La organización Jubileo Sur presentó, este miércoles (31/10), la Segunda Carta Abierta sobre el Banco del Sur, redactada por los Movimientos Sociales, para que más organizaciones sumen su adhesión. El documento será entregado a los presidentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, los probables firmantes de la creación del Banco. En la […]
La organización Jubileo Sur presentó, este miércoles (31/10), la Segunda Carta Abierta sobre el Banco del Sur, redactada por los Movimientos Sociales, para que más organizaciones sumen su adhesión. El documento será entregado a los presidentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, los probables firmantes de la creación del Banco.
En la carta, los firmantes dicen que ‘la decisión tomada de crear el Banco del Sur puede representar un enorme paso y oportunidad no sólo para América del Sur, sino que para América Latina y el Caribe, como así también, otras regiones del Hemisferio Sur».
Como forma de ayudar en la creación de un Banco que beneficie de hecho los países del Sur, los firmantes presentan una serie de proposiciones, que expresan las aspiraciones de amplios sectores de las sociedades de estos países. Una de ellas es que el Banco del Sur se oriente a promover una nueva matriz de desarrollo, en el cual «el desarrollo económico y tecnológico sean concebidos como medios para el objetivo superior que es el desarrollo humano y social».
Los firmantes proponen también que el Banco represente una nueva arquitectura financiera latino- americana y caribeña, que incluya un Fondo del Sur, con función de Banco Central continental. La idea es que sea trabajado el establecimiento de una moneda regional para los intercambios intra-regionales.
El Banco debe también servir como un equipaje para la superación de las deudas históricas, traducidas en las desigualdades sociales y los daños ambientales que se han perpetuado desde hace más de cinco siglos en el continente. Para los firmantes, el Banco debe ser un espacio de participación popular, con dirección de forma igualitaria entre los países miembros, institucionalizando y manteniendo el principio igualitario de «un socio un voto» en todos sus niveles de decisión colegiada.
Sobre los prestimos, las organizaciones proponen que sean destinados a la promoción de una integración regional genuinamente cooperativa, atendiendo al desarrollo local autogestionario e impulsando el intercambio comercial equitativo y solidario entre sectores de la sociedad como agricultores familiares, pequeños productores, sector de economía social solidaria y comunidades indígenas y tradicionales.
Las organizaciones expresaron preocupación por la forma como están haciendo las negociaciones para la creación del Banco del Sur. Según ellas, no son transparentes ni participativa, además de no haber debate público o consulta a la sociedad. «[Esto] puede indicar que estamos frente a algo que puede volverse más de lo mismo». De acuerdo con la carta, les preocupan también «las sucesivas postergaciones de la firma del acta fundacional, que pueden indicar la existencia de indefiniciones significativas».
Centenas de redes, organizaciones y movimientos sociales, sindicatos y académicos de América Latina, el Caribe y Europa ha habían firmado la 1ª Carta, enviada en junio de este año a los dichos presidentes, d