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Campaña electoral en Rusia. ¿Qué podemos esperar?

Fuentes: Rebelión

Esta pasada semana, el presidente Putin firmó el decreto por el que se fijan las elecciones legislativas a la Duma para el día 2 de diciembre. El decreto fue, como se esperaba, firmado el último día que la ley permitía. Lo pudo haber firmado hace 20 días, ampliando así el periodo de precampaña. Por lo […]

Esta pasada semana, el presidente Putin firmó el decreto por el que se fijan las elecciones legislativas a la Duma para el día 2 de diciembre.

El decreto fue, como se esperaba, firmado el último día que la ley permitía. Lo pudo haber firmado hace 20 días, ampliando así el periodo de precampaña. Por lo visto han decidido reducir al máximo ese periodo. De estos 90 días que faltan para las elecciones, serán los últimos 28 los que podrán ser utilizados por los partidos para contratar publicidad directa en los medios.

Estas serán las primeras elecciones generales, donde se aplique la nueva legislación electoral, en la que entre otras cosas, se elimina el porcentaje mínimo exigible de participación para dar por válidas las elecciones. Se establece en el 7% la barrera a superar para obtener participación parlamentaria y se suprime la posibilidad de votar «contra todos» (una casilla que hasta ahora gozaba de gran popularidad en Rusia).

¿Qué podemos esperar de estas legislativas? No hace falta ser Nostradamus para asegurar que en estos tiempos de «democracia tutelada» la distribución de escaños en la Duma no sufrirá variaciones relevantes. No podemos pecar de ingenuos. El oficialista «Rusia Unida» obtendrá sin duda alguna, la aplastante mayoría absoluta de la que goza desde el 2003.

En aquella ocasión obtuvieron 303 escaños frente a los 47 del PCFR, los 31 del PLDR de Zhirinovsky y los 33 de «Rodina». Los 31 restantes se reparten entre independientes y tránsfugas

Como vemos, ya de por si, la composición actual no difiere mucho de la del parlamento de Kazajstán, donde tras las elecciones celebradas hace apenas un mes, el partido del poder («Nur Otan») ha sido el único en obtener representación parlamentaria.

En Rusia, de momento, prefieren guardar las formas. Más aún, después de 14 años, parecen decididos a conformar un sistema bipartidista, a la manera occidental, con dos partidos evidentemente leales con el poder y sumisos con el dinero.

Esta es sin duda, la principal diferencia con las elecciones de hace 4 años. En aquella ocasión, recordemos que en los meses de precampaña, se sacaron de la chistera una formación política a la que pusieron por nombre «Ródina» («Patria»), y que con un discurso de izquierdas y una mas que generosa financiación (infinitamente superior a la que se podía y puede permitir el PCFR) consiguió con creces el objetivo para la que fue creada: Desgastar lo más posible al PCFR. Entonces cumplieron con sobresaliente, quitándole un 10% del electorado potencial y dejándoles en un decepcionante 14%.

Cuatro años después el objetivo sigue siendo el mismo, pero los medios, aunque parecidos, son otros. «Ródina» carcomida por las disensiones internas dejó de ser útil el año pasado, por lo que los estrategas del Kremlin decidieron no perder tiempo y lanzar en otoño del 2006 a su nueva criatura, bautizándola como «Rusia Justa» (Spravedlivaya Rossia). El nuevo engendro nació como la fusión de tres partidos: «Ródina», «Partido de la Vida» y «Partido de los Pensionistas» y durante este último año, ha tenido tiempo y sobre todo dinero (mucho dinero) -amen de amplia cobertura mediática-, para dar a conocer su proyecto, pulir su estructura en las regiones y hacer visibles a sus candidatos. Inclusive han estirado músculos en las elecciones autonómicas que se han desarrollado en distintas regiones (otoño y primavera pasados) con un resultado desigual pero esperanzador en su conjunto.

En esas elecciones regionales han podido además poner en práctica sus dotes artísticas teatrales, representando sus «diferencias» con «Rusia Unida».

Así pues, todo está listo para intentar un nuevo asalto en pos de esa «normalidad democrática bipartidista».

Pero el PCFR sigue a lo suyo erre que erre, sin dejarse domesticar y hablando tonterías de «avanzar hacia la URSS.» ¿En qué país democrático y decente que se precie se puede consentir que el Partido Comunista obtenga año tras año como media el 20% de los votos? ¿Cómo es posible – se pregunta la oligarquía, la burguesía y el gobierno que les representa – que esta gente sobreviva y se mantenga cuando lleva 15 años desaparecida de las pantallas de televisión y de los medios en general, sin apenas recursos financieros? ¿Qué pasa que no acaba de morir el partido de los «abuelos nostálgicos», que según ellos lleva tres lustros muriendo?

«Rusia Justa», el nuevo partido de «izquierdas», tiene como máxima cabeza visible a Serguei Mironov, hasta ahora presidente de la cámara alta del Parlamento. Es decir, este líder «opositor» es el mismo que ha votado al unísono, como una sola mano, con los demás partidos del poder (Rusia Unida y PLDR) todas las leyes antisociales de ajuste neoliberal que han pretendido acabar con los restos de las ventajas sociales heredadas de la época soviética. Ahora nos lo presentan como nuevo paladín de los desheredados, impulsor de políticas muy progresistas y trovador del «socialismo».

Repito. El objetivo es el mismo de siempre: eliminar a los comunistas de la escena política, apropiándose de muchos de sus lemas y puntos programáticos. Contarán para ello con todos los medios que un partido político pudiera soñar: financiación ilimitada y espacio en los medios hasta que se harten.

La diferencia con las elecciones pasadas puede radicar en el papel que vayan a jugar los «liberal demócratas» de Zhirinovsky. Parece que el «tonto útil» y su partido – nacido en los despachos de la Seguridad del Estado a principios de los 90 – ha perdido el favor del Kremlin. Empieza a estorbar, y sigue perdiendo apoyos a pasos agigantados, lo que le puede llevar a no superar el 7% necesario para obtener sillón. Hace dos semanas, su mano derecha e ideólogo del partido, Mitrofanov, (famoso en otras cosas por ser director de películas porno) dio el salto a «Rusia Justa». Como se suele decir, en Rusia no hay traidores, sino gente con visión de futuro. ¿Salvará en esta ocasión a Zhirinovsky su verborrea anticomunista y antisoviética? ¿Prescindirá esta serpiente de tres cabezas que representa al partido del poder, de unas de ellas? Es una de las incógnitas de estas elecciones.

El PCFR afronta la campaña con relativo optimismo y plenamente consciente de sus posibilidades reales. Viniendo de un 13% y 47 diputados, alcanzar el 20%, con la nueva ley electoral, podría representar obtener cerca de 100 diputados.

El 22 de septiembre el Partido celebrará un congreso extraordinario para definir su estrategia cara a estos comicios y al futuro más próximo. Tengamos presente además, que quedan apenas seis meses para las presidenciales, y Putin deberá en las próximas semanas, en plena contienda electoral, anunciar el nombre del «elegido» para relevarle en el cargo, lo que sin duda tendrá un eco mayor que la propia campaña para las legislativas.

Por si fuera poco, el PCFR, volverá a tener que resistir todos los ataques de la guerra sucia que arreciarán desde todos los frentes. De hecho, lleva ya meses soportando una nueva campaña de descalificaciones y descrédito, perfectamente ensamblada dentro del permanente bloqueo mediático al que se ve sometido.

En este sentido, es muy interesante observar el seguimiento exhaustivo que hace el PCFR (a través del Centro de Estudios de la Cultura Política y de «Medialogia») de la cuota de aparición de los distintos partidos en el conjunto de los medios de información. En los gráficos donde se mide hasta el último segundo, podemos ver como por ejemplo, en los últimos 10 días, el índice medio de aparición en los medios para «Rusia Unida» ha sido del 37,3%, de un 23,5% para «Rusia Justa», un 21,1% para el PCFR, un 16% para el PLDR y un 2% para «Voluntad Popular» (restos de «Ródina» que no se han integrado en «Rusia Justa».

Veremos como evolucionan en las próximas semanas esos indicadores y si el PCFR se mantiene cerca de esa línea roja «admisible» del 20% de cuota, siendo como es, el único partido de oposición real.

Añadamos a esto que el hecho de mencionar al PCFR no quiere decir que lo hagan sólo para informar de manera objetiva de los actos que este organiza. Inmersos como estamos en una nueva espiral anticomunista, pueden hablar del PCFR para «anunciar» que la dirección del partido en tal o cual región se ha pasado en bloque a «Rusia Justa»…

Curiosamente, cuando sucede a la inversa, la información sólo aparece en los medios que controla el PCFR: Pravda y Sovietskaya Rossia, que nada pueden hacer en ese mar de desinformación en el que el 99% de los medios obedecen a sus amos.

Insisto. La nueva Rusia democrática se puede permitir en su primera cadena estatal de televisión, silenciar por completo cualquier información que recuerde la existencia del Partido Comunista durante 31 días, como ha ocurrido a lo largo de este verano.

Estos son los ingredientes con los que se cocina la democracia en Rusia. Putin, como cocinero supremo, los remueve bien con la cuchara en una cazuela repleta de apatía e indiferencia.

En un país, donde más de la mitad de la población sobrevive con una media de 5.000 rublos (35 rublos = 1€) y que se permite tener la capital con el mayor porcentaje de millonarios y multimillonarios del mundo (por delante de Nueva York), donde la diferencia entre los más ricos y los más pobres es de 40 puntos (igual que en 1917), la movilización social no se corresponde en absoluto con el daño causado por las reformas de los últimos 20 años (Perestroika incluida).

Las manifestaciones que reúnen a 15 ó 20 mil personas se consideran un rotundo éxito.

Mientras el letargo continúe, las citas electorales no dejarán de ser un mero espectáculo teatral o circense. Igualito que aquí.

Sirva como ejemplo de la campaña anticomunista que padecemos, las declaraciones en rueda de prensa de Ziuganov que a continuación transcribo:

El gobierno ha violado todas las normas morales y las más elementales reglas de conducta, existentes en la lucha política

Kprf.ru
     Traducido del ruso por Josafat S. Comín

El 6 de septiembre en la sala de prensa de la agencia de noticias «Interfax» tuvo lugar una rueda de prensa del líder del grupo parlamentario del PCFR en la Duma, Guennadi Ziuganov, dedicada a las iniciativas legislativas del PCFR para este otoño en la Duma«: Respondiendo a las preguntas sobre la ola propagandística contra el PCFR, que ha invadido todos los medios, regionales y federales, desde mucho antes de que se iniciara la campaña, Ziuganov hizo las siguientes declaraciones:

Me quiero dirigir a los periodistas en relación con la guerra propagandística. En lo últimos 15 años me ha tocado vivir más de una oleada de toda esta turbia, siniestra y salvaje porquería. Pensé que con el paso de la era Yeltsin perderían ustedes el interés por remover la ropa sucia, y dedicarse a esta ignominia. Por desgracia me equivoqué.

No había arrancado la campaña electoral, y ya habían entrado en el piso de mi hijo. No se llevaron nada de valor, ni siquiera desordenaron nada. Es extraño… después de los diez años en que me tocó colaborar con la policía, relacionarme con delincuentes y bandidos, inspeccionar cárceles y conversar con presidiarios, lo que veo es que la puerta la abrieron profesionales, especializados en descerrajar cajas fuertes. Está claro, que bien actúan bajo la protección del gobierno, o cumplen una misión. No les dio tiempo a hacerlo, llamaron a los periodistas y 200 periódicos se dedicaron a fantasear sobre lo sucedido.

En Novosibirsk organizamos varios actos estupendos, todos, del primero al último, estuvieron abiertos para los periodistas: desde mi llegada en avión, la primera rueda de prensa y mi despedida. Todos los eventos estuvieron abiertos a todo el mundo.

Todos en Rusia y en el mundo saben que no bebo más de tres copas, todo el país ha bebido conmigo o ha visto como se hace. Escribieron en el periódico «Zhizn» (Vida) todo tipo de abominaciones inimaginables, que después difundieron en otras publicaciones.

Incluso en tiempos de Yeltsin no se atrevían a tanto. El periódico «Ne dai Boj» («Dios no lo quiera»), se publicaba en Finlandia con un tiraje de 15 millones. Por lo que parece, el actual gobierno se ha rebajado hasta el punto de alentar sin tapujos todas estas repugnancias, este abuso.

No habíamos tenido tiempo de salir de Moscú, cuando la «Joven Guardia» de «Rusia Unida» rodeó la sede del CC del PCFR. Tuvimos que llamar a nuestros chavales de la Juventud, para que los echase de allí. La policía estuvo todo un día sitiando el edificio para que les entregáramos a algunos de nuestros chicos. No entregaremos a nadie. Pero nos sabremos defender de forma firme y sin errores.

Estamos hartos de toda esta porquería. He llevado a juicio a todos los que me han robado votos. En Tatarstán en el 96 nos robaron 600 mil votos. El juicio se prolongó 3 años pasando de la sala de distrito al Supremo. El Tribunal Supremo nos dio la razón. Había cuatrocientas personas implicadas en esta estafa. A los tres días fueron amnistiados por Yeltsin.

Siguen ustedes sin encontrar ninguna de las 4 dachas que me atribuyen, solo en las afueras de Moscú. Como ya dije, pueden quedarse tres y me dan la que sobra.

Tampoco han aparecido los hoteles, que mencionaba continuamente Karaulov, ni las cuentas en Chipre, ni las fábricas en Jordania, ni el yate en Libia. Simplemente les querría proponer cesar todo este despropósito.

Vuelvo a subrayar: 30 millones de personas me dieron su voto, me puedo dirigir a la opinión pública y sabremos defendernos, incluso bajo las ventanas de las redacciones de los periódicos que se prestan propiamente a este tipo de sucias campañas.

Sabremos defendernos, pero les convoco a llevar un diálogo normal, porque aspiramos a que las elecciones sean elecciones y no peleas y villanías.

En las pasadas elecciones a la Duma en 18 de las 20 salidas que hicimos, contrataron provocadores, contra los que hubo que activar a 200 personas de nuestro servicio de seguridad. ¿Acaso les gusta eso? ¿Acaso quieren que las elecciones se vuelvan a convertir en una pelea a puñetazos? Entre nuestra gente, no son pocos los que de verdad pertenecieron a la «Joven Guardia», atamanes de los cosacos, gente de Tiulen y Kosmodemyansk. Sabremos como defendernos, pero las peleas y los puñetazos no son nuestra elección.

Supuestamente habíamos acordado con «Rusia Unida» no organizar actos ante las sedes del otro. Ellos han sido los primeros en violar esos principios. En el próximo encuentro de líderes de partidos con Putin, le expondré detenidamente el asunto. Porque el gobierno tampoco está cumpliendo aquí lo acordado. Ha violado todas las normas morales y las más elementales normas de conducta, existentes en la lucha política.

Declaraciones en video