La primitiva tribu juang, en la aislada aldea india de Nola, vivió hace apenas un mes sus tres primeros partos institucionales, gracias a Malay Ranjan Juanga, un «hombre activista por la salud» encargado del bienestar materno-infantil en su comunidad de 94 hogares. Como está a ocho kilómetros de la carretera principal, la mejor manera de […]
La primitiva tribu juang, en la aislada aldea india de Nola, vivió hace apenas un mes sus tres primeros partos institucionales, gracias a Malay Ranjan Juanga, un «hombre activista por la salud» encargado del bienestar materno-infantil en su comunidad de 94 hogares.
Como está a ocho kilómetros de la carretera principal, la mejor manera de llegar a Nola es ascender a pie por la traicionera ladera de la colina de Chandragiri, en cuya cima se encuentra.
Pero tres madres de la tribu -Rasamali Juanga, Chinu Mahakud y Kuiri Juanga- pudieron dar a luz a sus bebés en el centro de salud comunitario que el gobierno administra en Harichandanpur, a 30 kilómetros de allí, gracias al apoyo del activista.
El oriental Odisha (ex Orissa) es uno de los estados menos desarrollados de India, y casi 40 por ciento de sus habitantes son indígenas o pertenecen a castas hindúes muy marginadas, que viven en aldeas apartadas o en áreas inaccesibles.
En Odisha, por cada 100.000 partos fallecen cada año más de 258 mujeres, mientras que por cada 1.000 nacimientos mueren 65 bebés, según el último Sistema de Registro de Muestras, la mayor encuesta demográfica de India, correspondiente al periodo 2007-2009.
«El gobierno de India identificó un paquete esencial de medidas que se sabe salvan vidas de madres, bebés y niños», dijo la directora del proyecto Innovaciones, Patricia Dandonoli, desde la sede neoyorquina de Concern Worldwide.
«Esas intervenciones son simples y redituables, pero los desafíos en su implementación son tremendos», señaló.
Innovaciones es una iniciativa que busca ayudar a cumplir los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio relativos a reducir la mortalidad infantil y materna. Concern Worldwide la lanzó en Odisha y también en localidades de Malawi y Sierra Leona.
El proyecto intenta generar ideas nuevas y creativas para hallar soluciones en materia de salud.
Una de las ideas que surgió fue el rol de los «hombres activistas por la salud» apoyando a los equipos de mujeres acreditadas como promotoras de salud social en cuidados materno-infantiles.
«A través del proyecto único y emocionante de Innovaciones llegamos a la población de Odisha, logrando que comprendiera mejor los problemas y les buscara soluciones», dijo Robert Mulhall, director de Concern Worldwide en Bhubaneshwar, la capital del estado.
En febrero de 2011, el proyecto implementado en el distrito de Keonjhar hizo ingresar a 205 hombres activistas al sector de la salud en Odisha.
Estos hombres trabajaron a la par del equipo femenino, que constituía la piedra fundamental de la estrategia de la Misión Nacional de Salud Rural del gobierno indio para lograr los Objetivos del Milenio relativos a madres y bebés.
En el marco de la Misión, una activista femenina es designada por cada 1.000 habitantes rurales para ayudar a la comunidad creando conciencia y promoviendo un uso más intenso de los servicios sanitarios existentes, con énfasis en el aumento de los partos institucionales.
Sin embargo, en áreas apartadas como Nola, la seguridad es una preocupación real para las mujeres activistas, que deben estar de guardia por las noches o ayudar en trabajos de parto en los que hay que trasladar a las embarazadas a centros de salud lejanos.
En la aldea de Melani, el activista por la salud Singari Munda colabora en este aspecto. Cuando Rashmita Murmu empezó su trabajo de parto luego de la medianoche y no se contaba con transporte hospitalario, Munda caminó un kilómetro hasta encontrar un vehículo que trasladara a la mujer a la clínica más cercana, ubicada a 15 kilómetros de allí.
Cuando la situación de Rashmita se complicó, Munda la transfirió a un centro de salud mejor equipado, en la localidad de Keonjhar, permaneció siete días a su lado y luego devolvió a madre e hijo a su hogar, de modo seguro.
En una sociedad patriarcal, las activistas acreditadas enfrentan el desafío de que los hombres participen en asuntos relativos al embarazo y la planificación familiar. Según el departamento de salud y bienestar familiar de Odisha, en 2011 la relación de esterilizaciones fue de un hombre por cada 44 mujeres.
«La promoción de la planificación familiar y los cuidados materno-infantiles ha sido dispar, demasiado centrado en las madres y sin conseguir el deseado cambio cultural, porque las madres jóvenes no son quienes toman las decisiones», sostuvo Dharitri Rout, de la Organización de Mujeres para la Conciencia Sociocultural, socia de Innovaciones en el distrito de Keonjhar.
«Aunque los hombres deciden la cantidad de hijos, piensan que no tienen ningún papel que jugar en la nutrición de las mujeres durante el embarazo y la lactancia», señaló Rout.
«Ahora que los activistas hombres acompañan a sus colegas mujeres en sus giras puerta a puerta, los esposos salen y participan, y ya no hay barreras» en ese aspecto, agregó.
Singari Munda, un activista hombre por la salud de la aldea de Melani, de 298 familias, dijo que «un comité de hombres casados ahora se reúne una vez al mes para debatir sobre planificación familiar y vacunaciones, aunque la asistencia fue escasa al comienzo».
Según Raj Kumar Ghosh, funcionario gubernamental de la salud, «el equipo de mujeres activistas está sobrecargado, pues la responsabilidad de muchos programas de atención primaria convergen» en estas representantes de la sociedad civil.
Cuando la activista Puspanjali Nayak, de 22 años, quedó embarazada y tuvo que dejar de visitar hogares, su colega hombre Ramesh Mohanta intervino para ayudar en la aldea de Bhandaridihi.
En una ocasión hubo que trasladar a la aldeana Santi Munda a una clínica del gobierno y no había transporte disponible, entonces Mohanta la llevó en su motocicleta a un hospital privado en el pueblo de Joda, a 40 kilómetros de Bhandaridihi.
Ashish Kumar Sen, especialista en salud del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Odisha, sugirió «capacitar a los activistas hombres por la salud para que desempeñen una función más amplia, pues el estado está muy escaso de personal sanitario».