
La prensa escrita retrocede de forma acelerada a nivel mundial. La pandemia, los conflictos bélicos, la inseguridad de los periodistas y la censura amenazan la información independiente y de calidad.
La prensa escrita retrocede de forma acelerada a nivel mundial. La pandemia, los conflictos bélicos, la inseguridad de los periodistas y la censura amenazan la información independiente y de calidad.
El coro mediático pidiendo “más guerra” parece estar sirviendo a una operación de blanqueamiento ideológico que despeja el camino a los gobiernos mientras preparan más propaganda y medidas antidemocráticas
Los medios hegemónicos instalaron la guerra en el imaginario colectivo, cuando lo más sensato sería lamentar el conflicto por lo que éste implica en términos de sufrimiento humano y destrucción material e insistir no en la competencia por demostrar quién es el más fuerte, sino en la necesidad de una solución mediante el diálogo
Asistimos a una suerte de “telenovelización” de la guerra, donde la comunicación política se funde y confunde con la narración de historias y la construcción de relatos.
“El procedimiento siguiente de la prensa burguesa es siempre y en todos los países el más corriente y el más ‘seguramente’ eficaz: mientan, griten, hurlen, repitan la mentira, ‘siempre quedará algo” (Lenin 1917).
Ante la intervención militar de Rusia para finalizar la violencia descomunal desatada por el gobierno de Ucrania sobre las poblaciones rusohablantes en dicho país, la humanidad comenzó a prestarle atención a lo que ocurría y ocurre en aquel “desconocido” rincón del mundo, aunque siempre con limitadas fuentes de información o con alta dosis de infotoxicidad al respecto.