Recomiendo:
0

Los recursos de la medicina tradicional para una visión africana, social y solidaria de la sanidad comunitaria

Fuentes: oozebap.org

Las reflexiones de la asociación maliense sin ánimo de lucro Aidemet (Aide au Développement de la Médicine Traditionnelle) parten de un análisis crítico de las políticas sanitarias llevadas a cabo en Mali, con el apoyo determinante de socios técnicos y financieros. Aunque, desde 1991, se ha acentuado la participación de las comunidades para hacerse cargo […]

Las reflexiones de la asociación maliense sin ánimo de lucro Aidemet (Aide au Développement de la Médicine Traditionnelle) parten de un análisis crítico de las políticas sanitarias llevadas a cabo en Mali, con el apoyo determinante de socios técnicos y financieros. Aunque, desde 1991, se ha acentuado la participación de las comunidades para hacerse cargo de la propia salud, el modelo propuesto continúa permaneciendo ajeno a las costumbres, las capacidades y las experiencias cotidianas de la población, la cual, en gran mayoría (el 80% según la OMS) continúan utilizando la medicina tradicional.

Las barreras que impiden el acceso de la población al sistema de sanidad llamado «moderno» son de tipo geográfico, socioeconómico y cultural. Por esto, y a pesar de los esfuerzos, el impacto de este sistema sobre el estado de salud de la población continúa siendo escaso. Sin embargo, nuestra experiencia en el terreno demuestra que, en cada ocasión que ha sido posible la colaboración franca y abierta entre los responsables de la medicina tradicional y moderna, los resultados son positivos, tanto para ambos sistemas como para la población en general.

Se trata de crear alternativas sanitarias sociales y solidarias, enraizadas en la realidad sociocultural local. Para lograrlo, no obstante, es fundamental que el sistema moderno sea eficaz y accesible, y que el sistema tradicional se organice y esté dispuesto a colaborar. Cuando nos acercamos a la medicina tradicional, debemos hacerlo con respeto e interés, y estar dispuestos a escuchar y a trabajar según las prioridades que estos mismos actores deciden, utilizando del mejor modo posible todos los recursos disponibles. Asimismo, es en el marco de la descentralización administrativa y sanitaria, en estos espacios comunes, animados y participativos, donde estos procesos de colaboración organizada deben realizarse.

En Aidemet intentamos hacerlo, desde el 2004, en tres comunas del círculo de Kadiolo. Trabajamos en el ámbito de la implicación de las comadronas tradicionales en el sistema de las urgencias de obstetricia (en Kolokani, Bandiagara, Kadiolo) y de la consideración de los recursos de la medicina tradicional en la lucha contra la malaria (en Sikasso). Básicamente, la medicina tradicional es un asunto transversal. Por eso también hemos colaborado en un proyecto de restauración y utilización sostenible de plantas medicinales en Bandiagara y en el distrito de Bamako, implicando a los traditerapeutas y a los herbolarios en la salvaguarda de la diversidad biológica y en la promoción de la economía social y solidaria. Los resultados de estas experiencias los hemos podido presentar a nivel estatal al participar en la definición y validación de la Política Nacional de Medicina Tradicional, aprobada por el Gobierno de Mali el 12 de octubre del 2005. Desde marzo del 2007, también nos hemos implicado en una campaña de promoción para su puesta en práctica.

Nuestro principal objetivo, por consiguiente, es crear las bases para la valorización social y solidaria, en Mali y en el resto de África, de las prácticas de la medicina tradicional africana. Éstas han existido en nuestro continente desde mucho antes de la llegada de la medicina occidental. Han resistido a la colonización a pesar de todos los dispositivos realizados con el propósito de marginarlas e incluso prohibirlas. ¿Puede la medicina tradicional resistir a la globalización actual? Sinceramente, nosotros pensamos que sí.

Reserva de conocimiento, de filosofía y de cosmogonía todavía por explorar, la medicina tradicional no sólo nos ofrece la posibilidad de un tratamiento eficaz y accesible para aquellas patologías habituales en las comunidades, sino que también constituye una herencia cultural profunda y un medio de vincular a la población con su historia y su cultura.

Rokia Sanogo nació en Mali, país donde trabaja como doctora. Es también presidenta de Aidemet (www.aidemet.org)