Estados Unidos tiene un déficit comercial crónico desde que dejó de ser el mayor exportador de petróleo del mundo allá por la década de 1970, porque sus pozos se agotaron. La narrativa de Trump sobre la causa del déficit comercial crónico de Estados Unidos no tiene nada que ver con su falta de competitividad, una realidad que no arreglan subidas de aranceles.
Categoría: Economía

El comisario de Comercio visitó recientemente Pekín para “fomentar una relación comercial más equilibrada y cooperativa”, y Francia logra aplazar el posible castigo al brandy como represalia por los aranceles a los coches eléctricos. Sánchez viaja esta semana para afianzar los lazos con el gigante asiático


Esta es la guerra comercial 2.0: cómo EE.UU. usa los aranceles para reinventar su economía (El Tábano Economista)
La extrema derecha en Estados Unidos, y no solo allí, busca crear un país a su medida a partir de una ingeniería social perversa y humillante para muchos de sus ciudadanos, tengan o no los papeles que les exigen

La opinión que más escucho cuando oigo hablar de Donald Trump, incluso en boca de académicos o gente bien informada, es que está loco.
Todo esto de la “reciprocidad” es una farsa. Quizás el verdadero objetivo ni siquiera sea el de reducir el déficit comercial, sino simplemente utilizar ese relato como excusa para comenzar una negociación con todos los países desde una posición de fuerza

“Nos estamos jugando el modelo de sociedad para las próximas décadas. Porque en este mundo en llamas, el conflicto de fondo es aquel que enfrenta al capital contra la vida, a los intereses privados contra los bienes comunes, a las mercancías contra los derechos” (Miguel Urbán Crespo
Eurodiputado 2015-2024)