A medida en que se acerca la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacifico (APEC), los más poderosos medios de comunicación chilenos se han lanzado a editorializar en torno a temáticas ligadas a la seguridad de ese evento, y a demonizar por anticipado las manifestaciones ciudadanas que en esa fecha expresen la disidencia de […]
A medida en que se acerca la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacifico (APEC), los más poderosos medios de comunicación chilenos se han lanzado a editorializar en torno a temáticas ligadas a la seguridad de ese evento, y a demonizar por anticipado las manifestaciones ciudadanas que en esa fecha expresen la disidencia de la sociedad civil chilena frente a las políticas de la globalización neoliberal.
Esta estrategia comunicacional pretende desarrollar el efecto » profecía autocumplida «. Es decir, a fuerza de repetir y afirmar por doquier que algo va a pasar, logran que eso finalmente termine ocurriendo. En este caso, estos medios de comunicación han desatado un espiral de paranoia policial y de temor generalizado que cumple objetivos políticos muy evidentes:
El primer objetivo de esta campaña comunicacional es desviar la atención sobre el debate y los temas de la cumbre APEC. El énfasis que se otorga al número de carabineros o militares desplegados y la abundante cantidad de artículos y notas televisivas dedicadas a las políticas de seguridad, sin duda establecen la mejor de las cortinas de humo a las negociaciones y acuerdos de una cumbre que se realiza de espaldas a la ciudadanía y en una alarmante falta de transparencia.
En segundo lugar, esta campaña pretende demonizar la disidencia. Y en particular, busca invisibilizar al Foro Social Chileno. ¿Y porqué temer a esta iniciativa? Principalmente porque este proyecto es la más relevante articulación que las organizaciones y movimientos sociales chilenos han logrado fraguar desde la Asamblea de la Civilidad, a mediados de los años ochenta. Lograr vincular a más de ciento treinta organizaciones, de la más variada procedencia y perspectiva, es un acontecimiento muy nuevo pero de insospechadas consecuencias ¿Cómo neutralizar esta iniciativa? Destacando a grupos o individuos que convoquen u organicen actividades violentas y destructivas, y ligando al Foro Social Chileno con estas acciones, para minar la masividad y pluralidad de su convocatoria.
En tercer lugar esta campaña mediática pretende reforzar la hegemonía del «pensamiento único» mediante el recurso a la apología de la violencia militarista y las restricciones a las libertades públicas. A medida que los temores desatados por la «profecía autocumplida» de la violencia se hagan realidad, la ecuación neoliberalismo + liberticidio se legitimará en una opinión pública descaradamente manipulada y manipulable. Así se refuerzan los argumentos acerca de la «tolerancia cero» y políticas coercitivas de la libertad de reunión, expresión y asociatividad terminan siendo populares en una población que apuesta más al orden que a la autonomía.
Frente a este panorama, las organizaciones adherentes al Foro Social Chileno no somos ingenuas y reaccionaremos con lucidez. Y por ello reafirmamos la vigencia y sentido de la carta de principios del Foro Social Mundial que nos señala la eficacia de la » resistencia social no violenta al proceso de deshumanización que vive el mundo «. Por ello no caeremos en la tentación del violentismo, ya que aquello sería la mayor de las complicidades con quienes verdaderamente aspiran a que ello ocurra.
Como muy bien lo demuestra Michael Moore en » Fahrenheit 9/11″, Osama Bin Laden es hoy el mejor aliado de George Bush. Del mismo modo, coquetear con consignas como «fuego a la APEC» es la mejor colaboración que se puede tener con los organizadores de ese evento.
En el actual escenario, la fuerza de los altermundialistas no radica más que en dos potencialidades: la fuerza de las ideas y la fuerza de la diversidad y la masividad. Pero ser diversos tiene un límite: no lo podemos ser cuando algunos recurran a los hechos consumados para teñir el carácter de un acto con acciones que niegan y contradicen justamente lo que muchos afirmamos y por lo que luchamos cotidianamente.
La irresponsabilidad social de algunos medios de comunicación es un factor que no está en nuestras manos transformar, y lamentablemente tendremos que convivir con una cobertura de prensa más interesada en los episodios de violencia que en las propuestas para una globalización alternativa.
Sin embargo, lo que sí está al alcance de las organizaciones del Foro Social Chileno es hacer todo lo posible para generar las condiciones que sumen a esta iniciativa a la mayor cantidad de chilenos y chilenas. Y eso lo podremos hacer porque tenemos nuevas ideas, prácticas coherentes y principalmente, porque los que creemos que otro mundo es posible estamos construyendo mayorías.