La futura secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, arremetió hoy contra el gobierno del presidente venzolano Hugo Chávez, cuya independencia en política doméstica y exterior desagrada a la Casa Blanca. Ante el Senado, que debe aceptar su nombramiento, Rice calificó de «extremadamente desafortunada» la postura de Chávez hacia Estados Unidos, a la vez que censuró […]
La futura secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, arremetió hoy contra el gobierno del presidente venzolano Hugo Chávez, cuya independencia en política doméstica y exterior desagrada a la Casa Blanca.
Ante el Senado, que debe aceptar su nombramiento, Rice calificó de «extremadamente desafortunada» la postura de Chávez hacia Estados Unidos, a la vez que censuró sus vínculos con el presidente cubano, Fidel Castro.
La funcionaria, hasta hace poco consejera de Seguridad Nacional, amenazó al gobierno bolivariano con posibles sanciones en el marco de la Organización de Estados Americanos que justifica por unas supuesta ruptura de la institucionalidad democrática.
«Tenemos que ser vigilantes y demostrar que conocemos las dificultades que el gobierno (de Chávez) causa a sus vecinos», declaró Rice, en alusión al conflicto surgido tras violar Colombia la soberanía de Venezuela.
Según Rice, las autoridades norteamericanas están además «muy preocupadas» por algunas medidas tomadas por el mandatario venezolano contra medios de prensa y organizaciones políticas opositoras, estimulados por Estados Unidos. Por ello justifico la injerencia en los asuntos internos del país sudamericano, cuyo gobierno fue objeto de un golpe de estado en 2002, articulado con el visto bueno de Washington.
Además de amenazar de nuevo a Cuba, Birmania, Bielorusia y Zimbawe, la mano derecha de Bush, dijo que Estados Unidos y el resto del mundo «debemos permanecer unidos para insistir en que Irán y Corea del Norte abandonen sus ambiciones respecto de contar con programas nucleares y elijan la vía de la paz». Destacó, además, que la prioridad de su gestión al frente de la diplomacia estadounidense será lograr una solución al conflicto entre palestinos e israelíes, y que la expansión de la democracia en Medio Oriente seguía siendo una prioridad y que las elecciones palestinas hace poco más de una semana después de la muerte de Yasser Arafat ofrecían «un momento de oportunidad».