Por fin ha vuelto a su casa al Aaiún, lugar al que en todo momento ha querido llegar sin tener que rendir pleitesías ni renunciar a su sentimiento de ciudadana saharaui. Y para ello Aminetu no ha dudado en hacer una larga huelga de hambre que ha despertado la solidaridad internacional, hacia ella y su […]
Por fin ha vuelto a su casa al Aaiún, lugar al que en todo momento ha querido llegar sin tener que rendir pleitesías ni renunciar a su sentimiento de ciudadana saharaui. Y para ello Aminetu no ha dudado en hacer una larga huelga de hambre que ha despertado la solidaridad internacional, hacia ella y su causa de la defensa de los derechos humanos. Pero además, esta mujer de ojos negros y melfa de colores, ha conseguido con su determinación y con la acción de dejar de comer, que de nuevo en todo el mundo se vuelva a hablar de la situación del pueblo saharaui que lleva mas de 30 años esperando el referéndum de autodeterminación y del comportamiento latiguero y antidemocrático de Marruecos.
Y más allá, Aminetu ha visibilizado la dignidad humana y como se puede pelear con la razón y el convencimiento por los derechos que una considera justos para si misma y para el resto de la humanidad. Con ello, ha abierto un rayito de esperanza en nuestros corazones, la ilusión de que es posible conseguir que algunas cosas cambien aunque se tenga enfrente a tiranos y déspotas y en cualquier caso, que hay que intentarlo. Como dicen muchas voces ha vuelto a poner en la palestra la importancia de la resistencia pacifica tan olvidada y denostada en estos últimos tiempos.
Ella ha cumplido su cometido así que aurrera y a descansar, disfrutar de sus seres queridos y seguir trabajando por la defensa de los derechos humanos.
Al gobierno, le toca cumplir los deberes: Dar más explicaciones que las dadas hasta ahora, menos chapuceras y más claras. No nos vale esta política de la ultima temporada de: «Lo hemos conseguido, ¿No? pues a callar y no querer saber más». Y no nos vale, primero, por qué no es verdad que lo hayan conseguido solos. Segundo por qué Aminetu nos ha enseñado la dignidad de la claridad en las palabras para explicar los hechos y la transparencia. Tercero, por que es de ética y estética admitir la verdad de lo sucedido. Y cuarto, por que siguen teniendo pendiente con Marruecos la defensa de la autodeterminación para el Sahara occidental.
Y puestos, también estaría bien que no sean tan prepotentes de pensar que no existen ya en este mundo personas como Aminetu capaces de plantarse. La que avisa no es traidora. Aminetu ha levantado la tapa de la caja de la dignidad y dentro de esta hay mucha más, también dispuesta a la huelga de hambre. Algo de esto esta manifestando la frase: Aminetu somos todas