El grupo chiíta Hizbulá y otros aliados pro sirios se mantienen por cuarto día consecutivo en vigilia frente al palacio de gobierno en Beirut. Tales sucesos han obligado a la policía y el ejército libanés a mantenerse en la capital del país. El cuestionado primer ministro de Líbano, Fuad Siniora, se mantiene firme en el […]
El grupo chiíta Hizbulá y otros aliados pro sirios se mantienen por cuarto día consecutivo en vigilia frente al palacio de gobierno en Beirut. Tales sucesos han obligado a la policía y el ejército libanés a mantenerse en la capital del país. El cuestionado primer ministro de Líbano, Fuad Siniora, se mantiene firme en el cargo, pese a las protestas que, por cuarto día consecutivo, se llevan a cabo en varios puntos de la ciudad.
«Aunque no es una competición y esta no es una forma de comunicación, hay otros grupos que pueden movilizar más gente en las calles de Líbano», señaló Siniora, al tiempo que minimizó el impacto de la manifestación liderada por el Partido de Dios. Sin embargo, los manifestantes sostienen que se quedarán hasta que se vaya, «incluso si tarda un mes para irse. Tenemos nuestras carpas listas para el invierno».
El secretario de la Liga Árabe, Amr Moussa, advirtió que la crisis podría agravarse y aseguró que discutió posibles soluciones con funcionarios del gobierno en una visita de 24 horas que hizo a la capital de Líbano. Moussa, además de reunirse con miembros del gobierno de Siniora también se encontró con integrantes de Hizbulá. Antes de abandonar Líbano, Moussa apuntó que »El mundo árabe no puede ser testigo de una situación que podría llevar a lo peor». El domingo tuvieron lugar varios hechos violentos, que causaron un muerto y al menos 10 heridos, dijeron fuentes policiales.
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