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La derecha retomó el poder en Corea del Sur de la mano de Lee Myung-bak

Fuentes: TeleSUR

Los comicios presidenciales registraron la mayor abstención de la historia del país: el 62,9 por ciento, una diferencia considerable respecto a los comicios de 2002 ganados por el progresista Roh Moo-hyun.   La derecha retomó en poder en Corea del Sur tras diez años de derrotas, de la mano de Lee Myung-bak, quien este miércoles […]

Los comicios presidenciales registraron la mayor abstención de la historia del país: el 62,9 por ciento, una diferencia considerable respecto a los comicios de 2002 ganados por el progresista Roh Moo-hyun.

 

La derecha retomó en poder en Corea del Sur tras diez años de derrotas, de la mano de Lee Myung-bak, quien este miércoles resultó vencedor en los comicios presidenciales celebrados en esa república del noreste asiático, los cuales, sin embargo tuvieron una cifra récord de abstención.

Lee Myung-bak, acaudalado empresario, ex ejecutivo de Hyundai y líder del opositor Gran Partido Nacional (GPN), obtuvo una victoria arrolladora en las elecciones, a pesar de un escándalo de corrupción que empañó su campaña.

La Comisión Electoral Nacional informó que Lee alcanzó el 48,6 por ciento de los votos (11,44 millones) luego, de que culminara el 99,7 por ciento del escrutinio oficial. El apoyo obtenido es similar al logrado por el actual presidente, Roh Moo-hyun.

Su contrincante principal, el centro izquierdista Chung Dong-young, admitió su derrota.

La victoria del Lee, quien también fue alcalde de Seúl y consejero delegado de una de las mayores empresas de construcción del país, supuso el fin de una década de gobiernos progresistas. Su campaña se basó en promesas de mejorar el poder adquisitivo de los coreanos.

Lee resume sus promesas en el programa llamado «747», que consiste en incrementar el crecimiento al 7 por ciento anual, elevar la renta per cápita hasta los 40 mil dólares anuales y colocar a Corea del Sur entre las siete economías más avanzadas del mundo.

También prometió crear 600 mil empleos y construir una red de canales acuáticos que cubra todo el país, un proyecto que ha recibido duras críticas por parte de los grupos ecologistas.

«Devolveré la vida a una economía que ahora está en crisis» declaró el político durante un acto de celebración de su triunfo, quien aseguró que sabe «muy bien» lo que desean lo surcoreanos.

Igualmente, anunció que aceptará «los consejos de sus contrincantes» y que buscará «la unidad» del pueblo.

Los comicios tuvieron la mayor abstención de la historia del país: el 62,9 por ciento, una diferencia considerable respecto a los comicios de 2002 ganados por el progresista Roh, atribuida por analistas al hecho de que la victoria de Lee se daba por segura.

«Aprovechar» acercamiento a Norcorea

Según declaró en diversas ocasiones, la política de Lee respecto al país hermano del norte consiste en tener garantías de la desaparición del poder nuclear norcoreano.

Lee asegura que Roh ha sido «demasiado blando» durante el reciente proceso de acercamiento intercoreano, ejecutado en paralelo al pacto internacional para la desnuclearización de Corea del Norte que a finales de este mes debería entrar en su fase definitiva.

No obstante, declaró que «una vez satisfecha la desnuclearización norcoreana», está dispuesto a «ofrecer ayuda» a Pyongyang, con la vista puesta en una «progresiva apertura económica».

Esta situación beneficiaría enormemente a las empresas surcoreanas.

Acusaciones de corrupción

Lee no sólo será el primer líder surcoreano procedente del mundo de los negocios, sino que también será el primer presidente electo de ese país que es objeto de una investigación judicial.

El flamante mandatario encara acusaciones de presunta malversación de fondos cometida en 2001 a través de una empresa inversionista bursátil que él fundó.

Aunque ya habían sido absuelto de una supuesta implicación en el caso, ahora el Parlamento pidió la apertura de un sumario y hace dos días aprobó la creación de una comisión de investigación.

Esta comisión emitirá su veredicto antes de la fecha prevista para la investidura de Lee, es decir, antes de que obtenga inmunidad presidencial, por lo que el presidente electo podría ser procesado, una situación que la ley surcoreana no prevé.