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Los políticos brasileños ven en el FSM una oportunidad para su proyección a nivel nacional

¿Batalla electoral en el Foro Social Mundial?

Fuentes: Altermundo/Rebelión

Algo inaceptable en un proceso que es de los ciudadanos y ciudadanas de toda la tierra.

La mayor parte de las actividades del Foro Social Mundial (FSM) de Belém se desarrollaron en dos grandes espacios académicos, las universidades Federal (UFPA) y Rural (UFRA) del Pará. En la primera las actividades ocupan fundamentalmente aulas, salvo en el caso de la activa carpa de los 50 años de la revolución cubana, y las iniciativas de economía solidaria y de los colectivos se muestran en puestos cubiertos y muy bien distribuidos. La segunda consta de un extenso campus tropical, con zonas valladas en las que se advierte la existencia de animales venenosos, millares de techos cóncavos de lona en el campamento de la juventud y con actividades en una veintena de grandes carpas desparramadas por los prados. En la UFRA no hay stands, sino flancos de hierba dónde se puede comprar desde artesanía indígena a una bolsa de agua helada.

Para llegar a las carpas de la UFRA hay que recorrer un kilómetro de carretera desde la entrada en el recinto. Dicha vía sirve a veces, o casi todo el día, de sambódromo del activismo. Es lo más divertido del FSM. En un sólo paseo podemos encontrarnos con el movimiento de los abrazos gratis, o de los besos -dependiendo de la jornada-, que siempre le alegran a uno el día; podemos dar con un desfile de indígenas guajajara armados con lanzas y arcos de flechas; ver como el movimiento vegetariano libera las gallinas de un corral o incluso quedar atónitos con las manifestaciones de los «deixa chover» (deja llover), que sólo salen a ritmo de batucada cuando cae agua con fuerza. Y hay muchas marchas espontáneas más. Religiosas, ambientalistas, anarquistas, sindicalistas o las que reclaman la legalización de la marihuana, que son las más multitudinarias y huelen de una manera especial.

Llega el candidato Sin embargo, lo que uno no podía esperar en el sambódromo espontáneo de la UFRA es el espectáculo político. Dantesco y de mal gusto. El sábado sorprendió a los cientos de caminantes de la UFRA la comitiva del ministro de justicia brasileño, Tarso Genro, que se perfila como uno de los candidatos a sustituir a Lula. En las presidenciales de dentro de dos años el sindicalista no se podrá presentar al tener consumidos ya dos mandatos. La otra gran candidata dentro del PT es Dilma Rousseff. Esta última parece ser la apuesta de Lula, según hizo saber entre líneas al Consejo Internacional del FSM, que anteayer desayunó con él. Por lo visto Dilma es aún más pragmática que Lula.. Más socialdemócrata. Vaya, que está aún menos a la izquierda. Y Tarso, que fue alcalde de Porto Alegre, la cuna del FSM, respondería a un ligero desplazamiento a la izquierda. Sea como fuere, la batalla ya comenzó en el interior del Partido dos Trabalhadores (PT).

El ministro irrumpió en los espacios del Fórum, algo totalmente inaceptable y fuera de lugar, con una ruidosa comitiva de lujosos coches, furgonetas, policía motorizada y un helicóptero a ras del suelo que obligó a los vendedores a proteger sus mercancías artesanales para que no volaran, y a los intervinientes en las carpas a interrumpir sus oratorias. Se dirigía a la carpa de los pueblos indígenas, por lo visto invitado por algunos líderes amazónicos, que tuvo también que interrumpir durante horas su programación -en ese momento se hablaba de educación bilingue- para que el ministro se dirigiese a la gente, quisiera ésta o no, en un espacio que estos días no es el Brasil que él gobierna, sino un espacio de mundo.

Blanca Chancoso se rebela

La cosa no le salió bien. Muchos indígenas, liderados por la activista ecuatoriana Blanca Chancoso, montaron en cólera y boicotearon la afrenta durante casi una hora. Con gritos de «la tierra no se vende, la tierra se defiende» o «la vida es un tesoro y vale más que el oro», Blanca y otras dos mujeres fueron sumando seguidores para montar un soberano barullo de indignación. «Llega aquí, a nuestra casa, e interrumpe lol que estábamos haciendo para montar su teatro político», decía a la prensa a ecuatoriana. «Esto no se pode permitir, los hermanos amazónicos no nos avisaron. De lo contrario no estaríamos aquí, pues Tarso es también cómplice de la destrucción de la Amazonia y de la madre tierra», continuaba. El peruano Rodrigo Montoya estaba de acuerdo: «No puede venir a la casa de los indígenas y hacerlos callar de este modo, lo que aún es más indignante al pertenecer al PT».

El caso es que, como todos y todas sabemos, las organizaciones partidarias y los cargos públicos no pueden participar en el FSM si no es por expresa invitación del Consejo Internacional. Ademáis, si lo hacen, como ocurrió días atrás con los presidentes, su presencia no suele ser en los espacios del Fórum. Tarso Genro se equivocó, tanto si quería dar su apoyo al FSM y a los pueblos indígenas, como si sus intenciones fuesen más de carácter personal. Las sospechas estaban claras. El día anterior la prensa reflejaba la presencia en Belém de su rival para la candidatura presidencial, Dilma Roussef. Es posible que los asesores del hoy ministro llegaran a la conclusión de que él también debía estar en el FSM y convenciesen a algunos líderes amazónicos para que lo invitaran. Mal le fue el asunto. Consiguió la indignación de buena parte de los pueblos andinos y de los muchos participantes del FSM que vieron su espectacular pero demencial llegada, dividió a los pueblos indígenas -«Muy mal los hermanos amazónicos», decía la mapuche Moira Millán-, interrumpió el desarrollo de las actividades autogestionadas, que son la sangre del FSM, e hizo del espacio de los ciudadanos y ciudadanas de la tierra su particular plataforma electoral. El Fórum no es para esto.