Médicos estadounidenses y expertos de República Dominicana empezaron a hacer una serie de pruebas en la población infantil de Bajos de Haina para analizar la salud de los niños en lo que ha sido considerado uno de los diez lugares más contaminados del mundo. Bajos de Haina -que algunos lo denominan el Chernobyl de República […]
Médicos estadounidenses y expertos de República Dominicana empezaron a hacer una serie de pruebas en la población infantil de Bajos de Haina para analizar la salud de los niños en lo que ha sido considerado uno de los diez lugares más contaminados del mundo.
Bajos de Haina -que algunos lo denominan el Chernobyl de República Domicana- queda a 22 kilómetros al oeste de la capital, Santo Domingo.
En esta población, unas 85.000 personas están potencialmente afectadas por la alta concentración de plomo en el ambiente, reveló un informe.
Pero en conversación con la BBC, autoridades ambientales del país caribeño desestimaron la descripción del lugar.
Luis Emilio Feliz Roa, director general de Salud Ambiental, señaló que el diágnóstico es exagerado y que el gobierno está haciendo lo posible para resolver cualquier problema de contaminación.
Cerca de 150 niños serán examinados para medir el nivel de este metal en su sangre, y se elaborarán estadísticas de plombemia en los lugareños.
La iniciativa -que incluye el reparto de medicamentos a los afectados- parte de la fundación estadounidense Niños Libres de Plomo, y está coordinada por el Instituto de Química de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Esta casa de estudios analizará las muestras y el viernes hará públicos los resultados de los exámenes.
Pesadilla que trae retardos
La ONG neoyorquina Blacksmith Institute, que elaboró el ranking de las «10 pesadillas del mundo», asegura en un informe que el origen de la plombemia en Haina son los talleres de fundición de baterías de automóviles.
En concreto, la contaminación del suelo y la sangre de los lugareños la relaciona a las actividades de una planta industrial ya cerrada. La fábrica se ha mudado a otra zona, pero detrás dejó una estela de niveles extraordinarios de plomo.
Las concentraciones elevadas de esta sustancia en la sangre producen, entre otras cosas importantes, retardos psicológicos y afecciones psiquiátricas.
Además, a medida que aumenta el nivel de envenenamiento y se sobrepasa el máximo de 9 aeg/dL recomendado por la Organización Mundial de la Salud, crecen drásticamente las probabilidades de que los bebés nazcan con deformidades.
Y se multiplican también las chances de problemas en la vista, el oído, o los riñones, y las dificultades en el aprendizaje.
Calificación exagerada
BBC Mundo habló con Luis Emilio Feliz Roa, director general de Salud Ambiental, y comentó que la situación de Bajos de Haina ha sido sobredimensionada, aunque admite que existe un cierto nivel de contaminación.
Dice desconocer los criterios que se han utilizado en el estudio para clasificar a la zona como uno de los diez lugares más contaminados del mundo y rechaza el calificativo de «pesadilla» que se le ha impuesto.
«Yo creo que es una calificación total y absolutamente exagerada y es incluso desconsiderada».
Al ser preguntado si está de acuerdo respecto a la cantidad de personas que potencialmente estarían siendo afectadas por el plomo respondió que «ni personal, ni institucionalmente estoy de acuerdo, no creo que sea así».
El funcionario también mencionó que el gobierno dominicano «está haciendo todos los esfuerzos, dentro de sus posibilidades, para resolver este tipo de problemas».