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A seis meses de las detenciones irregulares de Guadalajara

El baile de los globalifóbicos: Entre el tolete y la atomización

Fuentes:

Numancia y el jardín de la biblioteca del estado La semana previa a la cumbre ALCUE en Guadalajara sólo estaba clara la descoordinación de los espacios civiles y alternativos. La marcha del día 28 –que partiría de la Minerva-sería  el único acto de convergencia. En las calles había inconformidad en algunos comerciantes de la zona […]

Numancia y el jardín de la biblioteca del estado

La semana previa a la cumbre ALCUE en Guadalajara sólo estaba clara la descoordinación de los espacios civiles y alternativos. La marcha del día 28 –que partiría de la Minerva-sería  el único acto de convergencia. En las calles había inconformidad en algunos comerciantes de la zona de seguridad por el cierre de negocios, molestia por las obras públicas para maquillar la ciudad y un creciente dispositivo policíaco que se coronó cuando la plaza de armas amaneció envuelta en vallas de acero. La gente estaba a la expectativa de los altermundistas. Incluso una encuesta del periódico Mural indicaba la opinión generalizada de que debían de ser escuchados. La población no tenía miedo, algo inusual en una cumbre de jefes de estado.

El jueves 27 de mayo era la víspera de la inauguración oficial de la cumbre. Alrededor del medio día se dio el primer enfrentamiento entre activistas y cuerpos policíacos, cuando los libertarios trataron de acampar en el parque de la revolución y fueron desalojados violentamente. Los Foros alternativos habían dado inicio desde el día 25, obteniendo cobertura de los medios: Exbraceros, Género y Servicios, Foro Regional, Foro Enlazando Alternativas, Foro contra La Guerra. En las distintas sedes alternativas todavía se rumoraba acerca de la llegada de Fidel Castro, para quién estaba preparada el aula magna del CUSCH de la U de G, donde daría una conferencia junto con Hugo Chávez. Finalmente sólo llegó Pérez Roque.
La actividad nocturna era una cena popular gratuita que Comida no Bombas ofrecería frente al cerco de la plaza de armas. Se marcharía rumbo al centro desde los dos flancos de la avenida Alcalde-16 de septiembre: el CUSCH al norte, y la plaza Juárez al sur. Para evitarlo, la Policía encaró de nuevo al contingente libertario y lo persiguió hasta su campamento en el jardín de la biblioteca pública del estado, a un costado de la plaza Juárez. Ahí, cerca de 100 personas fueron rodeadas por dos filas de granaderos quienes les mantuvieron secuestrados desde las 9 hasta las 3:30 de la madrugada. Adentro quedaron incluso algunos niños que paseaban por el parque. Los medios de comunicación estuvieron presentes, pero la nota esa noche era la llegada de los mandatarios. Un secuestro en este país es algo bastante cotidiano después de todo.

El tortuoso camino rumbo a la cumbre

En Febrero del 2004  se realizó una reunión en Guadalajara para coordinar acciones rumbo a las jornadas de mayo, con la presencia de miembros de la red No ALCA, la Perla Móvil (participantes en Cancún el año anterior), del colectivo ecologista y de la Comuna Libertaria (el grupo tapatío de jóvenes Anarkopunks). Ahí se acordó crear una promotora que cobijara y difundiera todas las acciones alternativas, independientemente de quién las impulsara.                    

Paralelamente, en la Ciudad de México, un grupo de ONG –RMALC, CENCOS, CILAS, Centro de derechos humanos Miguel Agustín Pro, entre otras– comenzaron a tener reuniones con un objetivo similar. Desde Guadalajara se buscó que ambos organismos fueran referentes y trabajaran de manera coordinada impulsando un mismo concepto, pero una serie de malentendidos y la dinámica un tanto centralista de las ONG lo impidió finalmente. El espacio en Jalisco adoptó el nombre de Otro Mayo Guadalajara, Promotora (OMG), mientras que el de ONG se llamó Encuentro Enlazando Alternativas (EA).

A partir de la experiencia adquirida en los espacios alternativos al Foro Económico Mundial en Cancún (2001), la Cumbre de la ONU sobre Financiación al desarrollo en Monterrey (2002), la cumbre de la OMC en Cancún (2003) y la Cumbre extraordinaria de las Américas (2004), se comenzaron los trabajos y las gestiones. Pero la constante fue la atomización.
El Frente antineoliberal, conformado por organismos sindicales y civiles regionales sintió desconfianza de OMG y se deslindó de ella unas semanas antes de la cumbre. Por su parte, EA se desvinculó en los hechos de OMG, y se apoyó en el sólido trabajo de Organizaciones regionales como el IMDEC, el Colectivo Ecologista Jalisco y el CEREAL. Los jóvenes Libertarios después de un incidente relacionado con el campamento, también se deslindaron enfocándose en la realización de su propio encuentro, coordinando a las comunidades de Guadalajara, México y Monterrey. Finalmente los grupos de posiciones más radicalizadas anunciaron por internet su llamado  a aguar la fiesta a los poderosos, pero no buscaron articulación con nadie. OMG al pretender unificar a todos los grupos civiles, acabó siendo un actor muy disminuido. El terreno estaba sembrado para la provocación.

El 26 de abril hubo un ominoso presagio de lo que venía cuando al término de un encuentro de futbol entre Atlas y Tigres hubo una refriega entre aficionados regiomontanos y la policía local. El caso trascendió a los medios. Al día siguiente Emilio González Marques declaraba a la prensa que con su acción al confrontar a la porra de Tigres, la Policía de Guadalajara había demostrado su preparación. Cuando los periodistas le preguntaron sobre la cumbre dijo: «Estamos preparados para reaccionar en contingencias de esta naturaleza y mayores, pero esperemos que no se llegue a eso». El periódico Público reportó 64 detenidos y 27 heridos. Sin duda estaban capacitados, después serían incluso premiados por sus excesos.

El Baile de los globalifóbicos

El 28 de mayo por la mañana el Centro Independiente de Medios y Convergencia (CIMC) estaba tenso. En la reunión de coordinación de la marcha se acordó –por parte de los grupos visibles– replegarse ante la valla policíaca en donde quiera que ésta estuviera. La presión policíaca sobre las instalaciones del CIMC se había intensificado y la organización de la marcha estaba muy desarticulada por la agresión de la madrugada. Aunque el contingente más amplio salió, según el acuerdo original, de la Minerva, al menos hubo otros dos puntos de partida. Un líder sindicalista local comentó en corto una llamada recibida la noche anterior por parte del estado mayor presidencial: no arriesgues a tu gente, la plaza Aranzazu es el sitio seguro.

Los grupos libertarios tomaron autobuses y pagaron sus pasajes para llegar a la Minerva. Ahí parecía que ya había pasado lo más grave. El ambiente generalizado era sumamente festivo. Al paso de la marcha las personas sonreían ante el baile de los globalifóbicos. Era sin duda alguna la marcha independiente más grande de los últimos años en Guadalajara. Con ingenuidad utópica convivían hadas, botargas y zanqueros. Los obreros de Euskadi y los Campesinos de Atenco. Los anarkopunks y los exbraceros.

Sin embargo por las calles aledañas a la marcha había un excesivo dispositivo policial conformado por policías federales, estatales y municipales. Asimismo en al menos siete sótanos de edificios aledaños al centro se alojaban centenas de efectivos policiales que llevaban una semana acuartelados en lugares incómodos e insalubres, como una forma de azuzarlos contra los manifestantes.

Cacería de brujas

La marcha fue encabezada de común acuerdo por los obreros de Euskadi [fásbrica de nuemáticos]. Liberando con el baile la tensión de días anteriores, nadie se percató de lo raro que era que se permitiera a la marcha llegar tan cerca del palacio de gobierno. Dos cuadras antes de la valla, un grupo organizado se dispersó y, en operación hormiga por las aceras, rebasaron a los de Euskadi. La táctica ya había sido utilizada en el primer Cancún y fue neutralizada en el segundo. Ahora el escenario era inmejorable para ese grupo. Ellos fueron los protagonistas de los enfrentamientos que desembocaron en la represión.
Al percatarse de esta irrupción algunos recordaron la advertencia de la noche anterior y se decidió en un grupo de confianza trasladar el mitín a la plaza Aranzazu. Nadie sabe por qué la marcha no siguió de frente sobre av. Juárez, donde el camino estaba franco. Los Libertarios, quienes marcharon dentro de un cordón de seguridad autoorganizado, al llegar a la zona del enfrentamiento decidieron tender ese cordón entre los enfrentamientos y la mayor parte de los manifestantes, festivos y pacíficos, en un acto solidario y generoso de responsabilidad colectiva.

Al cabo de un rato la mayor parte de los contingentes comenzaban a dispersarse, cuando ya había pasado una hora y la intensidad del enfrentamiento había decrecido, el mismo grupo que inició los enfrentamientos emprendió contra bancos, comercios y mobiliario urbano. Ante ello la policía desató una cacería de brujas encabezada, como lo demuestran varios videos, por su director Luis Carlos Nájera (quien ha negado su presencia en repetidas ocasiones), vestido con una playera roja y con máscara antigases.

A partir de ese momento cualquiera con facha de joven o vestido de negro era sospechoso de ser altermundista. La última detención irregular documentada, fue la de un joven cerca de la Minerva, muy lejos de la zona del enfrentamiento, alrededor de las dos de la mañana. El centro histórico fue cercado y ocupado por completo por los cuerpos policíacos. Hubo cerca de 120 detenidos esa noche. Muchos de ellos fueron considerados desaparecidos, hasta varios días después. Esa misma tarde, el Gobernador Ramírez Acuña, en el rancho de Abraham González, su hombre de confianza, encabezó el destape de Felipe Calderón. Su oferta política y electoral estaba en marcha.

No hay palabras para describir el espanto de Lalou, el dolor de Liliana, la sangre que bañó los sueños de Oscar. La impotencia de todos los involucrados que intentaron infructuosamente obtener esa noche una lista de detenidos. La impavidez del empleado de Milano que salía de la chamba y aún hoy permanece encarcelado. La indignación de Gabriel, un médico integrante del movimiento contra la guerra, quien fue liberado a las 5 de la madrugada con la promesa de salir inmediatamente del estado.

Hoy, a seis meses de aquel suceso, el gobierno federal ha evitado emitir claramente su postura oficial, a pesar de los múltiples pronunciamientos internacionales. Por su parte la CNDH presentó un informe especial que, si bien constata la presencia de graves abusos policiales, elude enunciar responsabilidades específicas a los funcionarios que hoy han afirmado su impunidad ante el amparo del régimen gobernante.

Según la coordinadora 28 de Mayo «los expedientes cuentan con aseveraciones absurdas, por ejemplo: todos los acusados de un mismo expediente rompieron el mismo cristal, todos se acusan entre ellos a pesar de que no se conocían, todos robaron discos que nunca fueron encontrados (…) a uno sola (sic) persona de 60 años le achacan el despojo a decenas de policías de sus cascos, escudos y toletes y la destrucción de dos patrullas; aquellos que presentan lesiones, «declaran» que ellos mismos se las generaron porque se «cayeron y se golpearon» o porque opusieron resistencia en su detención.» Según el informe especial de la CNDH se dieron 22 casos documentados de tortura a los que la LIMEDH agrega al menos cuatro.

Situación legal de los detenidos

Desde un principio el trabajo de defensa de los detenidos ha sido obstaculizado por la carencia de recursos y la vulnerabilidad en que se encuentran, a pesar de la solidaridad de sus compañeros y el apoyo de sus familiares. Al día de hoy se han dictado 6 sentencias. Freddy Javier Carrillo Márquez, Edgar Murillo Flores, Haydeé Berenice Rodríguez García, Eddy Marcelino García Gómez, Miguel Angel Ramírez López y Elsa Hernández Arguello, han sido declarados culpables con base en testimonios obtenidos bajo tortura y en los testimonios de los policías.

Sus sentencias son breves para que alcancen fianza y puedan conmutarse por trabajos comunitarios. Así quedarán libres pero seguirán siendo considerados culpables de actos que no cometieron. Muchos de ellos y ellas no han salido a pesar de tener derecho a fianza, simplemente porque sus familias o compañeros no logran reunir los 25 mil pesos y porque adicionalmente deben de asegurar en efectivo el monto de la reparación del daño que asciende a cerca de 130 mil pesos.

Según todos los indicios, ningún miembro de los grupos que protagonizaron los enfrentamientos fue detenido ni tiene proceso. No se ha iniciado ninguna investigación contra funcionario público alguno a pesar de los testimonios y evidencias de abusos. El Gobernador del estado no sólo premió a los policías que cometieron los abusos, sino que sigue insistiendo en que los manifestantes iban a destruir Guadalajara.

Guadalajara constituyó el cierre de un ciclo que inició en Cancún en el año 2001 cuando la PFP agredió a manifestantes con una estrategia similar, mientras la opinión pública estaba enfocada en la marcha zapatista. Implica también la consolidación de políticas de control social basadas en la impunidad de los cuerpos represivos y el dislocamiento de la articulación social. Este no es un fenómeno local, como lo demuestra el paralelismo de las estrategias y tácticas de represión generalizadas en el mundo. Ante un escenario complementado por la consolidación del régimen estadounidense, el movimiento social debe de ser capaz de aprender de sus derrotas. Lo necesitan nuestros hermanos que -inocentes– hoy permanecen presos por otros hermanos nuestros que son represores como otros lo fueron en viejos tiempos. Lo necesitamos todos.

(Gestor del CIMC-Guadalajara, integrante de OMG)