El partido del presidente de Ucrania, Viktor Yushenko, dio ayer por rotas las negociaciones con sus antiguos aliados de la «revolución naranja». Casi tres meses después de las elecciones generales (26 de marzo), Nuestra Ucrania, de Yushenko, constató que las negociaciones, abiertas el 13 de abril, «no tienen ningún futuro». El detonante de esta situación […]
El partido del presidente de Ucrania, Viktor Yushenko, dio ayer por rotas las negociaciones con sus antiguos aliados de la «revolución naranja». Casi tres meses después de las elecciones generales (26 de marzo), Nuestra Ucrania, de Yushenko, constató que las negociaciones, abiertas el 13 de abril, «no tienen ningún futuro».
El detonante de esta situación es la exigencia del Partido Socialista (socialdemócrata), que tiene 33 escaños, de la Presidencia del Parlamento (Rada). Nuestra Ucrania (86 asientos) se había ya resignado a que su rival interna, Julia Timoshenko (129 escaños) recupere el cargo de primera ministra, del que fue apeada por Yushenko a finales del año pasado. No obstante, la formación del presidente insiste en reservarse la Presidencia de la Cámara.
Portavoces de Nuestra Ucrania evocaron la posibilidad de que se busque un acuerdo de formación de Gobierno con el Partido de las Regiones, de Viktor Yanukovich, la formación más votada en los comicios y que suma 186 escaños.
Esta formación, heredera del derrocado régimen del ex presidente Leonid Kuchma, ha reiterado su disposición a llegar a un acuerdo.
Un acuerdo que, en todo caso, supondría una herida de muerte para la ya desfallecida «revolución naranja», que aupó a las élites mas pro-occidentales al poder en Kiev.