Cynthia Cisneros Fajardo | 

Guerra e inteligencia artificial (IA) son los dos temas urgentes a los que hay que responder desde la perspectiva del Bien Común de la Humanidad. La Paz es esencial para que haya futuro, por lo que ninguna guerra es nuestra guerra[i]. El sistema capitalista ha demostrado su capacidad de adaptación y transformación. Hoy la IA se desarrolla en dos sistemas diferentes, China y EE UU. Por primera vez en la historia el desarrollo de una fuerza productiva puede ser comparada según sea el sistema de relaciones de producción en el que se desarrolla. Y es prioritario conocer su poder transformador, disruptor, para el sistema capitalista y para otro mundo mejor posible que avance hacia la unificación de la humanidad, su dualidad. La respuesta que demos a la ética de la IA, finalidad y control democrático de sus algoritmos, marca la bifurcación de qué futuro habrá, si es que lo hay para la humanidad.

Cynthia Cisneros Fajardo | 

Las posibilidades de acceder, recopilar, compartir y manipular información del cerebro humano evidencian importantes desafíos a los principios de derechos humanos que deben ser bien direccionados para prevenir inintencionadas consecuencias.

Jorge Majfud | 
Otra mentira que oculta el verdadero objetivo de mantenerlo encerrado indefinidamente

Jonathan Cook | 

EE.UU. ha tenido años para aclarar su intención de dar a Assange un juicio justo, pero se niega a hacerlo. El último fallo del tribunal británico es una connivencia más en este juicio farsa.

Marcelo Solervicens | 

La próxima cita para que el Departamento de Justicia presente su caso contra el fundador de Wikileaks es el 20 de mayo entre la incertidumbre de las elecciones en EEUU y un posible acuerdo del equipo legal de Assange con Washington para cerrar el caso

Aram Aharonian | 

Carlos Fernández Liria | 

Es imprescindible empezar a pensar en controlar políticamente los algoritmos. Mejor hacerlo ahora en que todavía son relativamente estúpidos que cuando ya nos den cien vueltas

Andy Robinson | 

Los medios del supuesto progresismo occidental, que habían publicado las filtraciones de Wikileaks, traicionaron al periodista y difundieron las mentiras demócratas, que lo acusaban de espiar para Rusia y Trump