El líder de la ex guerrilla maoísta de Nepal, Prachanda, juró este lunes como primer ministro de la recién creada república, concretando así su paso de la lucha armada a la dirigencia política. El ex jefe rebelde fue elegido el pasado viernes como primer jefe de gobierno de la república nepalí por abrumadora mayoría en […]
El líder de la ex guerrilla maoísta de Nepal, Prachanda, juró este lunes como primer ministro de la recién creada república, concretando así su paso de la lucha armada a la dirigencia política.
El ex jefe rebelde fue elegido el pasado viernes como primer jefe de gobierno de la república nepalí por abrumadora mayoría en la Asamblea Constitucional, que ya había abolido la monarquía en mayo pasado.
«Prometo en nombre del pueblo que seré fiel a la nación soberana de Nepal», dijo Prachanda en su juramento, saludado por el nuevo himno republicano interpretado por una banda del ejército antiguamente real.
Vestido con un traje de chaqueta gris y llevando un sombrero tradicional nepalí, el ex líder rebelde, que fue el hombre más buscado de Nepal, no parecía estar del todo cómodo rodeado por una guardia de honor y bajo la atenta mirada de la audiencia, en la que se contaban numerosos diplomáticos extranjeros.
Tras leer y firmar el juramento, Prachanda, visiblemente más relajado, sonreía recibiendo las felicitaciones del nuevo presidente, los políticos y los embajadores extranjeros de Nepal.
«La prioridad es llevar este proceso de paz a una conclusión lógica», dijo Prachanda a los periodistas en su nueva oficina poco después de terminar la ceremonia.
En la agenda del nuevo gobierno se encuentran cuestiones urgentes como la escasez de combustible y alimentos así como el comienzo de «la transformación socioeconómica a través de una reforma agraria».
El gobierno maoísta será el encargado de crear el borrador de una constitución y establecer una estructura ministerial para dirigir la reintegración de los 19.000 guerrilleros maoístas que ahora están confinados en campos, según estipulaba el tratado de paz firmado en 2006.
En un siguiente paso, el gobierno debe crear un plan para integrarlos en las filas del ex ejército real de Nepal.
La ascensión de Prachanda, desde las filas rebeldes hasta convertirse en líder nacional, abre el camino a los maoístas, considerados como terroristas por Estados Unidos, para sacar adelante sus promesas de reformar radicalmente el país.
Durante estos últimos dos años, Nepal puso fin a la guerra civil, dio el poder a la ex rebelión maoísta y enterró más de dos siglos de monarquía hinduista sustituyéndola por una república.
«Ya acabamos de arrancar las raíces del feudalismo en Nepal. Bajo la dirección de Prachanda, el gran programa del nuevo gobierno será el nacionalismo, el republicanismo y la transformación socio-económica», precisó el ex revolucionario.
Hasta 2003, sólo se conocía una foto de Prachanda, pero desde que se convirtió en primer ministro, su imagen dominó el sábado las portadas de todos los diarios.
Prachanda pasó 25 años en la clandestinidad, diez de ellos en el monte participando en la lucha armada, la ‘guerra del pueblo’, que desde febrero de 1996 hasta noviembre del 2006 dejó 13.000 muertos y arruinó la economía de este país himalayo enclavado entre India y China.
Cuando entregó las armas, conforme al histórico acuerdo de paz del 21 de noviembre de 2006, Prachanda fue loado como un ‘héroe’. Entonces juró abandonar la violencia para siempre y transformar su guerrilla en una fuerza democrática.
Pero a sus 53 años, a este ex profesor con bigote y gafas, sonriente y cordial, le costará quitarse de encima su reputación de señor de la guerra, inspirado por Mao y su ‘Revolución cultural’, los peruanos de Sendero Luminoso y los Jemeres Rojos de Camboya.