Los líderes chinos llevaron a cabo el sábado una muestra de unidad tras sus acusaciones condenatorias contra el deshonrado político Bo Xilai, expulsado del Partido Comunista. Bo, alguna vez un carismático político con una ascendente carrera en China, seguramente será juzgado y enviado a la cárcel después de que el gobernante Partido Comunista anunció su […]
Los líderes chinos llevaron a cabo el sábado una muestra de unidad tras sus acusaciones condenatorias contra el deshonrado político Bo Xilai, expulsado del Partido Comunista.
Bo, alguna vez un carismático político con una ascendente carrera en China, seguramente será juzgado y enviado a la cárcel después de que el gobernante Partido Comunista anunció su expulsión el viernes y publicó una lista de acusaciones en su contra, tales como encubrimiento de asesinato y recibir sobornos.
El Partido Comunista chino selló el viernes del destino de Bo tras las acusaciones y anunció también que el 8 de noviembre se realizará congreso que ungirá a una nueva generación de líderes.
Los máximos líderes reunidos el sábado en el edificio del Parlamento efectuaron una recepción por el Día Nacional, en su primera aparición pública desde que se revelaran las acusaciones en contra de Bo.
El primer ministro Wen Jiabao no mencionó a Bo o ninguna de las otras controversias que ha vivido el partido en el último tiempo en su discurso dirigido por cientos de diplomáticos, funcionarios y otros invitados.
«De cara al futuro, estamos llenos de confianza», dijo Wen, quien agregó que «no hay dificultades que nos impidan avanzar».
Los otros ocho miembros del comité permanente del Buró Político, el núcleo más íntimo de poder del partido, también asistieron.
La caída de Bo ha perturbado los preparativos del partido para realizar la sucesión de liderazgo y ha expuesto un abuso de poder de alto nivel, después de que un ex jefe de la policía se refugió en un consulado de Estados Unidos y reveló que la esposa de Bo, Gu Kailai, asesinó a un empresario británico.
Los medios estatales intentaron trazar una clara línea entre Bo y la elite del partido a la que alguna vez perteneció, exponiendo su caída como una victoria de la determinación del Partido Comunista de luchar contra la corrupción.
«No importa qué tan alto sea el cargo o cuán influyente, cualquier persona que viole la disciplina del partido y la ley estatal será severamente perseguida y castigada», dijo la agencia de noticias oficial Xinhua comentando el caso.
«Como funcionario del partido, Bo Xilai debería haber sido un modelo de obediencia a la disciplina de partido», dijo la agencia de noticias en un comentario ampliamente difundido por los medios estatales. «Pero en lugar de eso monopolizó el poder y se comportó temerariamente, haciendo lo que quería y violando gravemente la disciplina».