El desmantelamiento de la infraestructura cultural parece ser una de las estratagemas de la 4T. Ello, para reconfigurar un imaginario colectivo que se ponga al servicio del fortalecimiento del gobierno. Para tal propósito utiliza una serie de estrategias similares a los manuales de inteligencia para la guerra de baja intensidad, la contrainsurgencia y las operaciones sicológicas.