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Desmiente un portavoz fundamentalista la versión gubernamental de que la red la ultimó

Al Qaeda culpa a Pervez Musharraf del asesinato de la ex premier Benazir Bhutto

Fuentes: La Jornada

Un portavoz de Al Queda culpó al presidente paquistaní de facto , Pervez Musharraf, del asesinato de la lideresa paquistaní Benazir Bhutto y rechazó la versión difundida el viernes por el Ministerio del Interior, que imputaba el crimen a la organización fundamentalista, con base en información «de inteligencia». La polémica respecto del autor intelectual del […]

Un portavoz de Al Queda culpó al presidente paquistaní de facto , Pervez Musharraf, del asesinato de la lideresa paquistaní Benazir Bhutto y rechazó la versión difundida el viernes por el Ministerio del Interior, que imputaba el crimen a la organización fundamentalista, con base en información «de inteligencia».

La polémica respecto del autor intelectual del crimen se sumó a la controversia sobre cuáles fueron las causas directas del fallecimiento, el jueves pasado en Rawalpindi, cerca de la capital Islamabad.

El gobierno se declaró dispuesto a exhumar el cadáver de Benazir Bhutto, tras que dirigentes del Partido del Pueblo Paquistaní (PPP) rechazaron la información del Ministerio del Interior -basada en la autopsia- de que su candidata murió por un golpe en la cabeza, provocado por la explosión, y desestimó que el deceso haya sido efecto de disparos de un arma de fuego.

«Vi que tenía una herida de bala detrás de la cabeza y otra causada por la salida del proyectil en uno de sus lados», afirmó Sherry Rehman, cercana colaboradora en la campaña del PPP, ahora paralizada.

Rehman, quien ayudó a lavar la cabeza de Bhutto después del atentado, dijo que el Ministerio del Interior intenta «disfrazar la verdad» al difundir una versión distinta a la que se conoció originalmente.

En ese mismo sentido habló Maulvi Omar, representante del dirigente talibán Baitullah Mehsud, a quien el Ministerio del Interior le atribuyó una declaración telefónica interceptada por los servicios de inteligencia en que supuestamente se refirió al éxito de la operación para ultimar a la ex premier.

Mehsud es líder de una organización de reciente creación, el Movimiento Talibán de Pakistán (Tehrik-e-Taliban Pakistan), que colabora con Al Queda y tiene su campo de acción en la región montañosa del norte del país y en las provincias fronterizas del sur de Afganistán.

«Nosotros no atacamos mujeres», dijo Maulvi Omar a la BBC. «Fue una conspiración planeada y llevada a cabo por las agencias de inteligencia, el ejército y el gobierno por sus propios motivos políticos».

El tema del asesinato de Bhutto y los conflictos militares y diplomáticos de Estados Unidos en Asia central (Irak, Afganistán, Irán y Pakistán) entraron de lleno en la campaña electoral estadunidense. Sin referirse a posibles culpables, la precandidata demócrata Hillary Clinton consideró necesario que el homicidio sea investigado por una comisión internacional.

El rival más cercano de la senadora, el también demócrata Barack Obama, señaló la necesidad de actuar con mayor firmeza frente a Musharraf, al tiempo que uno de los asesores del también senador David Axelrod, señaló que los problemas en Irak son consecuencia de la invasión estadunidense a Irak, en marzo de 2003.

La Casa Blanca, en tanto, se mantuvo lejos de criticar la conducción de Musharraf. Uno de los portavoces presidenciales, Tony Fratto, dijo este sábado que la decisión sobre una posible postergación de los comicios legislativos debe ser tomada por las autoridades de Pakistán.

Sobre este punto, la Comisión Electoral paquistaní emitió un comunicado en que reconoció que «la ley y el orden se han deteriorado» después del asesinato de Benazir Bhutto e informó que a consecuencia de los disturbios desatados desde el jueves fue destruido parte del material electoral, lo que incluye listas de votantes, urnas, pantallas de votación y otros objetos.

Al menos nueve oficinas de la comisión fueron blanco de ataques en la provincia de Sindh, sur del país, donde está la importante ciudad portuaria de Karachi, uno de los feudos políticos de Bhutto y su Partido del Pueblo Paquistaní.

Transcurridas 48 horas del magnicidio, los disturbios en el país han paralizado las principales ciudades (Islamizad, Lahore, Karachi y Rawalpindi) y el saldo de muertos se incrementó a 38.

En Lahore, 10 mil personas se atrevieron a protestar en las calles y pidieron la renuncia de Musharraf, quien a su vez, durante una reunión con los jefes de las fuerzas de seguridad, dio la orden de actuar con firmeza y reprimir a quienes perturben el orden público.