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¿Qué hay que esperar del Foro Social Mundial?

Fuentes: ALAI-AMLATINA

Después de la quinta edición del Foro Social Mundial (FSM), todavía existe mucho debate sobre su función. Los dos jefes de Estado presentes en el evento expresaron visiones distintas. Lula se refirió al Foro como «feria ideológica». Hugo Chávez dijo que este era el «evento político más importante del mundo».En cierta medida, el FSM sí […]

Después de la quinta edición del Foro Social Mundial (FSM), todavía existe mucho debate sobre su función. Los dos jefes de Estado presentes en el evento expresaron visiones distintas. Lula se refirió al Foro como «feria ideológica». Hugo Chávez dijo que este era el «evento político más importante del mundo».

En cierta medida, el FSM sí es una feria de ideas. Desde el inicio, fue concebido como un espacio plural, en donde ningún grupo se sobrepondría a las plataformas, propuestas y estrategias de lucha de millares de organizaciones y movimientos sociales que participan de este proceso. Sería absurdo proponer que algún tipo de «comité central» del FSM intentase conducir movimientos importantes y ampliamente representativos como, por ejemplo, Vía Campesina (que congrega organizaciones campesinas de 60 países), las centenas de organizaciones de Dalits (las castas más oprimidas en la India), o los grandes movimientos contra la privatización del agua y del gas en Bolivia.

El Foro es también un espacio de articulación de diversas redes internacionales. Este año, el evento sirvió de preparación para las manifestaciones contra la Organización Mundial del Comercio (OMC), que ocurrirá durante la Conferencia Ministerial de Hong Kong en diciembre. Los movimientos sociales rurales y las organizaciones que componen la red «Nuestro Mundo no Está en Venta» se oponen a las propuestas presentadas por el G-20 (grupo de países liderado por Brasil) para las negociaciones agrícolas, pues ellas se limitan a la defensa de la apertura de los mercados europeo y estadounidense para los grandes productores, estimulando el modelo agrícola basado en la monocultura para la exportación. Los movimientos sociales defienden el principio de soberanía alimentaria, que consiste básicamente en priorizar el mercado interno y la agricultura campesina, garantizando que cada país tenga condiciones de alimentar a su propio pueblo.

Otros millares de reuniones de articulación ocurrieron en Porto Alegre. Los movimientos contra la guerra evaluaron que el Foro ha tenido un papel importante para impulsar grandes manifestaciones, como la que ocurrió contra la guerra en Irak, el 15 de febrero de 2003. Por primera vez en la historia se produjo una movilización simultánea en 60 países, con la participación de cerca de 6 millones de personas. Este movimiento fue fundamental para quebrar la legitimidad de los argumentos de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU e impedir el aval de muchos países para la invasión de Irak. La oposición a la guerra también tuvo un papel importante en la elección del presidente español José Luis Zapatero. Para 2005, fue convocada una movilización mundial el día 19 de marzo.

En el ámbito de las Américas, la Campaña Contra el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), Deuda y Militarización logró algunos avances importantes. El fracaso de las negociaciones del ALCA, fruto de grandes movilizaciones e impasses en el proceso negociador, impidió su implementación en la fecha prevista, que sería el 1 de enero de 2005. En una tentativa de «resucitar» el ALCA, los gobiernos de Brasil y los Estados Unidos inician negociaciones para la realización de una Cumbre Ministerial en noviembre, en Argentina. Al mismo tiempo, la Campaña Contra el ALCA decidió organizar una Cumbre de los Pueblos e intensificar las movilizaciones continentales.

La Campaña por la Desmilitarización de las Américas, que denuncia la presencia militar de Estados Unidos en el continente, conmemoro la interrupción de las operaciones de la marina estadounidense en la Base de Vieques, en Puerto Rico. Eso ocurrió después de años de movilizaciones, que resultaron de la presión de activistas norteamericanos y portorriqueños.

La suspensión del acuerdo entre Brasil y Estados Unidos para la utilización de la Base de Alcántara también fue recordada como ejemplo. El rechazo de la sociedad brasileña al acuerdo quedó evidente con el resultado del plebiscito popular que reunió más de diez millones de firmas.

El Foro contribuyó también para popularizar las campañas por la anulación de la deuda externa de los países periféricos. El ejemplo de Argentina es importante, ya que el país vive un momento de expansión económica al mismo tiempo en que declara la moratoria de su deuda. Las organizaciones sociales pueden utilizar todavía, como argumento táctico, la propuesta de Estados Unidos para la anulación de la deuda de Irak, y exigir la cancelación de contratos durante periodos de dictaduras en otros países. Está claro que esas deudas ya fueron pagadas y que la transferencia masiva de capital del Sur hacia el Norte es una de las principales causas del hambre y de la pobreza en nuestros países.

Estas propuestas presuponen cambios estructurales, y están imbuidas de un fuerte sentimiento antiimperialista. En ese sentido, la decisión de escoger a Venezuela como sede del Foro Social de las Américas en 2006 fue producto del consenso en el Consejo Hemisférico del FSM y generó gran apoyo popular. La existencia de un líder político en América Latina, como Hugo Chávez, que se contrapone de hecho al gobierno Bush, debe ser valorada especialmente en la actual coyuntura. El pueblo venezolano ha sido un ejemplo para aquellos que sostienen que es posible romper con las cadenas del neocolonialismo.

El proceso hemisférico del FSM incluye también los Foros Panamazónico y Mesoamericano, lo que posibilita profundizar temas y articulaciones regionales. Uno de ellos es la relación entre la presencia militar de los Estados Unidos y el control de recursos naturales y biodiversidad. La militarización propicia también la implementación de grandes proyectos, como presas, gasoductos y oleoductos, causando devastación del medio ambiente y de las comunidades locales.

La participación popular en el proceso del FSM (que incluye eventos locales, regionales y continentales) muestra que existe una demanda creciente de espacios de articulación, análisis, difusión de ideas y propuestas, y de elaboración de planes de acción contra el neoliberalismo. Pero, principalmente, estos son momentos de movilización. Esta es la fuerza del Foro. Es de ahí que viene su relevancia y su energía. (Traducción ALAI)

* Maria Luisa Mendonça es periodista, directora de la Red Social de Justicia y Derechos Humanos y miembro del Consejo Internacional del FSM.