En su autoproclamada «guerra contra el terrorismo», el gobierno del presidente George W. Bush autorizó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a aplicar el waterboarding a sospechosos de pertenecer a Al Qaeda, según dos memorandos secretos de 2003 y 2004, informó el diario The Washington Post. Los documentos fueron emitidos a pedido de funcionarios […]
En su autoproclamada «guerra contra el terrorismo», el gobierno del presidente George W. Bush autorizó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a aplicar el waterboarding a sospechosos de pertenecer a Al Qaeda, según dos memorandos secretos de 2003 y 2004, informó el diario The Washington Post.
Los documentos fueron emitidos a pedido de funcionarios de inteligencia a quienes les «preocupaba que la Casa Blanca nunca hubiera aprobado el programa por escrito», indicó el rotativo, que citó a funcionarios gubernamentales y del servicio de inteligencia al tanto de los documentos.
El waterboarding es una técnica que provoca asfixia temporal al detenido con un trapo húmedo enrollado en la cara, que según las autoridades no es tortura.
En el terreno de esta guerra global contra el terrorismo, se reportó que las fuerzas invasoras encabezadas por Estados Unidos abatieron a Abu Qaswara, señalado como el segundo hombre de la red Al Qaeda en Irak, durante una operación militar llevada a cabo el pasado día 5 en Mosul.
La información no pudo ser confirmada de manera independiente. Desde que comenzó la invasión al país árabe, el 20 de marzo de 2003, han muerto entre 99 mil 373 y 96 mil 466 civiles, según la organización Iraq Body Count.
En este contexto, Washington y Bagdad alcanzaron un acuerdo final tras meses de negociaciones para un pacto histórico que permitirá a las tropas invasoras quedarse en Irak hasta finales de 2011.
En Afganistán, otra nación ocupada por Estados Unidos en la región, al menos 70 talibanes murieron en un ataque aéreo nocturno de las fuerzas extranjeras en la sureña provincia de Helmand, informaron fuentes oficiales.
Más tarde, tropas afganas rechazaron un ataque talibán en la capital de Helmand, en el que murieron 18 rebeldes y seis policías