En 1962, el editor alemán Ewald von Kleist (1922) creaba un foro de debate sobre asuntos de seguridad, denominado Wehrkundetagung, con el apoyo y la financiación del gobierno de la República Federal de Alemania, que se reuniría cada año en Munich, con la participación de ministros, parlamentarios, militares de alta graduación, directores de medios de […]
En 1962, el editor alemán Ewald von Kleist (1922) creaba un foro de debate sobre asuntos de seguridad, denominado Wehrkundetagung, con el apoyo y la financiación del gobierno de la República Federal de Alemania, que se reuniría cada año en Munich, con la participación de ministros, parlamentarios, militares de alta graduación, directores de medios de comunicación, etc., alemanes y de otros países de la OTAN. El elemento central de análisis del foro de debate serían las relaciones entre Europa y Estados Unidos, desde un punto de vista estrictamente atlantista. Más tarde, el foro tomó el nombre de Munich Conference on Security Policy (Conferencia de Munich sobre políticas de seguridad.)
Ewald von Kleist pertenece a una familia de la aristocracia alemana distanciada en su día del régimen nazi, y él mismo tuvo algún tipo de vinculación con el grupo de von Stauffenberg, que realizó un atentado contra Hitler en julio de 1944, por lo que fue encarcelado unos meses poco después. Tras la caída del nazismo, von Kleist pasó a ser un hombre muy cercano a los gobiernos cristianodemócratas de la República Federal, y su Conferencia ha estado siempre enmarcada en la dependencia de Europa respecto a Estados Unidos en materia de seguridad, entre otras.
En 1998 von Kleist abandonó la presidencia de la Conferencia por razones de edad, y ésta, a instancias del entonces canciller alemán Helmut Kohl, pasó a ser presidida por un alto cargo de su gobierno en materia de seguridad, Horst Teitschik. En la nueva etapa, la reunión se abrió a la participación de hombres de negocios, aumentó sustancialmente el número de participantes del establishment de Estados Unidos, principalmente del militar, y más tarde contó también con representantes de Europa Oriental y Asia. En este «Davos» de la seguridad militar, ha brillado siempre por su ausencia la participación de representantes de los puntos de vista de los pueblos del llamado Tercer Mundo, al margen de alguna presencia más o menos puntual y anecdótica, como por ejemplo, este año, la de Hamid Karzai, hombre de la CIA aupado por las fuerzas de ocupación a la presidencia de Afganistán.
En febrero de 2009 se ha celebrado la 45 a Conferencia, en la que, entre otras actividades, se ha honrado a Henry Kissinger con el primer Ewald von Kleist Award, galardón honorífico que, sin rastro de ironía, se otorga a «aquellas personas que han hecho una contribución significativa a la paz y la resolución de conflictos en el mundo.» Por parte española, ha participado Ana Palacios, ex ministra de Asuntos Exteriores del gobierno de Aznar en el momento del ataque sobre Iraq.
La Conferencia ha permitido la puesta de largo internacional de la política de seguridad militar del presidente Obama, representado en la misma por funcionarios del más alto nivel: su vicepresidente, Joe Biden; su asesor principal de seguridad nacional, el ex general James Jones; y su general David Petraeus, jefe del US Central Command, entre otros cargos de alto nivel.
El pasado 13 de febrero, el corresponsal de La Vanguardia en Berlín, Rafael Poch, publicó el análisis de la reunión que enlazamos a continuación.
http://blogs.lavanguardia.com/berlin-poch/munich-el-occidente-autista
Rafael Poch es el actual corresponsal permanente de La Vanguardia en Berlín, desde donde escribe una columna periódica titulada Diario de Berlín. Antes, fue durante seis años corresponsal del mismo diario en Pekín, y sus Diarios de Pekín correspondientes a los años 2002-2008 serán publicados en breve por Editorial Crítica.
S. Seguí pertenece a los colectivos Tlaxcala, Rebelión y Cubadebate.