El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, denunció hoy que el gobierno británico se ha apartado de «la vía legal y lógica» para superar el conflicto bilateral causado la semana pasada por la incursión de 15 militares en aguas territoriales de Irán, al tiempo que la ministra de Relaciones Exteriores, Margaret Beckett, declaró a la televisión de […]
El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, denunció hoy que el gobierno británico se ha apartado de «la vía legal y lógica» para superar el conflicto bilateral causado la semana pasada por la incursión de 15 militares en aguas territoriales de Irán, al tiempo que la ministra de Relaciones Exteriores, Margaret Beckett, declaró a la televisión de Teherán que «todo el mundo lamenta esta situación» y que debe existir una salida.
Beckett informó además que el gobierno de Tony Blair tomó en serio el primer acercamiento realizado el viernes pasado por Teherán mediante nota diplomática, y anunció que la misiva fue respondida de inmediato, pero no proporcionó detalles de su contenido.
«El mensaje que quiero enviar es que creo que todo el mundo lamenta que haya surgido esta situación (y) lo que queremos es salir de ella», dijo la canciller en la ciudad alemana de Bremen, donde asistió a una reunión de ministros de la Unión Europea.
«Hemos elaborado nuestra respuesta y ahora estamos empezando a discutir. Como quizás saben es un periodo festivo en Irán y puede que eso no ayude lo suficiente», dijo Beckett al ser interrogada sobre las expectativas de diálogo con las autoridades del país asiático, donde se celebra desde hace dos semanas el Nowruz, que marca el comienzo de un nuevo año, de acuerdo con una tradición iraní anterior a la adopción del islamismo en el siglo VII.
De acuerdo con un reporte que este domingo publicará el diario The Guardian, funcionarios de la cancillería británica hicieron notar que las declaraciones de Beckett no deben ser interpretadas como una presentación de excusas.
Sin embargo, las afirmaciones de la canciller coincidieron con una declaración difundida por la oficina de Blair en la que reconoce que la crisis debe ser resuelta con una visión de largo alcance.
La nota diplomática entregada el viernes por la embajada iraní en Londres no pidió al gobierno de Blair un ofrecimiento de disculpas, pero solicitó «garantías» de que no habrá nuevas incursiones, puesto que no es la primera vez que militares británicos han sido capturados por guardias iraníes.
Según una fuente diplomática británica consultada por The Guardian, las afirmaciones de Beckett tienen la intención de reducir la temperatura de esta crisis.
Sobre la nota diplomática británica, la cancillería iraní sólo comentó que en el texto «hay diferentes puntos que podrían ser examinados», pero aclaró que aún espera de Londres «una actitud equilibrada y transparente, dentro del marco de las demandas legítimas de Teherán».
Poco antes, en un discurso ante habitantes de la provincia de Khuzestán, en la frontera con Irak, Ahmadinejad criticó la actitud asumida por el gobierno de Blair durante la crisis bilateral.
«Después del arresto de estas personas, el gobierno británico, en vez de disculparse y expresar sus excusas por la acción cometida, comenzó a reclamar que estamos en deuda y gritó en varios foros internacionales», dijo Ahmadinejad, quien además recriminó a las potencias «arrogantes» que violan abiertamente las leyes que ellas mismas han elaborado».
«Pero ésta no es la manera legal y lógica para resolver el asunto», agregó el presidente, cuyo auditorio respondió a su discurso con exclamaciones de «muerte a Gran Bretaña», de acuerdo con un despacho de la agencia iraní Fars.
La cancillería iraní comentó en un comunicado el pronunciamiento el viernes de los 27 ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE), que al expresar su solidaridad con Londres pidieron la liberación inmediata de los siete marineros y ocho infantes de marina que el 23 de marzo fueron detenidos en aguas iraníes por la Guardia Revolucionaria.
«Irán rechaza la posición parcial y de injerencia de la UE en el asunto de la detención de los 15 marinos e insta a los países europeos a abstenerse de comentarios impulsivos e irresponsables», dijo el ministerio iraní, que además exigió que los gobiernos europeos presenten «las pruebas y los documentos existentes antes de expresar un apoyo irracional al gobierno de Gran Bretaña».
Desde Estados Unidos, el presidente George W. Bush también se sumó a los reclamos británicos al señalar que «yo apoyo al primer ministro (Blair) cuando dejó en claro que no habría quid pro quo» (una expresión en latín que significa algo a cambio de alguno).
Bush hizo la declaración durante una conferencia de prensa conjunta con su par brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, quien al ser interrogado sobre el comercio con Irán y las acciones de Petrobras en esa nación, dijo estar «convencido» de que la empresa estatal brasileña continuará con sus planes de inversión, con un valor de alrededor de 35 millones de dólares.
Con respecto a las reacciones que el diferendo entre Teherán y Londres ha causado en otras partes del mundo, destacaron hoy las afirmaciones del líder libio, Muamar Khadafi, quien dijo que la respuesta de Gran Bretaña «significa que Irak se ha convertido en una colonia británica y que las aguas territoriales iraquíes se han convertido en aguas británicas».
El dirigente libio agregó que «la colonización es enemiga del Islam, enemiga de los árabes y enemiga de los persas».
Desde Londres, un grupo iraní en el exilio aseguró que la captura de los 15 militares británicos fue premeditada para «ganar concesiones de la comunidad internacional y desviar la atención del proyecto nuclear» de Irán (enfrentado a sanciones por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a fin de que suspenda la producción de combustible nuclear basado en el enriquecimiento de uranio).
El Consejo Nacional de Resistencia de Irán, organización en el exilio que dice tener fuentes infiltradas en cuerpos de seguridad del país centroasiático, afirmó que una de las unidades de la fuerzas navales de los Guardianes de la Revolución, con base en Jorramshahr, en el suroeste del país, estaba en «alerta máxima» desde la noche previa al incidente.
De su lado, un analista de la Sociedad Alemana de Política exterior, Henning Riecke, consideró que «es posible que (el caso) sea un intento de mostrar que Irán debe ser tomado en serio y que podría haber repercusiones si los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad son demasiado severos con Teherán».