Un nuevo hecho escandaloso de violación de la legislación internacional por parte de Estados Unidos se conoció el pasado jueves 19, cuando el presidente Nicolás Maduro denunció, junto al canciller Elías Jaua, que el gobierno de EEUU negó la autorización de sobrevuelo al avión presidencial venezolano en el espacio aéreo de Puerto Rico, que debían […]
Un nuevo hecho escandaloso de violación de la legislación internacional por parte de Estados Unidos se conoció el pasado jueves 19, cuando el presidente Nicolás Maduro denunció, junto al canciller Elías Jaua, que el gobierno de EEUU negó la autorización de sobrevuelo al avión presidencial venezolano en el espacio aéreo de Puerto Rico, que debían utilizar para viajar a la República Popular China con el objetivo de afianzar las relaciones estratégicas entre ambas naciones y dar seguimiento a las distintas áreas de cooperación bilateral. La decisión tiene el agravante de que Puerto Rico es un territorio colonizado por Estados Unidos. Con toda razón Maduro declaró que «negarle el permiso a un jefe de Estado para que sobrevuele un espacio aéreo que ellos han colonizado en la tierra como Puerto Rico es una falta grave». El canciller Jaua agregó que se trata de «una agresión más del imperialismo norteamericano contra el gobierno de la República Bolivariana. Todo indica que es una nueva provocación».
Esta decisión inaudita del gobierno estadounidense suscitó indignación y protestas generalizadas en América Latina y en el mundo. A tal punto que el gobierno de Obama debió dar marcha atrás y autorizar, tardíamente, el sobrevuelo del territorio colonizado. Pero la prohibición existió. El encargado de negocios del gobierno de Caracas en Washington, Calixto Ortega, a cargo de esa representación diplomática, afirmó que tiene impresa la negación del permiso por parte del gobierno estadounidense. La portavoz del Departamento de Estado, Marie Hart, pretendió alegar determinadas razones formales para la postergación del permiso, pero Ortega replicó que se habían utilizado en este caso procedimientos idénticos al de vuelos anteriores que no habían tenido problema alguno: el mismo avión rentado a Cubana de Aviación, similar tripulación y la misma ruta, y en este caso el sobrevuelo fue denegado.
De todos modos, Maduro pudo viajar y cumplir sus obligaciones en China. Deberá aterrizar en Nueva York el 25 de setiembre, para participar en la Asamblea General de la ONU. Ortega indicó que al gobierno le «preocupa sobremanera que si hubo obstáculos para pasar por el espacio aéreo de Puerto Rico por 20 o 25 minutos, los que puede haber cuando la aeronave aterrice en Nueva York».
Esta preocupación no es vana, porque otro agravante más del caso es que Estados Unidos no concedió la visa a varios integrantes de la delegación venezolana para asistir al foro de cooperación América del Sur-África, que forma parte de la próxima Asamblea General de la ONU. Esta negativa de visa se refiere al mayor general Wilmer Barrientos y a otro miembro del gabinete ministerial venezolano. El representante permanente de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, por indicación de su gobierno, procuró activar los mecanismos para impedir esa nueva agresión. Maduro declaró, dirigiéndose a Estados Unidos: «Usted no es el dueño de la ONU. Tendrá que mudarse de Nueva York la ONU» y aseguró que no acepta de ninguna manera que se condicione la entrada a un organismo de Naciones Unidas.
Posteriormente, el gobierno de Venezuela hizo llegar una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para que se adopten acciones sobre Estados Unidos en torno a su negativa de visado de varios miembros de la delegación venezolana que tiene previsto participar en la Asamblea General de la ONU a celebrarse en los próximos días en Nueva York. Esto afecta al conjunto de la delegación venezolana a la reunión del máximo organismo internacional. El texto sostiene que la medida tomada por el gobierno de EEUU obstruye el ingreso del presidente Maduro a territorio estadunidense y que esto retarda «deliberadamente la aprobación de los permisos de entrada del avión oficial y de su comitiva», lo cual tiene como objetivo «crear obstáculos logísticos que impidan la realización de su visita» a Nueva York para la reunión de la ONU. En conclusión, el gobierno de Venezuela demanda que la ONU «exija al gobierno de los Estados Unidos de América el estricto cumplimiento de sus obligaciones internacionales «, eliminando todo obstáculo al ingreso del mandatario venezolano y su comitiva en el debate general del 68º período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.
El antecedente de Evo Morales
El tema del sobrevuelo del avión presidencial venezolano a Puerto Rico suscitó la inmediata reacción (por razones obvias) del presidente boliviano Evo Morales, quien exigió públicamente a los gobernantes que integran organismos regionales de América Latina y el Caribe, como ALBA y CELAC, la adopción de medidas claras contra el gobierno de EEUU por violar nuevamente y en forma múltiple la legislación internacional. Evo Morales señaló en forma taxativa que en este caso EEUU violó nuevamente cuatro normas internacionales: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre Misiones Especiales y la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas. «No se puede permitir -declaró- que Estados Unidos siga con soberbia, con políticas de amedrentamiento y prohibición de vuelos presidenciales». Solicitó que se convoque de forma inmediata a los embajadores de EEUU en los distintos países y anunció que se propone demandar a EEUU ante organismos internacionales: «Vamos a preparar una demanda internacional ante tribunales internacionales para que Barack Obama sea condenado por delitos de lesa humanidad».
El gobierno de Cuba reiteró que la agresión contra el presidente Maduro ofende a toda América Latina y el Caribe. También Ecuador repudió la agresión de EEUU contra Venezuela a través de expresiones contundentes del presidente Rafael Correa y del canciller Ricardo Patiño, a la vez que expresaron su solidaridad con Maduro. Ambos recordaron los antecedentes del vuelo de Evo Morales. «Primero fue con Bolivia, ahora con Venezuela. ¿Qué pretenden? ¿Poner en riesgo la amistad entre los pueblos y la paz en el mundo?», enfatizó Patiño.
En efecto, el episodio recuerda lo sucedido con Evo Morales en su viaje de retorno de Rusia hacia La Paz el pasado 2 de julio, cuando los gobiernos de Francia, España, Portugal e Italia le impidieron sobrevolar sus territorios y debió retornar y aterrizar de urgencia en Viena, con riesgo de muerte para el presidente y sus acompañantes. En ese caso se utilizó como pretexto la presunta presencia en el avión presidencial de Edward Snowden, el contratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EEUU que ha difundido urbi et orbi documentos secretos que revelan las maniobras de espionaje que practica EEUU literalmente en el mundo entero. La maniobra de los cuatro países europeos, obviamente impulsada por Estados Unidos que está a la caza de Snowden, fue repudiada en el mundo entero, al mismo tiempo que se desplegó la más amplia solidaridad con Evo Morales. Hoy Snowden ha logrado un asilo temporal en Moscú, y prosigue la labor de denuncia del espionaje practicado por Estados Unidos, que según el presidente Rafael Correa constituye el mayor espionaje masivo de la historia de la humanidad.
Este hecho ha traído nuevas derivaciones en nuestra región. El jueves 19 se realizó una reunión en Buenos Aires entre el canciller Héctor Timerman y el nuevo canciller brasileño Luiz Alberto Figueiredo, en que coincidieron en hacer un llamado a la comunidad internacional para «buscar una solución por medio estrictamente pacíficos al conflicto en Siria», al tiempo que «condenaron el uso de armas químicas por cualquier actor y en cualquier circunstancia». También plantearon la necesidad de realizar «acciones conjuntas» ante las revelaciones de espionaje realizadas por Estados Unidos a los países de la región. Se ha destacado la preocupación brasileña por el espionaje informático que llevó a la suspensión de la visita oficial de la presidenta Dilma Rousseff a Washington, programada para el 23 de octubre. Se señala que los gobiernos argentino y brasileño comparten la preocupación por que se regule internacionalmente el manejo de la información a través de Internet. Los cancilleres plantearon «la necesidad de coordinar posiciones y realizar acciones conjuntas, frente a las actividades de espionaje de Estados Unidos en la región, y de avanzar en el desarrollo de herramientas de ciberdefensa».
Sobre el último aspecto, y teniendo en cuenta que Petrobras ha sido una de las empresas objeto especial de espionaje, se ha revelado que ésta intensificará su protección anti espionaje electrónico y que invertirá 4 mil millones de reales en tecnología y seguridad de la información y telecomunicaciones en 2013 y una suma cinco veces superior hasta 2017. La presidenta de la compañía, María das Graças Silva Foster, declaró ante el Senado que la compañía seguirá practicando la cultura de la seguridad en sus informaciones estratégicas.
Todo este cúmulo de hechos se proyecta a la Asamblea General de Naciones Unidas, que se inaugura el martes 24 en Nueva York. Después de la apertura a cargo del secretario general Ban Ki-moon, la primera oradora será la presidenta Dilma Rousseff (de Brasil, como siempre).