Mientras el gobierno de India se dispone a sellar un amplio acuerdo comercial y de inversiones con la Unión Europea (UE) en abril, la sociedad civil trata de limitar sus consecuencias para la fabricación de fármacos genéricos, de los que dependen millones de personas en el mundo. El ministro de Comercio de India, Rahul Khullar, […]
Mientras el gobierno de India se dispone a sellar un amplio acuerdo comercial y de inversiones con la Unión Europea (UE) en abril, la sociedad civil trata de limitar sus consecuencias para la fabricación de fármacos genéricos, de los que dependen millones de personas en el mundo.
El ministro de Comercio de India, Rahul Khullar, estará en Bruselas del 6 al 8 de abril para firmar un tratado integral que disminuirá el arancel de varios productos, liberalizara ciertas normas para la inversión y ampliará el mercado para los servicios.
El acuerdo, que involucra a la mayor economía del mundo con un país en desarrollo, cuyo producto interno bruto es ocho por ciento menor, se negocia desde 2006.
El producto interno bruto de la UE se estimó en más de 16,4 billones de dólares en 2009, en tanto el de India en 1,3 billones de dólares.
«Esperamos que los negociadores indios resistan las presiones y se aseguren de que el actual régimen de propiedad intelectual no se altere para permitir la ampliación de patentes, en especial porque vence la de una gran cantidad de fármacos», indicó Mira Shiva, integrante de la All India Drug Action Network (red de acción por las drogas de toda India).
«El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Adpic), de la Organización Mundial del Comercio (OMC), fue bastante malo, pero ahora estamos frente a un pacto bilateral que puede ser peor para la salud pública», señaló.
Si el acuerdo de libre comercio entre India y la UE introduce medidas Adpic-plus, las personas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), pueden quedarse sin el tratamiento de segunda línea, cuando se hacen resistentes a los medicamentos que ya toman.
Desde los años 70, India pudo construir una poderosa industria farmacéutica, famosa por sus versiones eficaces y baratas de fármacos patentados al no reconocer patentes e impulsar su gran mercado interno.
Desde 2005, India realiza cambios a instancias de la OMC, pero son menos rigurosos que el régimen de propiedad intelectual de la UE.
La flexibilidad habilitada por Adpic permitió bajar los precios de los fármacos y contribuyó en la última década a disminuir el costo de los antirretrovirales genéricos en 99 por ciento, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida).
La UE podrá reclamar exclusividad de datos de fármacos, como lo ha hecho en todos sus otros acuerdos de libre comercio, indicó Shiva. Eso permite que los fabricantes conserven el monopolio de la información, basado en datos generados por análisis clínicos sobre la eficacia y la seguridad de una nueva droga.
«Eso quiere decir que una farmacéutica india que pretenda fabricar una versión de un medicamento patentado tendrá que realizar sus propias pruebas clínicas», explicó Amit Sen Gupta, especialista en salud pública del Foro de Ciencia de Delhi.
Pero los «nuevos análisis encarecen el costo del fármaco y demora su distribución», indicó Gupta. Actualmente, la UE ofrece 11 años de derechos exclusivos basándose en ensayos clínicos exitosos, entre otros datos.
Tribunales y organismos reguladores de India han tratado de no respaldar a las farmacéuticas trasnacionales que tratan de evitar la fabricación de medicamentos genéricos realizando cambios simbólicos en la composición de medicamentos o encontrando y añadiéndole nuevos usos.
Novartis AG, con sede en Suiza, no logró que su patente fuera protegida en India, donde se pretendía fabricar una versión de su medicamento contra el cáncer, Imatinib, también comercializado como Gleevec.
La apelación está en manos de la Corte Suprema de Nueva Delhi.
La farmacéutica Abbott Laboratories, con sede en Estados Unidos, tampoco pudo evitar que se fabricara en India una versión altamente resistente del medicamento contra el sida, Ritonavir y el Lopinavir.
«Naturalmente, la UE considera que el gran mercado interno y la fabricación de genéricos es una amenaza», explicó Shiva.
Entre 2003 y 2008, los fabricantes indios de genéricos suministraron más de 80 por ciento de los fármacos empleados en programas internacionales de tratamiento contra el sida, incluidos 91 por ciento de los antirretrovirales pediátricos, indicó Sen Gupta.
Los programas públicos para ofrecer tratamiento contra el VIH/sida, como los que hay en Brasil y Sudáfrica, dependieron del suministro de India.
El éxito de Brasil en contener la propagación del virus se atribuyó a la importación de genéricos de India, que también han desempeñado un papel importante en el programa estatal para el tratamiento y la prevención del VIH/sida en Sudáfrica.
La farmacéutica india Ranbaxy acaparó en 2010 una orden por 131 millones de dólares para fabricar fármacos, en una licitación de 700 millones de dólares.
Un informe de Onusida, de 2007, estimó que había 5.700.000 sudafricanos con VIH/sida, poco menos de 12 por ciento de los 48 millones de habitantes del país.
Brasil y Sudáfrica también producen cantidades significativas de fármacos genéricos y se preocupan por la viabilidad de una industria amenazada por regímenes de derechos de propiedad intelectual y acuerdos de libre comercio.
El acuerdo entre India y la UE fue seguido de cerca por Brasil, Sudáfrica y otros países fabricantes de medicamentos genéricos, como Tailandia, señaló Leena Menghaney, especialista legal de Médicos sin Fronteras, con sede en París.
Las licencias obligatorias, previstas por Adpic, corren peligro con los reclamos de expropiación realizados en el marco de acuerdos bilaterales, indicó Menghaney.
El mecanismo permite que los gobiernos hagan frente a emergencias sanitarias y arreglen la fabricación o importación de versiones de fármacos patentados.
«Las farmacéuticas sostienen que las licencias obligatorias son una forma indirecta de expropiación y han reclamado en el marco de las disposiciones de los acuerdos de libre comercio bilaterales», añadió.