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Adiós compañero paria André Gunder Frank

Fuentes: La Prensa

Jamás olvidaremos su sinceridad en opinar, su indulgente tolerancia a nuestro conocimiento de «la edad de piedra» Hay personas que nacen para brillar con tanta intensidad que se convierten en permanente molestia para los mediocres, injustos, abusadores, pero sobre todo para los que manipulan el poder mundial que utiliza sus poderosos recursos para acallarlos y […]

Jamás olvidaremos su sinceridad en opinar, su indulgente tolerancia a nuestro conocimiento de «la edad de piedra»

Hay personas que nacen para brillar con tanta intensidad que se convierten en permanente molestia para los mediocres, injustos, abusadores, pero sobre todo para los que manipulan el poder mundial que utiliza sus poderosos recursos para acallarlos y hacer creer que la tiranía es una de las óptimas formas de justicia y democracia. Es el caso de André Gunder Frank uno de los intelectuales más lúcidos del siglo XX quien el pasado 23 de abril murió, completamente ignorado por los medios de comunicación masiva.

Dice el estudioso Theotonio dos Santos que Gunder Frank fue uno de los economistas más citados y discutidos en el mundo, sin embargo jamás apareció nominado para el premio Nóbel. Fue uno de los creadores de la teoría de la dependencia de América Latina y del Tercer Mundo, y junto con Ernest Mandel, Samir Amin, Immanuel Wallerstein y Giovanni Arrighi uno de los más lúcidos representantes de la teoría del Sistema Económico Mundial. Al mismo tiempo, fue incansable luchador contra la injusticia y la desigualidad económica en la sociedad contemporánea.

El mundo académico internacional al servicio de dictadores, grandes potencias y las corporaciones multinacionales jamás le perdonó su intolerancia hacia el acomodo del conocimiento para los intereses de los gobiernos de turno. Tampoco sus duras críticas a recetas económicas inventadas para asegurar la supervivencia de los países desarrollados haciendo empobrecer cada día más al Tercer Mundo.

Después de recibir su doctorado en economía en la Universidad de Chicago y enseñar varios años en EE.UU., empezó en 1962 su peregrinaje académico por América Latina, primero en Brasil, después en México y finalmente en Chile donde colaboró activamente con el gobierno de Salvador Allende hasta el golpe militar de 1973.

Logró huir a Alemania su país de orígen, sin embargo, sus ideas políticas lo perseguían. El ministro de Cultura prohibió a las universidades contratar a Gunder Frank. Así, se convirtió en un intelectual peregrino que no vivía más de cinco años en ningún país y que no pasaba de ser profesor adjunto, mientras el número de sus publicaciones crecía imparablemente. Para 1980 además de cientos de artículos y ensayos ya tenía dos libros que se pasaban de mano en mano entre los estudiantes del Tercer Mundo y en especial en América Latina.

Qué estudiante latinoamericano de los años 1965 a 1980 no se acuerda de las discusiones que provocaron sus trabajos: Capitalismo y Subdesarrollo en América Latina (1967); Sociología del Desarrollo y Subdesarrollo de la Sociología (1967); El Desarrollo del Subdesarrollo (1968); América Latina: Subdesarrollo y la Revolución (1969) y muchos otros, catalogados «peligrosos» para la seguridad nacional de Estados Unidos, cuyo fiscal de la Nación le pohibió la entrada a Norteamérica. Recién en 1979 el senador Ted Kennedy hizo revocar esta disposición y pudo enseñar un curso en la universidad de Boston.

Siendo un marxista consumado, fue combatido por los comunistas alineados con Moscú por su rechazo de la teoría de semifeudalismo en América Latina como causa de subdesarrollo y dependencia. Gunder Frank, les contradecía indicando que el continente estaba en etapa capitalista del desarrollo como periferia, cuyo subdesarrollo se debía a la forma de cómo fue incorporado en el Sistema Económico Mundial.

Los que alguna vez lo escuchamos o entrevistamos jamás olvidaremos su sinceridad en opinar, su indulgente tolerancia a nuestro conocimiento de «la edad de piedra», tampoco su apoyo a las mínimas muestras de originalidad del pensamiento y creatividad y en especial su inquebrantable deseo de servir a los explotados. Por algo alguna vez el Che Guevara le ofreció el puesto de ministro de economía de Cuba lo que Gunder Frank declinó cortesmente. En fin, todos perdimos un amigo de fuerte y variable temperamento pero también un luchador devoto y sincero.

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