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Balance del primer año del presidente Correa en Ecuador

Fuentes: Rebelión

Tras cumplirse su primer año como presidente de Ecuador, Rafael Correa ha destacado que la revolución ciudadana con la que se comprometiera desde el comienzo de su mandato es hoy el principal logro de su Gobierno. Este giro político que ha emprendido el dirigente ha sido asumido con entusiasmo por la Asamblea Constituyente, instaurada en […]


Tras cumplirse su primer año como presidente de Ecuador, Rafael Correa ha destacado que la revolución ciudadana con la que se comprometiera desde el comienzo de su mandato es hoy el principal logro de su Gobierno. Este giro político que ha emprendido el dirigente ha sido asumido con entusiasmo por la Asamblea Constituyente, instaurada en noviembre de 2007 con plenos poderes para redactar una nueva Constitución y modificar el marco institucional en un plazo de seis a ocho meses.

En la presentación del informe a la nación, Correa asentó el proceso de cambio en cinco revoluciones: la constitucional, la ética, la económica, la social y la de soberanía e integración latinoamericana. Reconoció que esta transformación implicará sacrificios y que por ello los poderes tradicionales -vislumbrados en medios de comunicación, empresariado y banca- intentarán desacreditar al Gobierno y a la Asamblea para no trastocar «un sistema perverso que tanto tiempo lleva y que tanto daño ha causado».

Su discurso, que duró casi dos horas y media, abarcó los logros conseguidos por el Ejecutivo durante este tiempo y defendió una economía que tuviera por eje «al ser humano y no la acumulación capitalista». Abogó además por una soberanía independiente de los organismos internacionales financieros que busque la integración en alianzas regionales, como lo puede ser el Banco del Sur.

Uno de los ejemplos que facilitó Correa para ilustrar el nuevo rumbo del país hace alusión al gasto social de 2007, que ha superado el monto dedicado a pagar la deuda externa. Correa admitió el lastre que supone para Ecuador los 10.383 millones de dólares de deuda externa (25,1% del PIB) que debe en gran parte a organismos multilaterales, bancos y mercados financieros. Por eso conminó a una acción concertada de todos los países deudores con el fin de renegociar una deuda bajo tres premisas: determinar, primero, la cantidad que cada país puede pagar sin comprometer su crecimiento económico; establecer qué parte de la deuda es ilegítima; y promover un tribunal imparcial que establezca la capacidad y el modo de pago.

Frente a las críticas que señalan a su Gobierno como el culpable de un menor crecimiento económico en 2007 (2.7%), el economista Rafael Correa argumentó que deben separarse los ingresos del sector petrolero del resto. En lo que respecta a la producción petrolera, que ha mermado en el último año, Correa argumentó que los resultados de 2007 corresponden a las políticas impulsadas no en ese año sino en 2006, cuando gobernaba Alfredo Palacio. Indicó que precisamente su Gobierno ha cuadriplicado en 2007 los 100 millones que fueron destinados a inversión petrolera en el año anterior, y que los resultados podrán apreciarse en 2008.

Quiso así avisar de que la recesión en el crecimiento petrolero (de un 9.8%) responde a cuestiones técnicas y no económicas, mientras que el resto de los sectores productivos (agricultura, industria, transporte, turístico, comercio o pesca) han crecido en su conjunto en un 4.4%, un desarrollo, este sí, motivado por las políticas económicas diseñadas en este primer año de gestión.

Sigue entonces el mismo ánimo de fortalecer la soberanía nacional a través de una nueva Constitución alejada del «dogma neoliberal y las democracias de plastilina que sometieron personas, vidas y sociedades a las entelequias del mercado», según sus palabras. La Carta Magna será ratificada o no por el pueblo ecuatoriano a mediados de año, quien afrontará también en 2008 elecciones a la presidencia y a un nuevo Congreso. Pero hasta ahora, la confianza es lo que prevalece: no hay ninguna encuesta que ponga en duda el apoyo mayoritario del pueblo ecuatoriano a su presidente en su primer año al frente del país. Cifras de apoyo que no llegaron a alcanzar los que le precedieron.