La Conferencia de Revisión sobre el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) que concluyó el pasado 28 de mayo en la sede de la ONU, concluyó con un documento que volvió a cuestionar la política norteamericana y dejó patente su creciente aislamiento en la materia. El documento avalado por los 189 países miembros […]
La Conferencia de Revisión sobre el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) que concluyó el pasado 28 de mayo en la sede de la ONU, concluyó con un documento que volvió a cuestionar la política norteamericana y dejó patente su creciente aislamiento en la materia.
El documento avalado por los 189 países miembros del TNP emplazó al Estado de Israel a firmar el TNP y subraya, «la importancia de la adhesión de Israel al tratado y la evaluación de todas sus instalaciones nucleares bajo salvaguardas globales del OIEA».
La declaración final no incluye una condena contra Irán por su controvertido programa nuclear, a pesar de que algunas potencias occidentales lo exigían. El documento tampoco establece plazos para el desarme, sólo insta a realizar nuevos esfuerzos dirigidos a reducir el número de cabezas nucleares, urge a que los países firmantes del TNP permitan inspecciones más exhaustivas por parte de la AIEA e insta a India, Pakistán e Israel a que se adhieran al TNP. demás, la conferencia de seguimiento determinó por consenso que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) realice en 2012 una reunión mundial destinada a crear una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente.
El Movimiento de Países No Alineados cuestionó la falta de controles del programa nuclear israelí que impide la concreción de una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente. En su discurso en nombre del Movimiento de Países No Alineados, de 118 miembros, el canciller indonesio Marty Natalegawa dijo que el hecho de que Israel se haya negado a firmar y ratificar el TNP ha expuesto a amenazas atómicas a los estados no nucleares de la región.
Israel también genera riesgos al operar «centrales nucleares no protegidas y actividades cuyos estándares de seguridad se desconocen», advirtió.
También ha disparado implícitamente la amenaza de una carrera por las armas nucleares «de un potencial regional e internacional catastrófico», poniendo en peligro a todo el régimen del TNP, dijo Natalegawa. «Esta situación es insostenible», dado que va en contra de la implementación de la resolución que en 1995 exigió crear una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente, sostuvo. Israel, como India y Pakistán -que también poseen armas nucleares-, no ha suscrito el TNP y no ha participado en la conferencia, que tenía por objetivo concluir con una declaración que reforzase y renovase el tratado, establecido en 1970.
La última Conferencia de Revisión sobre el Tratado de No Proliferación (TNP), celebrada en Egipto en 2005, acabó fracasando por la ausencia de una declaración de consenso que condenara a Israel por su programa nuclear, así como por el enfado y el repudio del bloque no alineado ante la falta de compromisos de desarme de Estados Unidos.
Israel repudia el acuerdo con apoyo norteamericano
El gobierno de Israel, rechazó el documento aprobado por representantes de 189 países y sigue sin aceptar públicamente que posea armas nucleares.
«Ese acuerdo tiene el sello de la hipocresía. Sólo Israel es mencionado en un texto que no nombra a otros países como India, Paquistán, Surcorea, que tienen armas nucleares, o, peor aún, Irán, que trata de obtenerlas», comentó un funcionario gubernamental israelí.
Israel da por cierto que Irán buscar obtener armas nucleares, pese a que el gobierno de ese país asegura que su programa nuclear es con fines pacíficos.
A su vez, el presidente norteamericano, Barack Obama, salió en defensa de Israel y rechazó lo que consideró presiones para que ese país se someta a inspecciones de su arsenal nuclear.
Obama dijo que las presiones para incorporar a Israel al TNP, es una «amenaza la seguridad» del Estado hebreo. «Condenamos enérgicamente los esfuerzos para destacar a Israel y nos oponemos a las acciones que pongan en peligro la seguridad nacional del país», declaró Obama. En opinión del presidente estadounidense, «la mayor amenaza para la proliferación en Oriente Próximo, es el fracaso de Irán a la hora de atenerse a sus obligaciones para con el NPT».
Los 189 países firmantes del Tratado abogaron por un Medio Oriente libre de armas nucleares. La petición emitida por la Conferencia para que Israel que firme el acuerdo y que «ponga a todas sus instalaciones nucleares bajo la vigilancia de la Agencia Internacional de la Energúa Atómica (AIEA) ha sido calificada igualmente de «gratuita» por el consejero de Seguridad Nacional, James Jones, quien lamentó la exclusión del caso iraní en la declaración final, en declaraciones recogidas por el diario israelí ‘Haaretz’. «Es deplorable el fallo de la resolución al no mencionar a Irán, una nación que lleva largo tiempo violando el NPT y las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y que supone la amenaza más grave a la proliferación en la región y a la integridad del tratado» dijo el funcionario. Apoyo europeo a la declaración
En tanto, la máxima responsable en política exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, celebró el consenso alcanzado por los 189 países y declaró que la UE prestará su apoyo para asegurarse de que se alcanzan los objetivos contenidos en la declaración final. «Doy una cálida bienvenida al consenso alcanzado en la Conferencia de Revisión», declaró Ashton en un comunicado, «en el que se estipula un plan de acción sobre los tres pilares del TNP: desarme, no proliferación y uso pacífico de la energía nuclear».
Para Ashton, «queda demostrado que la no proliferación y el régimen de desarme sigue vivo y goza del respaldo de todos», y celebra especialmente el acuerdo alcanzado para celebrar una conferencia en 2012 con objeto de conseguir que Oriente Próximo acabe siendo una «zona libre de armas nucleares». Ashton aseguró que «la Unión Europea y sus estados miembros tienen intención de comenzar a poner en prácticas las medidas estipuladas en el plan de acción sobre los tres pilares» mencionados y anunció que la UE «se comprometerá con los preparativos de su contribución a la puesta en marcha de la resolución (del TNP) sobre Oriente Próximo».
Israel ofreció ojivas nucleares al apartheid
Al mismo tiempo que en Naciones Unidas se preparaban para votar una resolución para reclamar una revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, en Gran Bretaña se revelaba que el gobierno de Israel negoció con Sudáfrica venderle armas nucleares en 1975, en pleno proceso de la lucha de liberación de las últimas colonias portuguesas, Mozambique y Angola, y por la independencia de Namibia, ocupada por Sudáfrica. El diario británico The Guardian reveló que el ahora presidente israelí, Shimon Peres, ofreció ojivas nucleares a la Suráfrica del apartheid. El diario reveló minutas de reuniones secretas sostenidas por el régimen sionista y el surafricano en 1975, durante la época de la segregación racial, y señalan a Peres, entonces ministro de Defensa israelí, ofreciendo vender a Pretoria arsenal atómico. La aseveración pone contra la pared a Tel Aviv, pues constituye la primera evidencia documental oficial de que Israel posee armas nucleares, algo que para líderes árabes era un secreto a voces, en medio de una ofensiva contra Irán por su programa atómico pacífico.
El texto revelado por el diario londinense hace referencia a reuniones secretas en 1975 entre el entonces ministro de Defensa surafricano, Pieter W. Botha, que solicitaba ojivas, y su par israelí, quien le respondía afirmativamente ofreciéndoselas «en tres medidas». La publicación agregó que ambos firmaron incluso un pacto de amplio alcance para establecer lazos militares secretos.
Según The Guardian, Botha no concretó el convenio debido, en parte, al alto costo del arsenal, o a que el mismo no recibió la aprobación final del entonces primer ministro israelí, Yitzak Rabin. La oficina del presidente Peres, entretanto, negó tal oferta de armas nucleares al régimen del apartheid, y consideró sin fundamento y basado en la «interpretación selectiva» la revelación.