Al menos ocho estadounidenses fueron asesinados en una base de operaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Afganistán el miércoles 30 de diciembre. El ataque suicida penetró la base de operaciones de avanzada Chapman, ubicada en la provincia oriental Khost, que sirvía como el centro de operaciones y espionaje de la CIA. Fuentes […]
Al menos ocho estadounidenses fueron asesinados en una base de operaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Afganistán el miércoles 30 de diciembre. El ataque suicida penetró la base de operaciones de avanzada Chapman, ubicada en la provincia oriental Khost, que sirvía como el centro de operaciones y espionaje de la CIA. Fuentes oficiales de Washington han confirmado que los muertos eran todos empleados civiles y contratistas de la CIA.
Hace apenás 15 días, cinco estadounidenses de la empresa contratista Development Alternatives, Inc. (DAI), fueron también asesinados en Afganistán cuando explotó una bomba en una oficina de la Agencia del Desarrollo Internacional de EEUU (USAID) en Gardez. El mismo día, otra bomba explotó en las afueras de la oficina de DAI en Kabul, aunque no resultó ningún herido.
El incidente del 15 de diciembre recibió poca atención, aunque ocurrió apenás días después de la captura de un empleado de DAI en Cuba, acusado de subversión. El presidente y jefe ejecutivo de la DAI, Jim Boomgard, emitió una declaración el 14 de diciembre sobre la detención de un subcontratista de su empresa en Cuba, confirmando que «el individuo detenido era empleado de un subcontratista de un programa que estaba implementando un subcontrato para ayudar organizaciones de la sociedad civil cubana.» La declaración también destacaba el «nuevo programa» que DAI estaba manejando para la el gobierno de Estados Unidos en Cuba, el «Programa de Democracia en Cuba y Planificación de Contigencias». DAI fue otorgado 40 millones de dólares en 2008 para ayudar el gobierno de Estados Unidos «apoyar actividades pacíficas de un amplio grupo de organizaciones no violentas a través de becas y subcontratos» en Cuba.
El 15 de diciembre, DAI publicó una nota de prensa «lamentando la muerte» de sus empleados en Afganistán. «DAI está profundamente triste con la muerte de cinco empleados asociados con nuestros proyectos en Afganistán… El 15 de diciembre, cinco empleados del subcontratista de seguridad de DAI fueron asesinados por una explosión en la oficina en Gardez del programa Gobernabilidad Local y Desarrollo Comunitario (LGCD por sus siglas en inglés), un proyecto de la USAID implementado por DAI.»
DAI también manejaba un proyecto en Khost, donde ocurrió el incidente del 30 de diciembre, aunque aún no ha sido confirmado que los ocho estadounidenses de la CIA que murieron en ese ataque también trabajaban para la empresa contratista. Desde la base en Khost, la CIA manejaba los aviónes no tripulados, también conocidos como «drones», responsables por varios asesinatos selectivos de supuestos miembros de Al Qaeda en Afganistán y Pakistán.
Un alto funcionario de la USAID confirmó hace dos semanas que la CIA utiliza el nombre de la USAID para otorgar fondos y contratos a terceras partes que promueven sus operaciones. Según el funcionario, un veterano de la agencia que ocupa el cargo de gerente regional, la CIA está otorgando contratos bajo el nombre de la USAID sin que ésta este involucrada.
Desde junio 2002, la USAID mantiene una Oficina para las Iniciativas hacia una Transición (OTI) en Venezuela, a través de la cual ha canalizado millones de dólares a la oposición contra el Presidente Hugo Chávez. La misma empresa activa en Afganistán y conectada con la CIA, Development Alternatives, Inc. (DAI) fue contratado por la USAID en Venezuela para manejar el presupuesto multimillonario con el objetivo de «apoyar a la sociedad civil y la transición a la democracia». Más de dos mil páginas parcialmente desclasificadas de la USAID sobre sus actividades en Venezuela evidencian la relación entre DAI y sectores de la oposición, con programas que buscan «fortalecer» sus partidos políticos, diseñar sus campañas políticas y ayudarles consolidar un movimiento contra el gobierno venezolano.
En Bolivia, la USAID fue expulsada este año por los habitantes de dos municipios, Chapare y El Alto, bajo la acusación de intervencionista. En septiembre, el presidente Evo Morales anunció la terminación del convenio oficial con la USAID debido al desvío de fondos multimillonarios hacia grupos separatistas que buscaban la desestabilización del país.
En el 2005, la USAID también fue expulsada de Eritrea y acusada de ser una agencia «neocolonista». Etiopía, Rusia y Bielorrusia, han ordenado la salida de la USAID y sus contratistas durante los últimos cinco años.
Development Alternatives, Inc. es uno de los contratistas de la USAID y la CIA más grandes del mundo. Actualmente tiene un contrato de 50 millones de dólares en Afganistán. En América Latina, opera en Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Perú, República Dominicana y Venezuela.
Este año, el presupuesto de la DAI en Venezuela se acerca a los 15 millones de dólares y su programa esta orientado hacia el fortalecimiento de los candidatos y campañas de oposición para las elecciones legislativas en 2010. El Presidente Chávez también denunció hace dos semanas la detección de un avión no tripulado en territorio venezolano, confirmando que era «tecnología estadounidense».
Rebelión ha publicado este artículo con permiso de la autora, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.