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Menos del 2 % de los indígenas tienen acceso a la educación

En América Latina hay el mismo número de estudiantes que hace quince años

Fuentes: La Jornada

América Latina y el Caribe, la región con mayor desigualdad social en el mundo, con 42 millones de analfabetos, tiene el mismo número de estudiantes que hace 15 años. En la zona, el acceso educativo a los indígenas no llega ni a 2 por ciento, pese a que esta población es de 50 millones, los […]

América Latina y el Caribe, la región con mayor desigualdad social en el mundo, con 42 millones de analfabetos, tiene el mismo número de estudiantes que hace 15 años. En la zona, el acceso educativo a los indígenas no llega ni a 2 por ciento, pese a que esta población es de 50 millones, los alumnos que van a la universidad no son ni 20 por ciento; en estas tierras viven 150 mil investigadores que representan apenas 3.5 por ciento de los científicos del mundo, mientras que Estados Unidos concentra una cuarta parte del total mundial y, pese a ello, en los 40 años pasados se ha registrado una fuga de cerebros de más de un millón de profesionales latinoamericanos que han emigrado a los países desarrollados.

Ante este panorama presentado por representantes de la Organización de Naciones Unidas para Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacaron la importancia de establecer un espacio común de educación superior conformado por los países iberoamericanos y construir un modelo de universidad iberoamericana para el siglo XXI que haga frente a estos rezagos.

Al quedar formalmente inaugurados los trabajos del Encuentro Internacional de Educación Superior UNAM 2005, el secretario general de la casa de estudios, Enrique del Val, afirmó que «poco o nada es lo que hacen muchos de los gobiernos de la región para hacer frente a esta situación». Enfatizó que, en nuestras naciones, el crecimiento económico es insuficiente para generar el desarrollo que necesitamos.

«Prueba de ello es el porcentaje del producto interno bruto (PIB) que se destina a la educación, y que se aproxima a 4 por ciento como promedio en esta parte del orbe. Ningún país latinoamericano alcanza la asignación que muchos consideran como ideal, de 8 por ciento del PIB a la educación», apuntó.

Por su parte, el director del Instituto de Educación Superior de la UNESCO para América Latina y el Caribe, Claudio Rama, precisó que hoy, en las aulas universitarias de esta zona, está el mismo número de alumnos que hace 15 años, a diferencia de los países industrializados, que han duplicado su cobertura hasta alcanzar 70 u 80 por ciento.

Dijo que en los años recientes se ha incrementado el proceso de diferenciación institucional. Esto ha significado, por ejemplo, el surgimiento de 280 universidades religiosas en América Latina, con 14 por ciento de la cobertura.

Sin embargo, advirtió, la diferenciación conlleva un fuerte peligro, como es la excesiva proliferación de instituciones y la caída de la calidad educativa. Apuntó que en Finlandia, el promedio de alumnos por universidad es de 7 mil 477, mientras que hay casos como el de México, donde el promedio es de mil 400 estudiantes por institución universitaria.

América Latina, agregó, tiene 50 millones de indígenas, 90 por ciento de ellos están localizados en cinco países, uno de los cuales es México. Sin embargo, la tasa de cobertura no supera el 2 por ciento y, en algunos casos, puede llegar a ser más baja.

Por su parte, el rector de la Universidad de La Habana, Juan Vela, indicó que Latinoamérica es la región con mayor desigualdad social en el mundo.

Por su parte, la secretaria General Adjunta de la Organización de Estados Americanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Rosario Fernández, destacó que el Espacio Común Iberoamericano de Educación Superior es una estrategia para impulsar los procesos de integración reales en la región.

Durante su intervención, la secretaria de Cultura del gobierno capitalino, Raquel Sosa, señaló que la educación no puede ser un asunto privado y de unos cuantos, e insistió en el papel de la enseñanza pública como eje central para avanzar en el crecimiento de las naciones.