Comentario de Alberto Acosta sobre la segunda edición, ampliada, revisada y actualizada de su libro acerca del Buen Vivir.
Palabras preliminares
Para hablar del Buen Vivir hay que recurrir a las experiencias, valores, propuestas y prácticas de aquellos pueblos empeñados en vivir en armonía entre sí y con la Naturaleza, poseedores de una memoria larga y profunda, aún bastante desconocida e incluso rechazada en los círculos del poder. Estos pueblos resisten —de diversas maneras— un colonialismo que dura ya más de 500 años. Y son justamente sus visiones las que nos permiten imaginar un futuro distinto al actual, con propuestas que bien pueden nutrir incluso los debates globales, como veremos más adelante.
Lo que resaltamos en este texto es que la matriz de las reflexiones y conclusiones contenidas en estas páginas emergen sobre todo del todavía marginado e invisibilizado mundo de los pueblos originarios, que es una gran fuente de informaciones y enseñanzas. Se trata de mundos en plural, en donde no prima, muchas veces, la cultura escrita, lo que podría limitar, pero no imposibilita, la recuperación de sus visiones. Dejemos sentado desde el inicio que esos otros mundos están vivamente presentes en diversas esquinas del planeta y, por cierto, en la memoria de muchas culturas, incluso en las que hoy son consideradas como avanzadas. Como se discutirá en este texto, los aportes de experiencias comunitarias e inclusive individuales son importantes, tanto como los provenientes de las organizaciones indígenas y otras procedentes sobre todo de ámbitos populares.
En las páginas de este libro no se encuentran recetas, ni modelos. No pretende ser un manual del Buen Vivir. Menos aún ofrece recomendaciones de autoayuda que contribuyan a instalar el discurso del entusiasmo, la superación y la voluntad personal como herramienta de cambio, ignorando las estructuras socioecológicas que caracterizan una sociedad. Es más, no acepta la “felicidad” como una camisa de fuerza, que legitima estilos de vida supuestamente “correctos”. Este libro plantea y analiza problemas, al tiempo que propone algunas soluciones, buscando abrir espacios para el debate. Aquí se cuestiona sin rodeos el patriarcado y el colonialismo, como pilares de la civilización del capital, que debería ser comunitariamente superada. Definitivamente, este libro quiere sacudir las inercias y las lecturas ortodoxas. Entre manos tenemos un libro cuya meta es incomodar
No tener un camino predeterminado no es un problema. Todo lo contrario. Nos libera de visiones dogmáticas, aunque nos exige mayor claridad en el destino al que queremos arribar, asumiendo la transición hacia otra civilización como parte misma del Buen Vivir. Es decir, no solo cuenta el destino, sino también los caminos para conseguir la vida humana en dignidad, garantizando a todos los seres —humanos y no humanos—un presente y un futuro estimables, asegurando así la supervivencia de la Humanidad en el planeta. Aquí, entonces, proponemos algunas luces para la acción, recuperando la “ _vocación utópica de futuro_ ”, tal como recomendaba el pensador peruano Alberto Flores Galindo, quien, además, estaba muy consciente de que, “ _no hay una receta. Tampoco un camino trazado, ni una alternativa definida. Hay que construirlo”.
Por lo tanto, seguramente con muchas limitaciones e incluso equivocaciones, en estas páginas, proponemos qué hacer e incluso cómo hacer. Lo hacemos, sobre todo inspirados en visiones y prácticas surgidas de vidas comunitarias existentes y tratando de encontrar lecciones acumuladas en otras narraciones. Es evidente que precisamos nutrirnos del mundo de la indigenidad, como lo definió Aníbal Quijano; un mundo que no solo habita en los Andes y en la Amazonía, pues tiene una larga historia en todas las culturas en las que las relaciones comunitarias han jugado o juegan aún un papel importante; un mundo que, en ningún caso, puede ser idealizado o romantizado.
Esas existencias y muchas memorias configuran elementos que apuntalan valiosas y diversas experiencias para la construcción y la reconstrucción del Buen Vivir, pues, en palabras del gran escritor cubano Alejo Carpentier: “ los mundos nuevos deben ser vividos antes de ser explicados”. Y vaya que se puede explicar mucho desde esas comunidades portadoras de una larga historia, que, sin ser las únicas, están construyendo otros mundos de vida digna, en muchos lugares del planeta, cabe añadir.
Eso sí, dejemos sentado que no se puede escribir sobre esta cuestión desde un reducto académico o partidista aislado de los procesos sociales. Entonces, estas líneas, en las que la responsabilidad las asume íntegramente el autor, no constituyen un producto de creación individual. Y menos aún pueden entenderse como verdades reveladas, recetas o modelos, que los hay. Con este libro simplemente se pretende aportar al debate.
De lo que se trata es de impulsar una gran transformación civilizatoria. No está en juego un mejor sistema de acumulación material. Tampoco es suficiente una mejor distribución y redistribución de los frutos acumulados. En definitiva, no se trata de hacer mejor las cosas esperando que ahora sí los resultados sean satisfactorios. Menos aún se trata de proponer ideas y consensos para parchar el actual sistema dominante. Nada de eso.
El mundo precisa cambios profundos, radicales. Urge superar esas visiones simplistas que convirtieron al economicismo como eje de la sociedad. Es menester otra organización social y nuevas prácticas políticas. El reencuentro con la Naturaleza es lo mínimo que se puede esperar. Las ciudades mismas deben ser repensadas desde perspectivas de equidad social e inclusive de sustentabilidad. Para lograrlo es imprescindible recuperar las experiencias acumuladas, despertar la creatividad y consolidar el compromiso por la vida. Precisamos iluminar el futuro con la esperanza en tanto dimensión activa, que nos invita a actuar.
El Buen Vivir, o mejor aún los buenos convivires constituyen una oportunidad para entender el mundo en que vivimos desde otras perspectivas y, sobre todo, para construir mundos diferentes al actual, que no se logrará con acciones desintonizadas entre lo que se dice y lo que se hace. Sí, otros mundos —en clave de pluriverso— serán posibles, si se los piensa y construye democráticamente, cimentando este esfuerzo en los derechos humanos y en los derechos de la Naturaleza; derechos que no pueden ser asumidos como una simple formalidad jurídica, sino como la expresión de un proceso de permanente emancipación, de descolonización del pensamiento y de reencuentro con las raíces culturales de muchos pueblos originarios y por cierto de nuestra propia condición de Naturaleza.
No podemos ser meros aplicadores de procedimientos y de recetas, ni tampoco podemos asumirnos portadores de la voluntad política colectiva y de las soluciones necesarias. Con mucha humildad y una gran responsabilidad asumimos esta tarea. Este libro, entonces, recoge muchas reflexiones propias y ajenas. Es el resultado de un proceso inacabado. Hay muchas correcciones y enseñanzas acumuladas. El autor es apenas un estudioso de la materia y en ningún caso un experto.
Comentario sobre las distintas ediciones del libro:
Valoro hoy más que nunca la contraportada de este libro, que recoge el PREÁMBULO de la Constitución de Montecristi (Ecuador) aprobada en las urnas, el 28 de septiembre del 2008, con más del 63% de los votos emitidos, y defendida el pasado domingo 16 de noviembre, con más del 61% de los votos emitidos.
La primera edición de este libro ha sido publicada -inclusive con diversos títulos- en español en Ecuador (Abya-Yala 2012) y España (Icaria 2013), en francés (Utopia 2014), en alemán (Oekom Verlag 2015), en portugués (Autonomia Literaria y Elefante Editora 2016); en holandés (Uitgeverij Ten Have 2018).
Esta segunda edición ha sido publicada también por Abya-Yala, como parte de la serie sobre el DEBATE CONSTITUYENTE (que ya tiene 23 títulos y que la coedito con Esperanza Martínez). Se trata de un texto totalmente revisado, ampliado y actualizado (la segunda edición en Brasil debe estar en prensa).
NOTA: el libro está disponible en la Editorial Abya-Yala, tanto en versión electrónica como impresa: https://abyayala.org.ec/
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