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Filipinas

Apuntes sobre las elecciones del pasado 10 de mayo

Fuentes: Sin Permiso

De las elecciones del 10 de mayo de 2010 se han dicho que han sido las más limpias y pacíficas desde la restauración de este ejercicio tras la caída de la dictadura de Marcos en 1986. Y ello debido a la informatización del recuento de votos, que por su rapidez ha impedido que haya el […]

De las elecciones del 10 de mayo de 2010 se han dicho que han sido las más limpias y pacíficas desde la restauración de este ejercicio tras la caída de la dictadura de Marcos en 1986. Y ello debido a la informatización del recuento de votos, que por su rapidez ha impedido que haya el suficiente tiempo como para que cualquiera de los trapo (políticos tradicionales) amañe las urnas.

Algunas organizaciones independientes han informado no obstante de algunas irregularidades, entre las cuales la distribución de tarjetas de memoria flash «defectuosas» que retrasaron la votación y la transmisión de resultados, el uso incorrecto por parte de varios inspectores de la Junta Electoral en el empleo de luces ultravioleta con las que verificar la autenticidad de los votos, el número exacto de votantes privados de derecho a voto (de 2’5 millones a 5 millones votantes que lo hacían por primera vez, según Kontra Daya, del organismo de control) e irregularidades en el precinto de las máquinas de recuento óptico (PCOS, por sus siglas en inglés).

Incluso el personal del campo del antiguo presidente Joseph Estrada, por detrás de Benigno ‘Noynoy’ Aquino Jr., declaró que las tarjetas de memoria flash habían sido preprogramadas por ciertos candidatos, que las habían comprado por sumas de hasta 30 millones de pesos filipinos. Los abogados de Estrada están reclamando que las tarjetas de memoria flash sean examinadas durante la solicitación de votos programada en el Congreso para la próxima semana.

Pero los votos para Noynoy Aquino parecen estar fuera de toda duda según todas las versiones. Con Noynoy esperando su proclamación, nos encontramos en el preludio de una nueva administración, que lleva consigo el manto del aparentemente incorruptible régimen de Cory Aquino, la madre de Noynoy, considerada casi como una santa por sus seguidores, que gobernó el país durante los seis años inmediatamente posteriores a la dictadura de Marcos. La euforia del pueblo no será como en los años iniciales de Cory, pero habrá seguramente un período de luna de miel entre las amplias filas de los seguidores de Noynoy, incluyendo a los más de 14 millones de personas que le votaron, y la administración que Noynoy pondrá en marcha nuevos planes.

¿Será la administración de Noynoy capaz de gobernar frente a la formidable oposición del partido de Arroyo, el Lakas-Kampi-CMD? ¿Se comprometerá Noynoy, como declaró, a perseguir a Arroyo por los saqueos y crímenes contra el pueblo? ¿Revertirá Noynoy las desastrosas políticas económicas y fiscales emprendidas por el gobierno de Arroyo en detrimento del pueblo filipino? Todo esto se irá viendo cuando Noynoy comience a formar su propio gabinete, pero muchos se han dado ya cuenta de que el propio Noynoy y algunos de sus consejeros han empezado a hablar de reclutar para su gabinete a figuras como Gibo Teodoro (el candidato presidencial de Gloria-Macapagal-Arroyo) y otras figuras destacadas del campo de Arroyo. Existe la posibilidad, nada remota, de que Noynoy y su campo puedan llegar a algunos acuerdos con el campo de Arroyo y con otros clanes trapo para mitigar la división entre facciones de la élite y asegurar así la estabilidad del estado.

La victoria de Noynoy

La victoria de Noynoy es la confirmación de que la cuestión principal de estas elecciones fue la prepotente corrupción del régimen de Arroyo. La gente votó por Noynoy porque estaban asqueados y cansados del sinfín de casos de manejos y corruptelas en los que andaba implicada la familia Arroyo y sus sicofantes. La consigna de la campaña de Noynoy, «Kung walang corrupt, walang mahirap», puede que no sea cierta (en la medida en que la pobreza emana no de la corrupción, sino de la explotación de clase y del dominio de clase), pero ha pinchado nervio y atraído a un amplio número de personas a apoyar Noynoy en las elecciones.

Conrado De Quieros, en su columna para el Philippine Daily Inquirer, ha hablado de la candidatura de Noynoy como «un Edsa, camuflada como una elección», en tanto que ha movilizado a la gente no sólo a votar por Noynoy, sino a votar para poner fin a nueve años de desgobierno o de gobierno ilegítimo: el del régimen de Arroyo. Llamar a la campaña de Noynoy una Edsa [en referencia a las revoluciones pacíficas que terminaron con los regímenes de Marcos y Estrada en 1986 y 2001, N.d.T.] es, sencillamente, una notable exageración: Noynoy ganó gracias a la fuerza del sentimiento anti-Arroyo. Esto se demostró durante las elecciones en la figura de los derrotados: secretario de Justicia, Raul Gonzales, secretario ejecutivo Eduardo Ermita, general Hermogenes Esperon y Jocelyn ‘Jocjoc’ Bolante, quienes, entre otros, eran conocidos secuaces de Arroyo.

Durante la campaña, no sólo Noynoy representó la ira del pueblo contra Arroyo. ‘Erap’ Estrada también prosperó gracias a ella, y el hecho de que aterrizase en segundo lugar en el recuento de votos pese a su perenne tercer puesto en las encuestas de intención demostró la fuerza del sentimiento anti-Arroyo. De lo que careció Erap fue de apoyo mediático, y fue este apoyo justamente el que catapultó a Noynoy a liderar desde buen comienzo las encuestas y el espíritu popular. La campaña mediática por Noynoy empezó inmediatamente después de que se enterrase el cuerpo de Cory el 5 de agosto de 2009, nueve meses antes de las elecciones. Después de esto, no pasó prácticamente un día sin que Noynoy fuese mencionado en los medios de comunicación o apareciese simpáticamente en las cadenas de televisión ABS y CBN, que apoyaron su campaña presidencial hasta el final.

Trapos a tutiplén

Sin embargo, los principales beneficiarios del voto anti-Arroyo también fueron los trapos opuestos a Arroyo. Muchos de ellos ni siquiera representan una oposición real, ya que fueron antiguos aliados del partido gobernante de Arroyo. Abandonaron el bote de Arroyo sólo cuando creyeron que se estaba hundiendo. Todos ellos pertenecen a clanes trapo. Todos, menos Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos Jr., el hijo del dictador Ferdinand Marcos, fueron antiguos senadores que ahora están regresando a la primera línea de la política. Los apellidos de los principales ganadores de este sector representan los clanes trapo bien atrincherados en varias partes del país (excepto por Drilo, que ha empezado una carrera trapo por su propia cuenta): Revilla (Cavite), Estrada (San Juan), Defensor-Santiago (ciudad Quezon), Enrile (Cagayan), Cayetano (Taguig), Recto (Batangas), Sotto (Cebu), Marcos (Ilocos Nortes), Osmeña (Cebu), Lapid (Pampanga) y Guingona (Bukidnon).

El único candidato de izquierda no-trapo que concurría cerca de los ’12 magníficos’ es Risa Hontiveros, una antigua miembro del congreso por el partido Akbayan. El ascenso de Hontiveros al puesto número 13, superando incluso a otros senadores trapo con más experiencia, es por sí mismo fenomenal y prueba suficiente de que la izquierda tiene una oportunidad de alcanzar puestos electorales clave. Como número 13, Hontiveros puede aún conseguir entrar en el senado si se le permite ocupar la vacante dejada por Noynoy Aquino con su ascenso a la presidencia. Pero los ruines senadores trapo, que han ganado a través de la maquinaría trapo y comprando los votos, ya han decidido excluirla, incluso si existe ya un precedente: en una elección anterior, en el 2001, el candidato al senado número 13, Gregorio Honasan, logró entrar en el senado gracias a la promoción del entonces senador Tito Guingona a la vicepresidencia.

Otros candidatos de izquierda como el brigadier general Danilo Lim, el rebelde militar encarcelado Satur Ocampo de Bayan Muna, Liza Maza de la lista del partido Gabriela, y Atty JV Bautista, antiguo representante de Sanlakas en el Congreso, ocupan puestos inferiores en la lista de candidatos al senado.

De acuerdo con algunos observadores de izquierda, las elecciones del 10 de mayo consolidan el dominio de 100 clanes políticos más o menos, empezando por la presidencia y de ahí hacia abajo, hacia los puestos electivos en los municipios de todo el país. ¿Qué significa esto? Si concedemos que esta elección fue justa con todas las de la ley, como la Junta Electoral y el gobierno aseguran en todo momento, entonces quiere decir que las masas todavía son esclavas de los candidatos trapo y del patronazgo político que caracteriza el dominio trapo. Esto en cierto modo constituye la explicación de algunos barrios de izquierdas en los que la izquierda ha fracasado miserablemente en las elecciones de 2010.

Actuación deslucida de la izquierda

Tampoco podemos simplemente culpar al bajo nivel de conciencia política de las masas por la actuación deslucida de la izquierda en las elecciones. La izquierda lo tenía todo de cara desde su participación en las elecciones pero en general fracasó a la hora de trazar una distinción clara entre su política y la de los trapos.

Primero se formó una alianza pragmática entre varias secciones de la izquierda con varias secciones de los candidatos trapo «menos malos» y sus partidos políticos: la Izquierda Reafirmista (RA) estableció una alianza con el multimillonario Manny Villar y su Partido Nacionalista trapo; la Izquierda Akbayan y otras secciones de la llamada Izquierda de Rechazo (RJ) formaron una alianza con Noynoy Aquino y el Partido Liberal; JV Bautista concurrió bajo el Partido ng Masang Filipino del antiguo presidente Joseph Estrada, y así sucesivamente. El único candidato que fue desairado por toda fracción de izquierda fue el ungido por Arroyo: Gibo Teodoro, que fue visto como el representante del «mal mayor» o «el enemigo principal.»

En segundo lugar, aunque algunos pueden argumentar que no hay nada malo en formar una alianza con el «mal menor» o con los «enemigos secundarios», la alianza con sectores de los «menos» trapos impidió a la izquierda proyectar su propia plataforma sin adulterar. Llegó al punto de que algunos de la izquierda incluso defendieron la plataforma de su candidato presidencial como «la más patriótica y progresista», como fue el caso de la RDA a Manny Vilar. La izquierda no sólo fue inundada por una campaña de tipo trapo -con peleas personales, tira y aflojas, el oropel sinsentido del show-biz, los anuncios extravagantes y costosos, etc.- del peor tipo, sino que la izquierda también se unió a la refriega. En el mejor caso, sus campañas promovieron algunas demandas razonables, aunque formuladas en lugares comunes paternalistas.

La estrategia de la izquierda en las elecciones se enfangó con el pragmatismo. Las voces críticas que llegan desde el RA lo llaman oportunismo de derechas. La estrategia apuntaba meramente a ganar ventajas materiales y políticas que se tradujesen en fondos y en posibles puestos en la burocracia. En vez de apuntar a la exposición de la bancarrota de las elecciones, la podredumbre de la política trapo, y el libertinaje y los chanchullos de la élite; en vez de iluminar la diferencia entre la plataforma de la izquierda y el programa de los trapo y la élite, en vez de todo eso, los fondos y los asientos en la burocracia oficial se convirtieron en el objetivo prioritario de estas elecciones burguesas.

¿Qué diferencia habría marcado si la izquierda hubiera ganado con este tipo de estrategia pragmática? Podríamos tener puestos en el gobierno, pero las masas no habrían aprendido nada sobre el carácter moribundo del dominio burgués y la política. No hubiera contribuido al desarrollo de la conciencia de clase, las luchas y las experiencias de las masas. Si intentamos llegar al poder a través de mentiras y subterfugios o a través de una alianza con fuerzas que, de hecho, están intentando impedir una revolución, entonces no tenemos ningún derecho a llamarnos revolucionarios. Oportunistas, quizás, como los críticos de la RA de la alianza con Villar están ahora llamando a los arquitectos de esta deplorable alianza.

Limitaciones del sistema electoral burgués

En tercer lugar, mientras reconocemos el problema de este acercamiento «pragmático» a las elecciones burguesas, tenemos que decir que la cuestión va más allá del pragmatismo de las fuerzas de izquierda. La naturaleza de estas elecciones burguesas va en contra de la naturaleza de la revolución: es el método por el cual la siguiente hornada de representantes de la élite ocupa los puestos del nuevo ejecutivo de la clase dirigente. Es la manera por la cual los trapos se reproducen una y otra vez y cada vez más. El sistema electoral burgués en sí mismo tiene un defecto incrustado que representa un inconveniente a las masas de la clase trabajadora. El sistema electoral ha sido perfeccionado hasta tal punto que bloquea todos los intentos de la izquierda y las fuerzas socialistas por utilizar la arena electoral para capturar puestos cruciales en la maquinaria del estado. La izquierda entiende esto, y esta es probablemente la razón por la que el pragmatismo prevalece entre la izquierda durante el período electoral.

Más allá de la izquierda, la única apertura posible en la estructura parlamentaria ha sido el sistema de listas. Esta fue una de las últimas conquistas traídas por el desmantelamiento de la dictadura de Marcos a través del levantamiento Edsa. Las listas de partidos están obligadas por ley a presentarse a las elecciones con representantes de los así llamados sectores marginados de la sociedad. Pero el sistema de listas tiene una grave limitación: sólo puede conseguir el 20% de los escaños en el Congreso, esto es 53 escaños de un congreso de 268 miembros.

Hasta 2007, la izquierda y el resto de partidos sólo podía enviar a 20 miembros al Congreso. En el 2007 las normas se relajaron y extendieron el número hasta los 53 escaños, aunque en las elecciones de ese mismo año el régimen de Arroyo comenzó una operación de demolición para diezmar el número de representantes de la izquierda en el parlamento presentando un número de listas apoyadas por la administración.

Como la izquierda y los sectores marginales son considerados meros adornos en un Congreso dominado y controlado por los trapos, ninguna de estas medidas puede servir para aprobar decretos favorables a la población en el cuerpo legislativo. Para la izquierda, el Congreso se ha convertido en una fuente de fondos económicos (del fondo público para asignado para fines electorales) y otras fuentes que los trapos ordinarios reciben y disfrutan en el curso de sus funciones. La única diferencia es que la izquierda está utilizándolos para ampliar sus filas y emprender campañas para su base de masas.

La apertura de Trillanes

Mientras la izquierda consigue abrirse paso en la cámara baja del Congreso, un militar rebelde fue capaz de estrellarse contra los pasillos del Senado, la cámara alta. El teniente de navío Sonny Trillantes fue elegido senador en el 2007 a pesar de estar en prisión por organizar un motín militar en el 2003 (todavía sigue en prisión). Todo el mundo sabe que Trillanes ganó también debido al sentimiento anti-Arroyo de las masas.

Ésta fue la hazaña que hizo que fuesen encarcelados los militares rebeldes brigadier general Lim y el coronel Ariel Querubín, que intentaban repetir su candidatura como senadores, pero el factor Trillanes les impidió materializarlo en las urnas. Esto podría atribuirse a un número de factores, uno de los cuales puede ser el propio ejemplo de Trillanes, lo que significa que si Lim y Querubín ganan, sería un «voto perdido» tras otro puesto que, como Trillanes, los dos no pueden oficiar de senadores mientras están en prisión. Como aspecto negativo, el ejemplo de Trillanes también es el del fracaso de emplear el Senado para proyectar continuar la resistencia contra el dominio de Arroyo y el dominio de la élite en general. El encarcelamiento continuado de Trillanes y su intento por justificar el trabajo de senador con el número de decretos que ha autorizado mientras se encontraba detenido ha funcionado de hecho en contra suyo. Simplemente no podría no desentonar o mantenerse con el trabajo rutinario en el Senado dado su predicamento, y aún así, las masas esperaban que fuese más atrevido, radical y bombástico en sus relaciones con el régimen de Arroyo.

La campaña anti-trapo a nivel municipal

Centrándose exclusivamente en los márgenes de la política electoral -esto es, concentrándose en las intervenciones en las listas electorales o yendo en la cola de las dudosas alianzas con las fuerzas trapo- la izquierda ha fracasado a la hora de proyectarse a sí misma como una fuerza independiente seria que podría haber contestado al dominio burgués. Por otra parte, individuos progresistas no pertenecientes a ninguna de las fuerzas organizadas de la izquierda han tomado el liderazgo en contravenir justamente el dominio trapo en sus áreas, como Fr. de ‘Among de’ Panlilio y Grace Padaca, que en el 2007 concurrieron como gobernadores en Pampanga e Isabela respectivamente, y ganaron a través de la intervención electoral del poder popular.

Panlilio y Padaca perdieron en las elecciones de hoy, pero esto sólo muestra no sólo lo bien atrincherados que están los trapos, sino lo problemático que resulta mantener y administrar una plataforma reformista en medio de la política dominante y dominadora trapo. Las reformas que Panlilio y Padaca intentaron introducir fueron obstaculizadas por la falta de apoyo del gobierno nacional burgués y el sabotaje constante de las fuerzas trapo (compuesta por varios alcaldes y otras fuerzas capitalistas y terratenientes influyentes) en sus provincias.

En las elecciones del 2010, otro modelo para la izquierda lanzado por Ric Reyes, un dirigente de izquierdas que concurrió a la alcaldía de la ciudad de Pasig. Esta campaña fue encomiable por su política a prueba de compromisos. Reyes concurrió bajo una plataforma de transición que dio luz pública a los activistas que lo apoyaban y su política socialista. Su rival procedía del principal clan trapo de los Eusebios, que está considerado un clan de señores de la guerra en Pasig, el cerebro de los asesinatos de opositores políticos y protector del sindicato de la droga en la ciudad. Reyes perdió las elecciones, pero consiguió obtener el 20% de los votos, algo importante considerando el tipo de campaña política de alto nivel que hizo en una ciudad dominada por señores de la guerra.

Estrategia electoral latinoamericana

En una carta a un camarada residente en Bolivia, mencioné que nuestro partido (Partido Lakas ng Masa) está adoptando la estrategia electoral latinoamericana de construir primero bases locales para contestar al liderazgo nacional en las elecciones futuras. El camarada me respondió que esto no era en absoluto una estrategia latinoamericana.

La estrategia, dijo, no se centraba en construir primero bases locales, sino en preparar la capacidad para contestar a la presidencia a través de una amplia alianza de fuerzas progresistas y socialistas. Significa utilizar la fuerza del movimiento de masas y en algunos casos el levantamiento de masas para forzar el escenario y remplazar a los dirigentes burgueses del país con las fuerzas combinadas de la izquierda, los movimientos sociales y las fuerzas progresistas en un sentido amplio. Esta ha sido la experiencia, según él, de la victoria electoral que llevó a Hugo Chávez y Evo Morales al poder en Venezuela y Bolivia respectivamente.

Aquí en Filipinas es sorprendente ver que la estrategia electoral latinoamericana está siendo puesta en práctica no por la izquierda, sino por una organización como Kapatiran, un partido basado en la clase media (léase: pequeño-burguesa) con un fuerte apoyo de la jerarquía de la iglesia católica. Kapatiran ha llevado a cabo una campaña de alto nivel en su plataforma (el derecho a la vida o el anti-abortismo es una cuestión central en su campaña) y ha presentado candidatos desde la presidencia hasta el senado y los concejos municipales. Su atrevida postura electoral y proyección han hecho que su candidato presidencial sea un contendiente en casi todos los debates presidenciales organizados por los medios de comunicación y las organizaciones cívicas. Aunque estos acontecimientos altamente publicitados también son mostrados en varias cadenas de televisión y programas de radio, a los candidatos de Kapatiran se les concedió toda la atención y fueron capaces de elaborarla en sus plataformas. Presentándose a los puestos clave, fueron capaces de expandir sus filas, construir redes e incrementar su proyección como grupo opositor. Mientras esto sucedía, la izquierda ha sido expulsada a los márgenes, haciendo alianzas con los trapos para llevar a cabo su campaña periférica. ¿Se imaginan a dónde hubiera llegado la izquierda de haber participado en el ala Kapatiran?

¿Del boicot al pragmatismo, y vuelta a empezar?

Dada la naturaleza de las elecciones burguesas y las limitaciones del sistema electoral burgués, la izquierda siempre puede escoger entre dos opciones: boicotear las elecciones o participar en las elecciones. Lo último ha sido siempre cuestión de debate en la izquierda cuando la izquierda era principalmente (aunque no únicamente) el Partido comunista de Filipinas, educado en el maoísmo. El tiempo ha pasado, y tanto la izquierda del RA como la izquierda del RJ (así como otras tradiciones de la izquierda) han decidido participar en las elecciones post-Edsa.

La izquierda tiene que reconocer que intervenir en las elecciones burguesas significa poner los pies en un terreno pantanoso al bascular entre el objetivo de ganar escaños y el de hacer crecer el nivel de conciencia de las masas. Algunas voces críticas con la RA ahora se han alzado respecto a la cuestión de haber participado en las elecciones de 2010, considerando que así «se derrotaba su marcha estratégica» hacia una situación de tablas con la guerra de guerrillas en el campo filipino.

Creo que la izquierda debería evaluar su intervención en las elecciones de 2010, incluyendo las elecciones previas, para aprender la lección. Por dar una respuesta rápida, me viene a la memoria la sentencia de Plejanov sobre la revolución fracasada de 1905 en Rusia y la respuesta, ya clásica, de Lenin. Plejanov dijo: «La clase obrera no debería armarse». Lenin contestó: «Muy al contrario, debería armarse mucho más». Parafraseándolo: deberíamos evitar la idea de que no deberíamos haber concurrido a las elecciones; al contrario, deberíamos haberlo hecho más. Deberíamos haber apuntado más alto y debemos estar centrados hasta que consigamos coronar la cima.

Sonny Melencio es un dirigente histórico de la izquierda socialista en Filipinas. Junto con Filemon «Popoy» Lagman, reorganizó a la izquierda en Metro-Manila en 1986 tras la crisis del CPP (Partido Comunista Filipino), liderado por Jose Maria Sison. La insurrección popular contra la dictadura de Marcos mostró las limitaciones de la estrategia de «guerra popular prolongada» del CPP y favoreció la aparición de distintas corrientes críticas en un común «frente del rechazo» que son hoy la base para la reconstrucción de la izquierda filipina. Un elemento clave de la nueva estrategia fue la creación del sindicato BMP (Bukluran ng Maggapawang Pilipino) en la región de Metro Manila, de cuyo comité de dirección es miembro Sonny Melencio. Asimismo es presidente de la organización socialista Partido Lakas ng Masa (PLM) (http://www.masa.ph). Sobre el proceso político habido desde la caída de Marcos a la revuelta contra Gloria Macapagal Aquino, el lector puede consultar con provecho su análisis en «Revuelta del Poder del Pueblo en Filipinas: Lecciones y Perspectivas» (http://www.deltagandedemokrati.se/Filer/File/Manila%20Conference/Melencio,%20spanska.pdf)

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3398

Traducción de Àngel Ferrero