El Ministro de Defensa anunció en rueda de prensa el «cese de las hostilidades», lo que no implica el «alto el fuego». Los bombardeos contra militantes del grupo islamista Fatah-Islam, atrincherados en el «viejo campo de refugiados» continúan. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestina en Oriente Próximo (URNWA) arrendó en 1948 un […]
El Ministro de Defensa anunció en rueda de prensa el «cese de las hostilidades», lo que no implica el «alto el fuego». Los bombardeos contra militantes del grupo islamista Fatah-Islam, atrincherados en el «viejo campo de refugiados» continúan.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestina en Oriente Próximo (URNWA) arrendó en 1948 un trozo de tierra para crear un campo de refugiados destinado a los desplazados Palestinos. Con el paso del tiempo el número de palestinos aumentó ostensiblemente, muy por encima de la capacidad del propio campo. Por esta razón, todos aquellos que pudieron permitírselo comenzaron a comprar tierras alrededor del campo, donde comenzaron a construir sus hogares (Todo ello antes de la entrada en vigor de la Ley Libanesa de 2001 que impide a los Palestinos acceder a la propiedad privada). Esta amplia franja de tierra que cuenta con altos y modernos edificios, llamada el Nuevo Nahr El Barid, lugar en el que se escondieron los terroristas del Fatah-Islam, hoy se encuentra totalmente destruida. El ejército Libanés finalmente se hizo con el poder y ocupó los edificios, bloques de viviendas, tiendas de armas, centros de formación, etc … ubicados en el nuevo Nahr El Barid.
El resto de los residentes tuvieron que huir hacia el Viejo campo de refugiados, donde entre 3.000 y 5.000 personas vivían en situación de hacinamiento.
Nadie puede dar una cifra exacta sobre el número de personas que fueron asesinadas, ni las que permanecen aún con vida entre los militantes de Fatah-Islam. Amigos míos, que no pudieron abandonar el campo, estiman que entre 70 y 80 personas fueron asesinadas y entre 100 a 120 fueron heridas. Un grupo de 50 a 60 personas sigue resistiendo en el campo de refugiados.
Un grupo de jeques religiosos islámicos realizan labores de mediación entre el ejército y los militantes de Fatah-Islam, en el marco de una serie de condiciones preestablecidas:
Cese el fuego, deposición de las armas por parte de los islamistas de Fatah, así como su entrega a las facciones palestinas. Entre 150 y 200 militantes de las facciones palestinas se responsabilizarían de la seguridad interna del campo de refugiados, permitiendo a los desplazados retornar a sus casas (actualmente destrozadas), y Fatah-Islam deberá disolverse, permitiendo a sus componentes permanecer en el campo como civiles, hasta que se decida qué hacer con ellos.
Debido a la pérdida de poder, Fatah-Islam se ha visto obligado a aceptar dichas condiciones, mientras que el ejército, por su parte, se muestra dispuesto a discutir abiertamente todas las condiciones con excepción de la última. El ejército sólo aceptará la rendición de Fatah-Islam, a lo que Fatah se niega. Está previsto que esta situación de confrontación se dilate en el tiempo y por tanto, mientras que no se acerquen posturas, continuarán habiendo muertos y heridos.
No hay expectativas de que la situación de Nahr El Barid se repita en otros campos de refugiados, ya que tanto las facciones palestinas residentes en los campos de refugiados, como los grupos de libaneses que se asientan en los alrededores de éstos, se han comprometido a mantener la situación bajo control, y no permitir ningún tipo de conflicto, ni dentro de los campos de refugiados ni fuera en los barrios libaneses. Por otro lado Fatah-Islam no cuenta con apoyos suficientes dentro de los campamentos.
Si bien la situación en Ein El Helweh es muy sensible, por el momento permanece bajo control. Ayer (día 24 de Junio) visité a los desplazados de Nahr El Barid, en El Baddawi. Los desplazados se estaban preparando para volver a sus casas, aunque según la opinión de políticos y representantes de ONGs, aún es pronto para el retorno, ya que previamente será necesario limpiar la zona de minas antipersona, y realizar estudios sobre el terreno previos a la reconstrucción de la zona y al regreso de los desplazados.
Nuestra agrupación cultural «Rajiain/Los retornados» trata de motivar a los refugiados a volver, una vez que el ejército logre el alto el fuego y acabe con el grupo Fatah-Islam. Formándolos sobre el modo en el que evitar las minas antipersona.
Las ONGs han comenzado a reducir sus actividades en la zona, lo que puede deberse a dos razones, o bien porque no cuentan con más fondos para imprevistos, o bien porque creen que ya se ha hecho todo lo posible.
He visto con mis propios ojos como sufren los desplazados, como muchas de estas familias viven hacinadas en una misma habitación, en condiciones de extremo calor, sin apenas ropa, ni zonas de recreo y esparcimiento, ya que el espacio del que disponen es muy limitado.
La falta de expectativas sobre su futuro, los intensos rumores … hacen necesario buscar referencias que permitan enfocar el trato con los desplazados desde una perspectiva humana, atendiendo a sus sentimientos y modo de pensar. Esto es precisamente lo que pretende Ajial a través del programa Rajiain.
¿Qué ocurre en Gaza?
Se me considera uno de los fundadores de la Autoridad Nacional Palestina, tras el NAKBA de 1948 (Fecha del desalojo de millones de palestinos tras la creación del Estado de Israel). He participado en todos los eventos que acontecieron al pueblo palestino desde el comienzo de los 50 hasta el momento actual. Nunca antes me había sentido tan estresado y triste como en este periodo, debido al enfrentamiento entre Hamas y Fatah. Como contrincante político de Fatah he denunciando los casos de corrupción e inseguridad en la franja Gaza y Cisjordania, si bien no considero que sea el camino más adecuado para poner de manifiesto los errores de Fatah. Las fuerzas ejecutoras de Hamas y Kataaeb el Kassam se comportaron salvaje y criminalmente contra la gente de Fatah, llegando incluso a atentar contra la residencia del propio presidente Arafat. Ello no supuso sin embargo obstáculo alguno para que se hicieran con el poder y llegasen al gobierno de la franja de Gaza, con lo que terminaron cayendo en la trampa del gobierno israelí. A partir de este momento, Israel se convirtió en el único que puede decidir sobre futuro de Hamas en la franja de Gaza, ya que Hamas ha perdido el apoyo tanto del mundo árabe como de la comunidad internacional.
Los líderes de Hamas tienen que decidir entre hacer más concesiones ( poner fin a los lanzamientos sobre los asentamientos, reconocimiento de Israel, poner fin a las exigencias al derecho de retorno, liberar a los presos israelíes, abrir negociaciones indirectas sobre Gaza exclusivamente) o por el contrario muchos de sus líderes, militares y miembros de sus organizaciones serán asesinados. Sus casas y organizaciones serán destruidas. El sitio continuará, y las vías de acceso a Gaza serán selladas, convirtiendo a la Franja en una verdadera prisión.
Los habitantes tendrán que sufrir hasta extremos insospechados y sus gobernantes no podrán prestarles ayuda. Las dos vías de salida son duras para Hamas, ya que en ambos casos perderá, independientemente de la opción elegida.
Quizás alguien opte por una tercera vía, abriendo las conversaciones a Abu Mazin, y Fatah para lograr la conciliación entre las partes. Algo improbable al menos a corto plazo, y no sólo porque Hamas y Fatah estén esperando a que el otro dé el primer paso, si no también porque la intervención externa de Israel, EE.UU, Europa y los Países Árabes no lo permitirá. Israel se encuentra en una situación excepcional, que le permitiría no sólo acabar con Hamas y debilitar a Fatah, si no también lograr que la Autoridad Palestina juegue a su juego favorito, «el reparto del poder».
Me atrevo a decir que francamente los palestinos deben prepararse para el advenimiento de un nuevo periodo, lleno de nuevos planes y estrategias, con un nuevo liderazgo, una nueva generación y el nacimiento de nuevas organizaciones.
Ajial/SCC decidió dar un paso práctico en este sentido: estamos preparando un encuentro con 30 participantes, representantes de asociaciones que trabajan con gente joven procedente de Gaza, de la Zona Este, de Jordania, Siria, Líbano y Jóvenes de Palestina con pasaporte israelí. Esperamos organizar esta reunión el próximo agosto, en un país de Europa.
Al final me gustaría pedir a mis amigos y compañeros que demuestren su solidaridad y apoyo al Pueblo Palestino, no sólo mediante ayuda, si no también mediante propaganda política y mediática.
Con relación a la ayuda, sugiero a nuestros compañeros y apoyos que quieran contribuir, tengan en cuenta las necesidades reales de los desplazados, antes y después de su retorno a los devastados campos de refugiados.
Salah Salah es representante de Ajial – Líbano.Miembro del Consejo de la OLP. VI Premio de Derechos Humanos Juan María Bandrés de la Fundación CEAR. Estará en España en septiembre de este año.
Texto traducido por CEAR
(www.nodo50.org/csca)