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Rebeldes rohinyás reivindican una emboscada contra el ejército birmano

Fuentes: Agencias

Los rebeldes rohinyás reivindicaron este domingo una emboscada contra las fuerzas de seguridad birmanas que dejó varios heridos en el estado de Rakáin (norte), el primer ataque de este tipo en semanas en la región. Las violencias comenzaron en agosto, con ataques a puestos de policía por parte de los rebeldes del Ejército de Salvación […]

Los rebeldes rohinyás reivindicaron este domingo una emboscada contra las fuerzas de seguridad birmanas que dejó varios heridos en el estado de Rakáin (norte), el primer ataque de este tipo en semanas en la región.

Las violencias comenzaron en agosto, con ataques a puestos de policía por parte de los rebeldes del Ejército de Salvación de los Rohinyás de Arakan (ARSA), que denuncia los malos tratos sufridos por esta minoría musulmana.

Los ataques provocaron una campaña de represión por parte del Ejército birmano que la ONU calificó de «limpieza étnica». Unos 650.000 rohinyás huyeron desde entonces al vecino Bangladés.

El Ejército birmano rechaza cualquier tipo de abuso y defiende que las operaciones son una respuesta proporcionada a la amenaza «terrorista».

El ARSA declaró que una «decena» de rohinyás habían tendido una emboscada a uno de sus vehículos el viernes con ayuda de minas artesanales.

Dos oficiales y el conductor resultaron heridos, según la misma fuente.

Los rebeldes reivindicaron este ataque en su cuenta oficial de Twitter.

«El ARSA declara que hemos llevado a cabo una emboscada contra el ejército terrorista birmano el 5 de enero de 2018», dice el texto, sin dar más detalles sobre la naturaleza del ataque.

«El pueblo rohinyá debe ser consultado sobre todas las decisiones que afecten a sus necesidades humanitarias y su futuro político».

Los musulmanes rohinyás representan la mayor población apátrida del mundo desde que se les retiró la nacionalidad birmana, en 1982, bajo el régimen militar.

No disponen de documentos de identidad y no pueden viajar ni casarse sin autorización. Tampoco tienen acceso ni al mercado de trabajo ni a servicios públicos como escuelas y hospitales.