Porto Alegre se ha convertido en el referente, en el faro que guía a un puñado de altermundialistas. Enclavado en un espacio privilegiado, el Territorio Foro se presenta como una de las pocas oportunidades que restan para diseñar alternativas a la globalización neoliberal. Tras la exitosa experiencia de Mumbai en 2004, regresa a casa, más […]
Porto Alegre se ha convertido en el referente, en el faro que guía a un puñado de altermundialistas. Enclavado en un espacio privilegiado, el Territorio Foro se presenta como una de las pocas oportunidades que restan para diseñar alternativas a la globalización neoliberal. Tras la exitosa experiencia de Mumbai en 2004, regresa a casa, más dispuesto que nunca a redimensionar su capacidad participativa y dinámica. Por ese motivo, todos los eventos son autogestionados. Movimientos sociales, sindicatos, organizaciones no gubernamentales cuyas experiencias, en ese camino de ida y vuelta que es el de los foros, permiten ir creciendo al poner sobre la mesa para discutir con el resto de participantes los éxitos y fracasos de sus propuestas. Todo con un único objetivo común, la transformación de este mundo aplicando modelos basados en la justicia social.
Los desafíos son múltiples. En los últimos años, el desarrollo de las doctrinas neoliberales ha provocado una tendencia hacia la privatización de servicios básicos, como la educación. Por ello, se está trabajando por la consolidación de una Red Mundial de Lucha contra la Mercantilización de la Enseñanza y por una auténtica democratización del derecho a una educación pública de calidad para todas y todos los ciudadanos del mundo. En todos los paneles relacionados con este tema, se ha partido de una idea básica: la educación es un derecho universal y un bien público. Una educación eman- cipadora, que garantice la igualdad de oportunidades, compense desigualdades sociales y reconozca el derecho de todos los pueblos a construir su propio sistema educativo, ése que les haga crecer como comunidad.
Un derecho a la educación que no está plenamente desarrollado en todos los países, por lo que la preocupación principal de los gobernantes debiera ser, primero, garantizar la plena expansión de ese derecho y, segundo, que se convierta en un bien público. En América Latina, sin ir más lejos, existen grandes bolsas de población que no tienen acceso a la educación; junto a ellos, niños que aunque lo tienen, no pueden finalizar sus estudios, como consecuencia del proceso de inestabilidad económica de sus familias, que les obliga a insertarse en el circuito laboral.
Hoy en día señalaban desde la Federación Colombiana de Educadores hay una crisis en la educación, producto de las políticas neoliberales que se desarrollan en América Latina, bendecidas por la actitud de los gobernantes de turno, empeñados en aplicar políticas de ajuste estructural que suponen la desfinanciación de la educación.
Políticas económicas neoliberales como las del ALCA, cuya puesta en marcha provocará mayores dificultades no sólo para el desarrollo económico de numerosos sectores sociales, sino también para la pervivencia de ese derecho universal que es la educación, que no alcanzará la condición de bien público, sino que se irá transfiriendo hacia instituciones privadas. De esa forma, funciones claves que debe mostrar esa educación como la de construir sociedad, transmitir todo tipo de conocimiento o ser capaz de enfrentarse a los conflictos de forma dialogada, se pueden resentir con el tiempo.
Frente a esta tendencia a la privatización, en el Foro han surgido propuestas novedosas, que pretenden cambiar el rumbo. En ese sentido, iniciativas como la creación de una Universidad Popular de los Movimientos Sociales, cuya carta de principios está todavía por definir, podría suponer la defensa del carácter de bien público del ámbito universitario y de la educación en general, bien por ser un lugar de transmisión de conocimiento, bien por constituirse en un espacio público abierto a la discusión crítica de todas las culturas del mundo. Son caminos por explorar, y en ello se encuentra un importante sector de intelectuales de América Latina. Puede que no sea el único, pero, al menos, está sustentado en una reflexión teórica, fruto de la necesidad de transformación que esta sociedad necesita.
* Representante de STEE-EILAS en Porto Alegre