La revelación de la identidad de muchos de los prisioneros que mantiene Estados Unidos en la base nval de Guantánamo, Cuba, reaviva hoy el debate en torno al calvario indefinido de las personas recluidas en ese enclave. Transcripciones de testimonios de los detenidos nuestran que la mayoría de ellos perdió la esperanza de salir de […]
La revelación de la identidad de muchos de los prisioneros que mantiene Estados Unidos en la base nval de Guantánamo, Cuba, reaviva hoy el debate en torno al calvario indefinido de las personas recluidas en ese enclave.
Transcripciones de testimonios de los detenidos nuestran que la mayoría de ellos perdió la esperanza de salir de la cárcel, donde permanecen al margen de toda asistencia legal, y sin haber sido llevados a juicio.
«Estamos en una tumba aquí», declaró a su abogado Ahamed Abdul Aziz, quien desde hace tres años es mantenido tras las reja. El reo ha sido interrogado unas 50 veces, y ve muy lejana su ansiada libertad, pese a no existir cargo alguno en su contra, tal como ocurre con el 98 por ciento de la población penal de la base.
Peor es la situación de Msihal Awad Sayaf Alhabri, cuya nacionalidad no se precisa. El prisionero presenta un daño cerebral grave, consecuencia de la falta de oxígeno sufrida al intentar suicidarse, en enero de 2003.
Los testimonios fueron divulgados el viernes último en el sitio en Internet del Pentágono, tras el reclamo de medios de prensa que exigían fuera difundida ante la opinión pública la identidad de las más de 500 personas recluidas en la base militar.
En su edición de este lunes el diario The New York Times destaca el caso del campesino pakistaní Abdur Sayed Rahman, arrestado en su granja y tildado de ser miembro de la organización Al Qaeda. «Yo soy sólo un criador de pollos en Paquistán», declaró ante los interrogadores el reo, quien todo indica fue confundido con Abdur Zahid Rahma, un ex alto funcionario de Afganistán en época del gobierno Talibán. El periódico también resalta la amarga experiencia del saudita Muhammed al-Utaybi, de 26 años, quien estudiaba arte cuando decidió viajar a Paquistán, donde fue arrestado.
La semana pasada el abogado Thomas Wilner, defensor de seis prisioneros kuwaitíes, denunció que sus clientes llevan cuatro años detenidos, sin que hayan sido llevados a juicio. En declaraciones al diario Los Angles Times, Wilner aseguró que le tomó dos años y medio recibir autorización para acceder a la base. «He visitado 11 veces la instalación en los últimos 14 meses, y lo que he presenciado es un cruel y espeluznante infierno de hormigón y alambres de púas que se ha convertido en la pesadilla diaria de las personas en prisión, sin cargos ni juicio durante más de cuatro años», afirmó.
En el enclave de Guantánamo, territorio cubano ocupado contra la voluntad de las autoridades y la población de la isla, permanece medio millar de personas, detenidas a raíz de la invasión de Estados Unidos a Afganistán a fines de 2001.
Todas están etiquetadas de combatientes enemigos, término utilizado por el gobierno del presidente George W. Bush para excluirlos del derecho a asistencia legal.