Hace semanas que Fidel Castro está advirtiendo de manera reiterada sobre el riesgo real de que estalle un conflicto nuclear de consecuencias catastróficas para la humanidad. Los puntos calientes de riesgo son, nuevamente el Golfo Pérsico y la península de Corea. En el primer caso, la advertencia de Fidel -del que nadie puede cuestionar su […]
Hace semanas que Fidel Castro está advirtiendo de manera reiterada sobre el riesgo real de que estalle un conflicto nuclear de consecuencias catastróficas para la humanidad. Los puntos calientes de riesgo son, nuevamente el Golfo Pérsico y la península de Corea. En el primer caso, la advertencia de Fidel -del que nadie puede cuestionar su siempre afinada faceta como analista político-, tiene que ver con la contienda que se originará si los EEUU, alentados por Israel, deciden proceder a una inspección forzosa de los barcos mercantes de Irán, en su obsesión de impedir por todos los medios el desarrollo del programa de energía nuclear para usos civiles y pacíficos de aquel país (Irán es firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear, del que curiosamente no forma parte el vecino Israel).
En varios textos, en el marco de sus periódicas y siempre interesantes «reflexiones», el líder de la revolución cubana ha ido desgranando los posibles escenarios y sus consecuencias.
Si bien existe una resolución de las Naciones Unidas -a mi juicio injusta y equivocada- que insta a realizar estas inspecciones, la misma señala que deberá ser bajo aprobación iraní. Con todo no parece probable que los EEUU desistan de su intención de intervenir, transgrediendo los límites del derecho internacional, contra Irán, y toma cuerpo la posibilidad de un abordaje violento que sería entendido legítimamente por la República Islámica como un acto de guerra, al que ésta ya anunció que respondería con el ataque con misiles contra la flota estadounidense en el Golfo. Es obvio lo que se desencadenaría a continuación.
Fidel dio un paso más en su campaña de sensibilización y movilización internacional contra un posible holocausto nuclear, compareciendo en una sesión plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento de Cuba) de la que es diputado, tras cuatro años de ausencia por motivos de enfermedad, en la que dio lectura a una contundente declaración. Castro apeló a las y a los diputados de la asamblea a movilizarse con todos los medios a su disposición para desarrollar una campaña internacional que disuada al presidente Barack Obama. Cuenta con el apoyo tácito de la República Popular China y de Rusia, que según informó, están también trabajando activamente en la misma dirección, y con la credibilidad ganada por la experiencia histórica de Cuba en crisis de esta naturaleza (recordemos la Crisis de los Misiles de 1962 entre los EEUU y la URSS).
Los media señalaron que Fidel compareció 12 minutos, pero en realidad el comandante fue interpelado durante casi dos horas por varias diputadas y diputados, y en el marco de ese diálogo (el vídeo está disponible en Youtube), centró magistralmente la cuestión formulando tres preguntas fundamentales, que reproduzco a continuación: ¿cree alguien que el poderoso imperio (en alusión a los EEUU) retrocederá en la demanda de que los mercantes iraníes sean inspeccionados? ¿cree alguien que a los iraníes, pueblo de milenaria cultura mucho más relacionada con la muerte que nosotros (los cubanos), le faltará el valor que nosotros tuvimos para resistir a las exigencias de los EEUU? y ¿hay alguna solución para esta contradicción?
No se trata de ningún disparatado ejercicio de ficción. Habida cuenta de la cuestión geoestratégica, así como la necesidad de los EEUU -cómo centro del sistema capitalista- de resolver la vigente crisis sistémica a su favor, y atendiendo al precedente de la Segunda Guerra Mundial, no es ninguna locura sino un escenario posible que debe ser evitado. Máxime si se tiene en cuenta que el actual armamento nuclear tiene una capacidad que multiplica por 350.000 la capacidad destructiva de las bombas atómicas, con las que los EEUU perpetraron un magnicidio en Hiroshima y Nagasaki hace 65 años.
En ese sentido Fidel hacía una anotación importante. Si se consigue impedir que este conflicto estalle, además de haber salvado millones de vidas y la supervivencia planetaria, el capitalismo entrará en su fase terminal y acusará su inevitable derribe.
Todo indica, pues, que uno de los flancos por los que debemos enfrentarnos al vigente imperialismo senil es en la revitalización y activación de los movimientos en favor de la paz y por el desarme, tal y como vienen señalando numerosos partidos comunistas en el mundo. Pero, en esta ocasión, será fundamental articular y coordinar esa respuesta a nivel internacional, insertando la actuación local en una estrategia global en clave internacionalista.
La próxima cumbre de la OTAN en Lisboa, este otoño, puede que sea una buena oportunidad para contribuir desde Galiza -y el resto de los pueblos de la península ibérica y Europa- a esta causa crucial.
Xabier Pérez Igrexas,(Vigo, 1984), colaborador de opinión en diferentes medios de comunicación, forma parte de diversos movimientos sociales y participa de la Confederación Intersindical Galega (CIG), central sindical nacionalista y de clase . Políticamente está vinculado al nacionalismo gallego, siendo en la actualidad Vice Responsable Comarcal de Galiza Nova, organización juvenil del Bloque Nacionalista Galego (BNG), en Vigo. Es militante de la Unión do Povo Galego (UPG), partido comunista patriótico integrante del BNG.
Es autor del blog «Contradiscurso» (www.contradiscurso.net) y director de la Revista Digital de Pensamiento Marxista y Nacionalista Gallego «Pensar e Axer» (www.pensareaxer.info)
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