Recomiendo:
0

Mujeres afrodescendientes, indígenas, jóvenes, feministas, campesinas, sindicalistas en el FSA

Con voz propia

Fuentes: Mujeres hoy

Mujeres afrodescendientes, indígenas, jóvenes, feministas, campesinas, sindicalistas, entre muchas otras, tuvieron voz propia en el Foro Social de las Américas, realizado en Ecuador y que termina hoy viernes. Discutieron y reflexionaron sobre muchos temas, desde el derecho al aborto hasta los costos del neoliberalismo para las mujeres. El lema Otro mundo, otra América es posible […]

Mujeres afrodescendientes, indígenas, jóvenes, feministas, campesinas, sindicalistas, entre muchas otras, tuvieron voz propia en el Foro Social de las Américas, realizado en Ecuador y que termina hoy viernes. Discutieron y reflexionaron sobre muchos temas, desde el derecho al aborto hasta los costos del neoliberalismo para las mujeres.

El lema Otro mundo, otra América es posible animó esta cita hemisférica que forma parte del Foro Social Mundial, iniciado el año 2001, y que ha abierto el camino para que la sociedad civil exprese un pensamiento crítico acerca de los diversos problemas que vive la humanidad.

En un balance preliminar, las instituciones organizadoras del Primer Foro Social de las Américas evaluaron postivamente el desarrollo de este primer encuentro social continental. Participaron unas 10.000 personas de 44 países, hubo representación de 814 organizaciones y se realizaron 429 paneles, talleres y reuniones.

Los ejes transversales del Foro fueron el género y las diversidades. Y el objetivo: construir alternativas de existencia más justas y equitativas para las mujeres y los hombres. He aquí un breve resumen de algunas de las actividades realizadas por mujeres, basado en la información que durante toda la semana envió a toda América Latina la Red Mujeres AMARC.

La agenda de las mujeres

Magdalena León, ecuatoriana e integrante de la Comisión Organizadora del I Foro Social de las Américas, en representación de la Red de Mujeres Transformando la Economía (REMTE), hizo notar al comienzo del Foro que esperaba que el género, en tanto eje transversal de la cita hemisférica, se hiciera realidad y no fuera «sólo un enunciado». Recordó que en la programación del Foro no fue fácil encontrar equilibrios en ese sentido.

«Pero estamos agotando todas las vías para que eso se dé -aclaraba- y para que al finalizar, el día viernes, en los paneles de síntesis y convergencia podamos recoger de la mejor manera la voz feminista y la presencia de las mujeres».

Y para ello las mujeres se pusieron a la tarea. Por ejemplo, el panel Género y Diversidades fue aquel que prácticamente inauguró las más de las 400 actividades previstas hasta este viernes 30.

Otro panel importante fue el que abordó la Defensa de los Derechos Sexuales en Contextos Fundamentalistas. Este contó con la participación de Sandra Mazo, de la organización Católicas por el Derecho a Decidir de Colombia; de Gisi Cedamanos, de la Coordinadora de Lesbianas Feministas de Perú; de Robinson Sánchez, de El Solar de la Diversidad Sexual.

Este panel discutió de qué manera el fundamentalismo económico, político, cultural o religioso, tan extendido hoy, expresa un pensamiento único y se niega al debate de ideas.

Sandra Mazo, quien también labora en la Defensoría del Pueblo de Colombia, criticó duramente al fundamentalismo religioso que oprime e impone una visión anacrónica de la realidad. La jerarquía de la iglesia Católica quiere una feligresía sumisa y le niega, especialmente a las mujeres, su derecho a la libertad de elegir, puntualizó.

Reconoció el importante papel que la iglesia cumple en las tareas de paz ante la situación de violencia en Colombia, pero lamentó que mantenga posiciones tan retrógradas en el reconocimiento a los derechos sexuales y reproductivos.

Gisi Cedamanos, por su parte, reseñó la lucha que los movimientos de mujeres y por la diversidad están dando en Perú para que la vigencia del Estado laico sea una realidad, pues el tutelaje de la iglesia Católica restringe el ejercicio de la ciudadanía.

Cedamanos propuso reforzar las iniciativas destinadas a la educación de la población sobre el ejercicio real de la ciudadanía, lo que permitirá el desarrollo de pensamientos críticos que rompan con la pasividad y alienten la pluralidad.

Robinson Sánchez Tamayo, de la organización El Solar de Colombia, detalló la experiencia para el reconocimiento de los derechos humanos de las personas homosexuales que promueve su organización y que les ha permitido articularse a otros movimientos sociales.

En la actualidad, su organización trabaja para sensibilizar a la gente sobre el hecho de que los actos homofóbicos son violaciones a los derechos humanos, y que al constituirse en crímenes utilizados en el escenario de la guerra (refiriéndose a Colombia, en particular), significan una eliminación simbólica de la diversidad sexual.

El aborto

Otro tema tratado fue el aborto. Sandra Mazo, coordinadora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir de Colombia, señaló que más de 300 mil mujeres abortan cada año en su país, muchas veces en condiciones inseguras, poniendo en riesgo su salud y su vida.

Mazo informó que el aborto es un problema de salud pública, de derechos humanos y de justicia social, por lo que han iniciado una campaña para despenalizarlo. «Estamos comprometidas en este empeño aun cuando la legislación en Colombia y los fundamentalismos religiosos no han permitido mirar otras posturas más abiertas», dijo.

«Prima una visión religiosa que influye en los temas que tienen que ver con la identidad, con la conciencia y la libertad, en los que la iglesia Católica impone una visión del mundo que no corresponda a la realidad», manifestó.

Sin embargo, está convencida de que es posible avanzar en el reconocimiento del derecho a decidir de las mujeres, fortaleciendo los movimientos sociales. «Una de las herramientas que nos queda como pueblo es la lucha -dijo-, la resistencia, la movilización, la denuncia, a lo que debemos sumar un mayor trabajo en la información y educación a la gente… es un trabajo de hormiguita y de mucha conciencia social».

La otra economía

En el panel Alternativas Económicas Feministas se plantearon alternativas para construir un nuevo paradigma de desarrollo basado en el respeto a los derechos humanos y a la vida y que contemple la equidad social y de género.

Una de las propuestas fue poner al descubierto la ceguera de género de las políticas micro y macroeconómicas que mantienen oculto el valor del trabajo doméstico de las mujeres para apoyarse en él y sostener un modelo de exclusión y explotación.

El panel fue organizado por la Marcha Mundial de Mujeres y la Red de Mujeres Transformando la Economía.

Norma Sanchis, socióloga argentina de la articulación feminista Marcosur, cuestionó que muchos programas de microcréditos -aun cuando están dirigidos a la mujer- no la empoderan realmente. «Además, los programas de lucha contra la pobreza dicen que incorporan la perspectiva de género por tener a las mujeres como beneficiarias, pero más allá de promover el acceso no incluyen una mirada crítica de la construcción de los géneros y su relación desigual», afirmó.

Al referirse al impacto de la macroeconomía en la vida de las mujeres, mencionó la transnacionalización de los encadenamientos del trabajo de cuidado del ámbito doméstico. Es decir, que en el proceso de la migración mayoritariamente femenina de la última década, las mujeres parten a otros países a cuidar a otros hijos, ancianos, enfermos, mientras los suyos son asumidos por sus madres o hermanas, personas que ven aumentada su carga de trabajo.

Precisó que en varios países, como Ecuador, las mujeres migrantes son el principal sostén de sus familias. Y es que el crecimiento de las remesas de hombres y mujeres a las naciones de América Latina superó en el año 2003 al total de la inversión extranjera directa y de la ayuda para el desarrollo.

Para Sanchis, la denuncia del fundamentalismo económico que se sustenta en un supuesto realismo técnico y que oculta su carga de opresión, debe estar acompañada de un proceso de democratización de la toma de decisiones políticas, y del cuestionamiento a mitos que dejan a la disponibilidad de los gobiernos la atención del problema del hambre cuando se trata de una justa redistribución de los recursos.

«Las alternativas para una nueva economía requieren de un pensamiento crítico en amplios sectores sociales que permitan generar un contrapoder que sitúe en un lugar central los derechos humanos, la equidad social y la de género», dijo.

Trabajo doméstico en la sombra

Louise Vandelac, profesora universitaria canadiense, sostuvo, por su parte, que el trabajo del hogar se encuentra excluido del desarrollo económico y de esa forma mantiene oculta a la cuarta parte de la población económicamente activa.

«Los tiempos del amor, de la comida, del descanso y del cuidado de los hijos son considerados como tiempos muertos, no productivos, cuando tienen un valor que es preciso reconocer», hizo notar.

Propuso como una tarea urgente incluir el trabajo doméstico realizado por mujeres en las cuentas nacionales, en el debate público y en la formulación de políticas que también consideren responsabilidades personales y profesionales más consecuentes.

Pensemos en un universo -sugirió- que articule las actividades domésticas y que optimice la producción siguiendo el ciclo de la vida y reduciendo sus impactos negativos.

Marcha contra los tratados de «libre» comercio

En la tarde del miércoles 28, unas 50 cuadras de las calles de Quito se llenaron con la masiva presencia de hombres y mujeres en la primera marcha del Foro Social de las Américas, en donde las principales consignas rechazaban los tratados de libre comercio.

La colorida multitud, con pancartas y gritos, expresó el derecho de los pueblos de América a la autodeterminación, al comercio justo, a la defensa de la vida por encima de los intereses económicos, a un mundo digno y en paz para toda su población.

Esta manifestación permite advertir lo que será el tenor general de las conclusiones del Foro, orientadas al rechazo de los TLC en los países de la región, al ALCA, y a la expansión intervencionista del gobierno de Estados Unidos, que lesiona la soberanía y autonomía de los pueblos de América Latina y el Caribe y vulnera los derechos humanos de sus gentes.

Un grupo de mujeres campesinas de Ecuador, con niños en la espalda y la voz muy en alto, dijeron que el ALCA las condenará al hambre pues la papa, las habas y la leche, productos de su trabajo diario, no valdrán nada.

Jóvenes gays con amplias capas multicolor sobre los hombros expandiéndose al aire como en un amplio vuelo, defendieron también el derecho a decidir libremente de las personas y de los pueblos.

La manifestación duró más de tres horas y no decayó en ningún momento, pese el despliegue de un gran esfuerzo físico de las personas, debido a las altas subidas de las calles de la ciudad con el agravante de la altura.

La marcha cerró un círculo al concluir su recorrido en el mismo parque desde donde partió. Allí quedaron las personas compartiendo ritmos y consignas a favor de un mundo mejor para la humanidad, donde los militarismos, las injusticias, la pobreza y las discriminaciones sean historias del pasado.

Fuente: AMARC, Cimacnoticias.com