Cuando usted encuentre contradicciones en un discurso, no haga como hace todo buen neurótico: una autocrítica sobre su capacidad de comprender. No, ¡nada de eso! Lo primero que debe pensar es que el que se está comunicando está muy enfermo y es incapaz de hablar coherentemente o que simplemente es un sinvergüenza que está tratando […]
Cuando usted encuentre contradicciones en un discurso, no haga como hace todo buen neurótico: una autocrítica sobre su capacidad de comprender. No, ¡nada de eso! Lo primero que debe pensar es que el que se está comunicando está muy enfermo y es incapaz de hablar coherentemente o que simplemente es un sinvergüenza que está tratando de engañarlo.
Un pequeño análisis le permitirá constatar que el autor del «atraco intelectual» da interpretaciones personales y erróneas a las palabras. Para dejar de teorizar vamos a un ejemplo. Cuando el gobierno norteamericano dice: «Estamos llevando la democracia a Iraq», lo que realmente está diciendo es: hemos invadido a un pueblo inocente con mentiras que todo el mundo descubrió que lo eran, ahora el pueblo invadido, humillado masacrado, vejado, como era de esperar, se defiende. Entonces el gobierno norteamericano dice: «Son terroristas».
Pero el gobierno norteamericano no está solo, a más de los pocos países lamebotas que le quedan como perritos falderos y cómplices de sus asesinatos, tiene un socio mayor, muy importante que uno no sabe si es su socio o es su jefe. En locura y en perversidad no tiene nada que envidiarle al actual gobierno norteamericano. Sin ningún argumento válido se hizo de un país: Palestina, que naturalmente tenía sus habitantes. Poder, dinero y violencia fueron los que permitieron la «legalización» vía la ONU de un Plan de Partición en 1947, que no fue aceptado por Palestina. Sus territorios ya cercenados por el plan de partición fueron achicados aún más por la guerra de 1948-49, culminado con la guerra de 1967 en que se ocuparon todos sus territorios. Tal como los iraquíes pero desde más tiempo los palestinos, son asesinados, humillados, privados de sus derechos. Hoy los palestinos son refugiados sin país, todos son refugiados, quien se resiste, aunque sea transformándose en un desesperado suicida, es naturalmente llamado terrorista, pese a que el terror y la deshumanización sean patrimonio del estado sionista.
Por favor, espere un minuto que tomo un ansiolítico y vuelvo…
Bien, gracias, pronto hará efecto y eso ya me calma. No estoy bromeando, estoy hablando con todo respeto. No me avergüenzo por mi sensibilidad.
Retomemos el hilo. No sólo hay información descabellada sobre las acciones violentas, la hay también y en grado superlativo sobre el tan mentado «Libre Comercio».
La Unión Europea lleva casi 50 años de vida, no sin mayores conflictos y dificultades, pero la Unión Europea fue un proyecto muy estudiado y discutido. Frente a las obvias asimetrías entre países se implantó un sistema de subvenciones por 20 años a los menos favorecidos como España, Portugal y Grecia; permitiéndoles además un proteccionismo temporario para sus productos claves. Hablamos de países menos favorecidos y no simplemente de países miembros, que se ayudan y complementan (como haría toda asociación normal), porque el pecado original de Europa fue basar paradójicamente su unión en la competencia. Frente a este proyecto perfectible, difícil, pero no destructivo ni disparatado, nació algo insólito en las mentes afiebradas del Departamento de Estado de los EE.UU. Nació la idea del ALCA. En el ALCA nada de subvenciones ni proteccionismos. ¡Libre Comercio! Palabra mágica, nada de pensar en asimetrías, deterioro de los términos de intercambio, políticas macroeconómicas heterogéneas, nada tiene importancia. El Libre Comercio es mágico como la tan esperada y nunca encontrada mano mágica de Adam Smith. Por suerte, el proyecto global de integrar desde Alaska hasta Tierra del Fuego quedó sepultado en la Cumbre de Mar del Plata, pero muchos gobiernos ignorantes e imprudentes están pensando en TLC bilaterales con EE.UU. ¡Pobrecitos!, el imperio no necesita ni quiere socios, sólo necesita servidores, necesita con toda tranquilidad apropiarse a gusto de los recursos.
Por suerte la América Latina, tan vapuleada, tan tercermundista, tan despreciada y humillada, todavía invadida por gobiernos cipayos que no piensan en su pueblo, sino en agradar al Imperio (que cada día actúa con mayor cinismo y desparpajo), esa América Latina prohijó algunos líderes valientes, que hacen avergonzar a muchos revolucionarios europeos. No vamos a hacer emotivas apologías, no hacen falta. Busquemos sólo argumentos y argumentos históricos, no hacen falta demasiados. Para ser más concreto, sólo mencionaré al ALBA. Sin mayores elucubraciones teóricas, el ALBA nace como una luz y dice ¡No a la competencia entre hermanos! Vamos a integrarnos para crecer juntos, para complementarnos, ésa es la sabiduría que aporta el subcontinente.
Hechos que son más fuertes que las palabras. Venezuela tiene combustible, Argentina tiene ganado bovino de alta calidad, entonces Argentina exporta vacas de alta calidad preñadas y Venezuela le envía combustible. Análogamente Venezuela, a cambio de combustible recibe soja no transgénica, nueces y almendras de Bolivia; también vacas preñadas de alta calidad de Uruguay. Médicos que se trasladan a los países, y servicios médicos en Cuba y por Cuba.
En fin, en algunos casos podemos sonreír y, sobre todo, dejar nacer en nuestros corazones un energía muy bella que se llama esperanza.
Guillermo F. Parodi es escritor, profesor universitario, miembro del Observatorio Internacional de la Deuda y de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística.