
Se puede decir, ciertamente con razón, que la evolución del poder corporativo es la historia de una alianza permanente entre el capital y las altas instancias del Estado.
Se puede decir, ciertamente con razón, que la evolución del poder corporativo es la historia de una alianza permanente entre el capital y las altas instancias del Estado.
Ante la oleada de Trump, Europa, como otras partes del mundo, no tienen más remedio que repensar fundamentalmente su doctrina comercial. Seamos claros: si Europa no abandona urgentemente su religión de libre comercio, corre el riesgo de un desastre social e industrial sin precedentes. Y sin ningún beneficio para el planeta, todo lo contrario.
En esta ocasión: El precio de la vivienda disparado, cambio climático en Europa, la desigualdad de género lastra la economía, la industria del fraude científico, escándalo sanitario en Andalucía, Trump y los narcos.
Un espectro acecha a Occidente: el espectro de una clase trabajadora a la que se le ha cerrado el acceso a la política. A lo largo de decenas de años, seducidas por los cantos de sirena de la «tercera vía» de Bill Clinton, Tony Blair y Gerhard Schröder, las fuerzas de centroizquierda abandonaron el lenguaje de la lucha de clases.
El economista acaba de jubilarse pero sigue vigente con un nuevo libro para desmontar el ‘trumpismo’ y las motosierras, e incorporándose ya semanalmente como columnista para lavozdelsur.es
Élites, capitales, y el ajuste como destino (El Tábano Economista)
Durante más de un siglo, los economistas que gozan de más influencia y reconocimiento académico, mediático y político se han esforzado en hacer creer que la economía es un mecanismo de ingeniería social que funciona por sí solo, regido por leyes propias cuyo funcionamiento, precisamente por serlo y como le sucede a cualquier ley natural, queda fuera del alcance de los seres humanos.