: los miembros del gobierno de Medvedev, ahora están avisados, sus actividades están bajo la estrecha vigilancia de la FSB.
Realmente no importa mucho lo que sucederá con Uliukaev. Se han instruido los cargos legalmente y su caso será investigado y Uliukaev podrá defenderse en la corte (en estos momentos sólo está detenido bajo arresto domiciliario por dos meses).
Potencialmente, se enfrenta a 15 años de cárcel y una multa equivalente a 70 veces el monto del soborno. Como en el caso Serdyukov, que se las arregló para escapar de prisión (gracias a una amnistía presidencial con motivo de los 20 años de la actual Constitución Rusa) hoy Putin pareciera ser reacio a cualquier forma de ensañamiento con sus enemigos. Pero, incluso si Uliukaev llegará a disfrutar del aire fresco de la taiga siberiana, el personaje ya está terminado como un influyente agente del poder, y esto es lo que realmente le interesa a Vladimir Putin.
Lo que importa es que en el transcurso de una noche, un ministro de nivel superior pasó de sus oficinas ministeriales a una celda de detención y que nadie lo vio venir, o pudo preverlo. Una vez más, tenemos un caso «estilo Putin» al 100 por ciento: no hay advertencias de ningún tipo, ni pistas, incluso, la acción acaba rápidamente con un resultado inmediato. Su «mano» está claramente en todo el caso.
La reacción a esta detención en Rusia era predecible, sobre todo después que fuentes de los servicios de seguridad dijeran a los medios rusos que Arkadii Dvorkovich y Andrei Belousov estaban también bajo investigación. Anatolii Chubais, por ejemplo, declaró que estaba en «shock total». Aún mejor, fue la reacción del Primer Ministro Medvedev, quien dijo que lo ocurrido estaba «al borde de su entendimiento».
Será interesante observar la inevitable reacción de los Atlantistas: si realmente se sienten derrotados, tendrán que mantener un perfil bajo y declarar , de boquilla, que hay que «luchar contra la corrupción en todos los niveles» Si todavía tienen ganas de pelear, van a denunciar una represión «estalinista», el retorno a la «década de 1930 -con las purgas» y una «nueva campaña» contra la democracia.
Los medios corporativos occidentales, cuyo único «valor» es el dinero, van a escribir sobre cómo la «policía secreta rusa» está tomando medidas contra «empresarios» de una manera que va a terminar dañando la economía rusa.
Básicamente, repetirán los lamentos que todos oímos, cuando Putin desmanteló la infame mafia de oligarcas de la época de Yeltsin llamada «Semibankirschina». Como diría Elton John, «ya hemos visto esta película».
En cuanto a los nacionalistas rabiosos que odian a Putin, dirán que esto es demasiado poco y demasiado tarde. Durante años se han quejado de la corrupción y porqué los funcionarios de alto nivel eran investigados, y ahora que parece que han conseguido sus deseos, dirán nuevamente es «demasiado poco, demasiado tarde». Pero, no importa ya que tienen tan poca credibilidad, entre la población rusa, como partidos los pro-occidentales «Labloko» o «Parnass».
En este momento los principales medios de comunicación y comentaristas políticos están dando a Putin una ovación de pie. Estos medios durante muchos meses se han quejado constantemente del «bloque económico del gobierno», es decir, de aquellos cinco altos cargos pro- estadounidenses y quintacolumnistas dentro del gobierno Medvedev.
Literalmente todos los principales comentaristas políticos han estado pidiendo y exigiendo una purga de este «bloque económico» y un cambio radical en las políticas económicas de Rusia. Ahora, que hay un villano purgado es un buen comienzo pero todavía no hay señales que rodarán más cabezas que cambien el rumbo económico de Rusia. Tenemos que poner fin a las políticas del consenso de Washington, reemplazándolas obligatoriamente por políticas que promuevan el crecimiento interno. Conociendo como actúa a Putin, no debemos esperar ningún signo anticipado – solo veremos una acción relámpago.
En Rusia, al igual que en los EE.UU., cambiar a la gente es mucho más fácil que cambiar el sistema. Sin embargo, la única manera de lograr un cambio real es, precisamente, cambiar el sistema, no las personas.
En este periodos, Putin sólo ha tenido éxito expulsando del poder a algunas de personas corruptas, cambiándolas por personas honestas.
Ahora, que la amenaza de guerra con los EE.UU. se reduce considerablemente y el Tío Sam está ocupado en sus propias luchas internas, esperamos que Putin finalmente sea capaz de tomar acciones enérgicas que liberen a Rusia de los partidarios del «consenso neoliberal de Washington» . Es necesario reemplazarlos por verdaderos patriotas que hagan posible que Rusia se convierta en un país verdaderamente soberano, incluso en el ámbito económico.
Nota:
* Siloviki, agente de seguridad ruso que se caracteriza por su profesionalismo y honestidad
Fuente: http://www.unz.com/tsaker/putin-is-finally-purging-the-medvedev-government/
Traducción: Emilio Pizocaro