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Bombas OTAN sobre los civiles también en Pakistán

Ataque aéreo en Waziristan: decenas de civiles muertos. Un anciano superviviente se suicida

Fuentes: Peacereporter

Traducido por Gorka Larrabeiti

La región de Shawal, en Waziristan, es un lugar paradisíaco: una extensión de colinas cubiertas de abetos y valles verdes salpicadas de casas de adobe y campos cultivados. Un paraíso que el viernes por la noche se convirtió en un infierno.

El viejo Jan. Después del atardecer empezó a oírse el sordo estruendo de las bombas de la OTAN cayendo sobre los pueblos controlados por los talibanes en la provincia de Paktika, pocos kilómetros más hacia el oeste, más allá de la cercanísima frontera afgana.

Nada nuevo para el viejo Pijuar Jan, de 70 años, pashtun waziro de la tribu de los Ganyijel, nacido y crecido entre aquellos bosques. Pero esa noche, las explosiones no cesaron como de costumbre. Es más: se hacían cada vez más fuertes. Los bombardeos se acercaban. De repente, todo el valle que rodea la casa de Pijuar se iluminó como si fuera de día por el fulgor de los proyectiles trazadores. Poco después llegaron los misiles, que hicieron temblar la tierra.

La mañana siguiente, el viejo Jan se encuentra en medio de los escombros humeantes de su casa. A su alrededor, los cadáveres de toda su familia: un niño, dos chicos, tres mujeres y tres hombres. Todos muertos. Sólo él había quedado vivo. El viejo pashtun, desesperado, se quitó la vida.

Otros veinte muertos. El viernes por la noche, al menos otros veinte civiles perdieron la vida y otros cien resultaron heridos en bombardeos de la OTAN en la región de Shawal: los nuevos misiles «Himars», lanzados desde Afganistán y las bombas soltadas desde cazas y helicópteros destruyeron unas quince casas por lo menos, según fuentes recogidas por la televisión pakistaní Geo.

Lo que es cierto es que se ha tratado de uno de los bombardeos aéreos más intensos en territorio pakistaní. Los comandantes militares de EE.UU que conducen las operaciones en el sureste afganos jamás se han planteado grandes problemas a la hora de disparar más allá de la frontera para atacar a los talibanes que huían de los combates. Pero jamás se habían producido ataques aéreos tan prolongados en territorio pakistaní como esta vez.

La OTAN, que el sábado por la mañana reconocía haber matado al menos 60 presuntos talibanes en los bombardeos de la noche anterior en la provincia de Paktika, admitió haber centrado objetivos civiles en Pakistán sólo el domingo por la tarde, después de que el portavoz de las fuerzas armadas de Islamabad, general Wahid Archad, denunciara lo ocurrido.

Frente afgano. Mientras tanto, la OTAN sigue matando civiles también en Afganistán. Las protestas del presidente Hamid Karzai por la matanza de más de 90 civiles en diez días no parecen alterar las tácticas de guerra de las tropas ISAF. El último episodio se remonta a esta mañana.

Al atravesar una zona rural al sur de Lashkargah, capital de la provincia de Helmand, la explosión de una bomba alcanzó un Land Rover militar británico: un soldado murió y otro resultó gravemente herido. Sus compañeros supervivientes empezaron a disparar a ciegas, incluso en dirección de algunas casas, hiriendo finalmente a dos civiles que se acercaban en moto y que -según la versión oficial- no se habían detenido a la orden de alto.

Fuente: http://www.peacereporter.net/dettaglio_articolo.php?idc=0&idart=8227