México se benefició con la errática política exterior de Donald Trump y su desatención hacia América Latina. Perro que ladra, no muerde, reza el sabio dicho popular. A pesar de sus constantes insultos y amenazas hacia México, Trump al final de cuentas respetó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y se negó a interferir en el avance de la Cuarta Transformación.
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Subsumida en la diarrea de placer provocada por el regreso a la Casa Blanca de la mancuerna Obama-Biden en los principales exponentes de la comentocracia hegemónica local, el refrito periodístico de la declaración de un testigo protegido de la Fiscalía General de la República (FGR) por un diario capitalino ha vuelto a poner en la agenda pública el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa detenidos-desaparecidos en Iguala los días 26 y 27 de septiembre de 2014.
Después de la determinación de la Fiscalía General de la República (FGR) de no ejercer acción penal contra Salvador Cienfuegos han sobrado explicaciones, opiniones y justificaciones. El asunto de fondo es por qué se trató distinto este caso a otros que pudieron haber desatado conflictos diplomáticos con Estados Unidos. Por qué con Cienfuegos, el más alto mando militar del sexenio de Enrique Peña Nieto, a quién supuestamente también se le podría investigar por sus posibles crímenes, como lo ha insinuado una y otra vez el presidente López Obrador.
El jueves pasado la Fiscalía General de la República (FGR) determinó no ejercer acción penal contra el general Salvador Cienfuegos Zepeda, secretario de Defensa en el sexenio pasado y acusado por la justicia estadunidense de narcotráfico y lavado de dinero.
La libertad de expresión, como tantos otros principios del liberalismo político, tiene antecedentes que remontan a los griegos o los romanos.
El alma de la teoría y de la práctica neoliberales es la privatización de los bienes públicos. O, dicho de otro modo, la apropiación por los particulares de los bienes colectivos. La primera medida económica del gobierno ex soviético, a cuyo frente quedó Boris Yeltsin, fue la privatización de las empresas hasta entonces propiedad del Estado: tierras, aguas, minas, bancos, fábricas.
A dos años de la llegada al poder político de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y comenzar lo que califica como el gobierno de la “cuarta transformación”, se perfilan algunos rasgos de lo que intenta construir y hacía adónde quiere llevar a México.
La situación de 40 millones de niñas, niños y adolescentes en México se agudizó durante el último año, a causa de las decisiones del gobierno que los abandonó; desmanteló el sistema nacional de vacunación; quitó todo el presupuesto a la Estrategia Nacional de la Primera Infancia y redujo 19 por ciento el presupuesto para la salud materna, dijo el pasado 6 de enero Juan Martín Pérez García, en una conferencia de prensa a distancia.