Para quienes no lo saben, en mi país un «cuero» es una prostituta. Una mujer que ofrece servicios sexuales hasta por batata. Y para muchos dominicanos, principalmente para nuestros políticos, la patria no es más que un «cuero». Si alguien piensa que exagero la nota, sólo tiene que pedir a una de esas empresas que […]
Para quienes no lo saben, en mi país un «cuero» es una prostituta. Una mujer que ofrece servicios sexuales hasta por batata.
Y para muchos dominicanos, principalmente para nuestros políticos, la patria no es más que un «cuero».
Si alguien piensa que exagero la nota, sólo tiene que pedir a una de esas empresas que se dedican al monitoreo y venta ilegal de programas de televisión las declaraciones recientes de algunos funcionarios del gobierno sobre Shell Company.-
Unas semanas atrás, se me erizó la piel al escuchar al secretario de la Presidencia, Danilo Medina, decir que el gobierno dominicano confrontaba problemas para cumplir con el acuerdo denominado «Petrocaribe», porque Shell boicoteaba la iniciativa.
Unos días después, me sentí estimulado a convertirme en terrorista, cuando vi y escuché al secretario de Industria y Comercio, Francisco Javier García, decir que por muchos años, el Estado Dominicano desconocía absolutamente las operaciones de la Refinería Dominicana de Petróleo, porque Shell no lo permitía.
Más adelante, sentí náusea, cuando escuché al «presidente» de la Refinería, Arístides Fernández Zucco, decir públicamente que él no tenía acceso a las instalaciones de la empresa que presidía, porque Shell no se lo permitía.
Me dio lástima oír a Javier García, ex»presidente» de la Refinería, decir más o menos lo siguiente: «durante años, los gobiernos dominicanos lo que han hecho es recibir los chequecitos, en los cuales se consignan los beneficios que según Shell, el Estado debe recibir como dueño de la mitad de la Refinería Dominicana de Petróleo».
Javier García también reveló que el Estado Dominicano, como socio de Shell en un 50 por ciento en la Refinería, nunca había tenido acceso a las informaciones sobre las operaciones comerciales de la empresa, el origen de los productos importados y los costos del transporte de los combustibles, entre otros detalles.
Danilo Medina reveló que Shell boicoteaba el acuerdo «Petrocaribe» porque el mismo incluye la participación del Estado Dominicano en la importación del petróleo, una actividad que Shell se había asignado con carácter exclusivo, como también se había asignado el transporte a través de una subsidiaria suya, denominada Shell Westh.
Cuando se le preguntó a francisco Javier García si realmente el costo del transporte del petróleo desde Venezuela a República Dominicana se incrementaría con el acuerdo de «Petrocaribe», como aseguraba Shell, el funcionario dijo que eso sólo lo sabía la propia Shell, pues a pesar de que el Estado Dominicano es dueño de la mitad de la Refinería, nunca le han informado lo que se le paga a Shell West por ese servicio.
Javier García reveló que luego de una ardua batalla, en la cual el gobierno ofreció detalles de todos los beneficios que el pueblo dominicano obtendrá del acuerdo «Petrocaribe», el socio» Shell, unilateralmente, decidió comprar el petróleo a otros suplidores, con el la finalidad única de torpedear el acuerdo.
Por su parte, Arístides Fernández Zucco «presidente» de la Refinería, dijo a los cuatro vientos que llevaba meses pidiendo a la gerencia de la empresa, manejada por Shell, los detalles financieros de las operaciones, y que nadie le había hecho caso.
Todas estas humillaciones se coronan con la increíble decisión del gerente de operaciones de la Refinería, un empleado de Shell, de impedir al gobierno dominicano la realización de una inspección para determinar de dónde había emanado un gas tóxico que afectó a los capitaleños el pasado fin de semana.
Y yo me pregunto: ¿ es esta la patria libre, independiente y soberana que nos prometió Juan Pablo Duarte ? ¿Es soberana una nación donde una compañía extranjera ordena al gobierno lo que debe hacer por el sólo hecho de entregar un chequecito de beneficios cada año ?
¿Deberíamos los dominicanos hacer colas para comprar los productos Shell cuando esa compañía extranjera nos humilla y nos trata como si todos fuéramos prostitutas que vendemos nuestra dignidad pos centavos ?
En realidad, no parecemos una patria. Y recordemos lo que decía Maquiavelo: «pocos saben lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos». Creo que nos parecemos más a un «cuero de baja categoría».